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Saberes en educación


Enviado por   •  25 de Mayo de 2016  •  Ensayo  •  2.057 Palabras (9 Páginas)  •  272 Visitas

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

POSGRADO EN PEDAGOGÍA

Semestre: 2014-2

Seminario: “Comunidades y redes de producción de conocimiento en educación”

TRABAJO FINAL

SABERES EN LA INVESTIGACIÓN EDUCATIVA

Elaborado por: Mariana Garza Ávila

mayo 2014

INTRODUCCIÓN

La construcción de referentes en investigación, ha llevado a considerar diversos conceptos que amplíen y complejizen las relaciones que se dan en ámbito social,  que den voz a los actores y que muestren de una forma más certera los factores inmersos en los procesos sociales, para su descripción, comprensión y posible intervención. En el ámbito educativo, uno de los conceptos utilizados en recientes investigaciones se refiere a los “saberes” docentes, educativos, didácticos. A través de este trabajo pretendo acercarme a través de los autores revisados en el seminario (Guyot, Latour, Bruner y Villoro) al concepto de saberes, que pueda ser de apoyo en mi trabajo de investigación en ámbitos museísticos.

DESARROLLO

Mirada desde la ciencia

Analizando la construcción de campo científico, es posible considerar cambios en la manera en que se construye el objeto de conocimiento, y la relación entre la teoría y práctica. Bruno Latour, filósofo de la ciencia francés ha planteado que esta disciplina busca añadir realidad a la ciencia, y que siguiendo los pasos desarrollados en este campo es posible analizar avances o retrocesos (Latour, 1999).

En el análisis que realiza sobre la  ciencia moderna, se comenta que esta ha construido un soporte artificial para seguir siendo viable, en un miedo constante por perder la realidad, es desde los griegos y principalmente con Descartes que se cree poder mantener la mente aislada, de manera que sea objetiva y certera en lo que define del mundo. Dicho en otras palabras por Violeta Guyot, la construcción artificial que la ciencia ha instrumentado, en sintonía con los paradigmas empiristas y positivistas, se encierra en si misma, en sus propios resultados teóricos, enunciados y conceptos científicos, para instrumentar un abordaje lógico, que de objetividad y homogeneidad a los resultados (Guyot, 2011, 10-12).

La construcción de conocimiento desde estos referentes modernos, o bien como desarrolla Bruner los modelos agentivsitas, reduccionistas o mentalistas[1] eliminan aspectos subjetivos, políticos, éticos, sociales, ideológicos, dejando fuera los deseos, las creencias, las actitudes y lo moral (Bruner, 1999, 29).

Es posible considerar según Ilya Prigogine, que en la modernidad, basada en el orden y el progreso,  llegamos al fin de la historia, debido a que la ciencia no permite la posibilidad de ser del hombre, ni su capacidad de creación, de esta manera no hay futuro. Contrariamente hay que permitir que la realidad irrumpa a la ciencia, que exista espacio para la subjetividad y la razón, establecer una nueva alianza. Prigogine desarrolla un paradigma que busca nuevos vínculos con la naturaleza, reconociendo al sujeto como constructor, creador del conocimiento, en relación con los otros y consigo mismo. (Prigogine en Guyot, 2011, p. 27-28)

En esta visión la relación teoría-práctica se trasforma, no es posible separarlas y uno remite al otro constantemente. “Teoría y práctica devienen puntos estratégicos que remiten el uno al otro en un relevo creador permanente, a un poder hacer que introduce el acontecimiento, es decir lo nuevo en el horizonte del mundo humano” (Guyot p. 15)

Por lo tanto es en el análisis de las redes sociales, las relaciones de poder y  la construcción de un sujeto en la cultura, que significa su estar en el mundo, la manera en que se reconoce un paradigma de la complejidad,  marcando una nueva forma de investigar y crear conocimiento, en la cual la racionalidad crítica, el pensar, el especular, el contemplar no está separada de una práctica, experiencia o un hacer. (Bruner, 1999; Guyot, 2011),

Los saberes como acercamiento epistemológico

El reconocimiento de la construcción subjetiva, la significación, las narrativas de los sujetos, han surgido desde campos como la etnografía y la antropología, y retomados por las ciencias sociales para dar lugar a los proceso y los escenarios más certeros. Como comenta Latour, “cuanto mas conectada esté una ciencia con el resto de lo colectivo, mejor será: mas precisa, más verificable, más sólida y esto contraría todos los reflejos condicionados de los epistemólogos” ya que no existe temor en reconocer el carácter humano de la práctica científica y sus conexiones con lo “colectivo” (p. 32).

En los procesos educativos, de igual manera se reconoce el paradigma de lo complejo, al analizar los actores participantes en una práctica educativa, su forma de relacionarse con el conocimiento y la forma en que este es transmitido, sorteando los obstáculos epistemológicos para rescatar de los niveles anecdóticos, experienciales y fácticos las prácticas docentes (Guyot, 2011, p 29). La investigación por tanto reconoce la subjetividad en relación a un entramado que ubican la práctica en grado de dependencia y autonomía del conocimiento, y este en relación a marcos amplios como el sistema educativo y la formación social, los cuales condicionan y normativizan sus operaciones, así como el reconocimiento de la gobernabilidad en la maestría  de triangular su práctica a partir de las referencias de docente-alumno-conocimiento, desde el cual realiza la mediación (Guyot, 2011, p. 30).

Es en este contexto que uno de los abordajes sobre el reconocimiento de las subjetividades en la construcción de prácticas educativas, da lugar a la categoría de los “saberes”. Los saberes están vinculados a una praxis, se constituyen a partir de esta y el conocimiento, para Villoro los saberes son los ejes articuladores entre conocimiento y experiencia, que pueden justificarse de manera razonada (Villoro, 1982, p. 201)

Con relación a los saberes y la relación teoría-práctica,  en el texto de Guyot, Karel Kosik, neomarxista, comenta que el hombre es praxistico por excelencia, ya que su ser tiene la capacidad de proyectarse en una práctica iluminada por conceptos, en su capacidad técnica, de manipulación y como aplicador de la teórica, esta última eleva la práctica al orden de los conceptos, las ideas y el conocimiento, en este nivel para Kosik, existe un verdadero diálogo entre el pensar y el hacer, que forzosamente conducen a la práctica. Se menciona en el texto hacer y saber hacer, articuladas para la praxis, a partir de la que se da toda transformación posible en el mundo  (Kosik en Guyot, 2011, p. 14-15)

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