Segun Fidias G Arias: Metodologia De La Investigacion
Enviado por marianiiiiii3 • 9 de Abril de 2013 • 1.478 Palabras (6 Páginas) • 1.058 Visitas
Introducción
La práctica pedagógica de los profesores permite centrar nuestra atención en tres tipos de saber: el disciplinar, el pedagógico y el académico. Estos saberes tienen lugar en la práctica y están vinculados con tres preguntas ¿Qué sé?, ¿cómo comunico lo que sé? y ¿cómo me transformo con lo que sé?, saberes y preguntas permiten reflexionar el ser, la identidad, la especificidad de la profesión, la práctica y la vocación de poder del profesor y este a su vez toma el conocimiento y lo transforma para presentárselo a sus alumnos.
Transposición didáctica
Los procesos de aprendizaje surgen de la práctica de estudio organizadas por el profesor, por tanto, el docente cumple una función transmisora de aquellos saberes o contenidos que previamente han sido transformados o adaptados para la posterior enseñanza, durante este proceso, el docente intenta obtener el cumplimiento de unos objetivos con contenidos significativos desde el ámbito del saber y lo cultura, que implican la transmisión de las estructuras de denominación dentro del proceso social.
¿Cómo ocurre la transposición didáctica a partir de los saberes del docente?
En el saber disciplinar del profesor encontramos la práctica del gesto, el indicio y la competencia. El gesto, la forma como el profesor se dispone en actos de comprensión de lo que conoce, los indicios que lo llevan a dudar o reafirmar lo conocido y las competencias que surgen en los discursos de su saber marcan la distancia. Lo que caracteriza el saber disciplinar es la forma como el profesor es capaz de volver sobre lo que conoce, lo que domina del conocimiento que produce la disciplina donde ha sido formado. Tal práctica es, desde cualquier perspectiva, diferente del saber común de los sujetos. El saber disciplinar, además, es un tipo de saber cuyo concepto fundamental es la distancia y la reflexión. Una vez el profesor ha adquirido un conocimiento general o vago de su disciplina y entra al ejercicio de la docencia, él toma una cierta distancia tanto con el conocimiento como con sus prácticas comunes. La distancia aquí está determinada por expresiones que sugieren una cierta carencia. Los profesores, como en cualquier profesión, siempre remarcarán la falta de algo, de algo que nunca estuvo en el conocimiento que les entregaron durante el proceso de formación. Tal distancia toma fuerza y forma cuando él tiene que enfrentarse a preguntas de los alumnos, a los diálogos con los colegas, a las problemáticas que surgen en el entorno académico. El sello de tal distancia es una falta de algo y sobre la cual él marchará para alcanzar cierto dominio de saber. La reflexión, en cambio, aparece como resultado de la distancia5 en la que el profesor adquiere la habilidad para encauzar, positivamente, los problemas que tienen lugar en ese algo. Esta operación es fundamental en el ejercicio del saber disciplinar, pues sugiere una disposición para comprender la ausencia, la carencia y la manera de solucionarlo. Del mismo modo, la reflexión es oportuna pues le indica la forma como él aprende a comunicar lo que conoce, se arma de un conjunto de herramientas para poder explicar y hacer que sus alumnos entiendan lo que aparece como confuso en su práctica de conocimiento. Así, el saber disciplinar es el ejercicio de la distancia y la reflexión sobre el conocimiento que un profesor tiene de su disciplina. La manera como él asume tal distancia y reflexiona los modos de configuración del conocimiento de su disciplina, me parece, puede ser nombrada como saber. Por lo tanto, el saber disciplinar puede ser definido como el conjunto de disposiciones que un profesor adquiere y que le permiten saber lo que conoce. Este saber no es de información, sino es un saber reflexivo. De cualquier forma, este tipo de saber aparece configurado por una pregunta ¿Qué sé de lo que conozco?.
El saber pedagógico se comprende aquí como el conjunto de prácticas que un sujeto vive cuando está inmerso en una relación de enseñanza y aprendizaje. Es también la forma como un profesor explica las complejas relaciones que tienen lugar en el aula de clase. El conjunto de eventos que tienen lugar entre un alumno y un profesor no son, de cualquier manera, fáciles de comprender. La inmensa complejidad de la cual es portadora la relación educativa impone un conjunto de factores poco determinantes para comprender tal complejidad. Así, mientras el saber disciplinar del docente está orientado por una suma de principios en los que sobresale la reflexión y la distancia, en el saber pedagógico los principios son poco identificables. Se sabe que el alumno resiste al saber del profesor;
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