San Julián De Prados
Enviado por isabeltt • 30 de Octubre de 2012 • 507 Palabras (3 Páginas) • 370 Visitas
La basílica de San Julián de los Prados fue mandada edificar por Alfonso II el Casto entre los años 812 y 842, esta iglesia es la de mayor tamaño que se conserva de todo el prerrománico español. Es también el único edificio que nos ha llegado en buen estado de conservación de los muchos que Alfonso II levantó en Oviedo, al trasladar a esta ciudad su capital.
El templo se articula en torno a una planta basilical de tres naves, la central más alta y ancha que las laterales. Están separadas por arquerías de tres tramos sobre gruesos pilares. Los espacios que encontramos de oeste a este son los siguientes: vestíbulo, cuerpo de naves, crucero (con dependencias laterales) y cabecera.
A excepción de los tres ábsides, para los que se usa la bóveda de cañón, el templo está cubierto con carpintería de madera tradicional.
Para el suelo se utiliza el opus signinum (hormigón de cal y ladrillo molido al que se le añadía pequeños cantos antes de que se endureciera).
Los muros se construyen mediante hiladas de lajas de piedra. Para las esquinas se reservan los sillares colocados a soga y tizón. Los contrafuertes que refuerzan y articulan el paramento perimetral están muy poco desarrollados en altura. El nártex se presenta como un volumen saliente alineado con la nave central y adopta una planta cuadrangular.
Lo más relevante de las naves es la presencia de un claristorio (Piso de ventanales) en la nave central con tres ventanas a cada lado recubiertas con celosías. Las laterales no tienen iluminación directa. La jerarquización de espacios queda establecida mediante un fuerte contraste entre una nave principal muy amplia y bien iluminada y unas laterales estrechas, bajas y en penumbra.
El transepto, junto con las pinturas que recubren el interior, es el elemento más característico del edificio. No sobresale en planta pero sí queda marcado en altura. Su ancho es similar. Un gran arco triunfal clásico de tres vanos lo comunica con el cuerpo de naves. Su interpretación es simbólica, representa la puerta entre el mundo terrenal y el celestial que todos los fieles deseaban franquear para acceder al mundo de los cielos y alcanzar la vida eterna. En la pared norte se han encontrado indicios que apuntan hacia la existencia de una tribuna de madera que sería utilizada por el rey para asistir a los oficios.
La cabecera adopta una disposición típica en el arte asturiano: triple ábside rematado en testero recto. Se abren al transepto mediante arcos de medio punto realizados en ladrillo. El espacio de la capilla central se enriquece con la presencia de unas arquerías ciegas de medio punto sobre columnas de fustes monolíticos y capiteles florales. En las laterales se repite este mismo esquema pero en pintura. Cada ábside recibe luz del exterior por una ventana cuadrangular
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