¿Se podría considerar la prostitución como un trabajo digno?

¿Se podría considerar la prostitución como un trabajo digno?

      ¿Es en realidad indigno prestar un servicio con los órganos sexuales de un cuerpo? La sociedad actual condena a las mujeres y hombres que utilizan su cuerpo como medio de conseguir dinero, pero, ¿es justo ésto?

     La palabra  prostitución se  define como el acto de participar en actividades sexuales o hacer el sexo a cambio de dinero o bienes (RAE); desde lo moral, ¿qué es lo qué diferencia trabajar con unas manos que trabajan a una vagina que trabaja?, la sociedad mira diferente a una masajista que presta sus manos, a un futbolista que presta sus piernas, a las personas que utilizan su espalda como medio de trabajo, y sus nombres comienzan por Dr. y Dra. , mientras que a la prostituta la llaman por el nombre de sucia, indigna y otros términos más grotescos que no hay necesidad citarlos aquí.

     ¿Por qué ven diferente a estas personas?, acaso no son las manos las que nos diferencian de los animales y primates, ¿no es la capacidad de utilizarlas y razonar la que nos hacen diferentes?

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      Paulo Cohelo en su libro Once minutos hace referencia a la vida de una mujer a quien las diferentes vicisitudes de  la vida la hicieron que terminara prestando sus órganos sexuales como servicio, pero ésta, como todas las mujeres se enamora, y no es solo el caso de ella, pues los “managers” temían siempre que un cliente se enamorara de una de las prostitutas y esta le correspondiera. La protagonista narra su día a día como si fuera un trabajo monótono en los que todos tienen que cumplir jornadas extenuantes y repetitivas: levantarse, trabajar, regresar, dormir; lo que diferencia un trabajo del otro podrían ser los horarios, pero la monotonía de un trabajo es la misma.

     Paulo Cohelo en su libro con los ojos de la prostituta, afirma que algunos hombres no van verdaderamente por la parte sexual, sino porque no tienen a nadie quien les escuche sin juzgarles, y son finalmente ellas las únicas capaces de soportar hombres solitarios con vidas vacías y sin sentido.

Además, Paulo cita que en la historia antigua existía la prostitución sagrada, haciendo referencia a el historiador griego Herodoto escribiendo respecto al imperio Babilónico: <>, y dice luego que la influencia de esta diosa se expandió por todo Oriente Medio luego trayendo a flote un texto que fue traducido de las letras antiguas:

Cuando estoy sentada en la puerta de una taberna,
yo, Ishtar, la diosa,
soy prostituta, madre, esposa, divinidad.
Soy lo que llaman Vida,
aunque ustedes lo llamen Muerte,
Soy lo que llaman Ley,
aunque ustedes lo llamen Marginal.
Soy lo que ustedes buscan
y aquello que consiguieron,
Soy aquello que ustedes esparcieron
y ahora recogen mis pedazos.

Si antes respetaban y le otorgaban una diosa a estas personas, ¿por qué ya no? La misma sociedad es la encargada de vender el trabajo de la prostitución y luego rechazar a los que ejercen el trabajo, pues nada más miremos los comerciales ¿qué imagen venden? El 80% de estos venden la imagen de la mujer semi-desnuda, ¿no es esto provocar la prostitución? Lo que la misma sociedad crea es lo que ella misma juzga, pues para nadie es un secreto que a la prostituta por más bien vestida que se vea y por más dinero que gane la gente la mira con desprecio, ¿es esto correcto? Si la sociedad de consumo lo exige, y ella solo está prestando un servicio como lo presta un abogado, un doctor o como cualquier profesional.

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