Seguridad Nacional en México.. ¡Sálvese quien pueda!

Seguridad Nacional en México.. ¡Sálvese quien pueda!

Esta semana ha sido noticia la liberación de militares involucrados en la muerte de 22 personas en Junio de 2014 en el municipio de Tlataya, Estado de México. Se acusa a este grupo de militares de ejecutar  a varios de estos civiles después de que se rindieran posterior a un enfrentamiento. Según el abogado defensor no hay prueba alguna en contra de los militares, esto a pesar de las recomendaciones de la CNDH en su contra.  

Luego de la liberación de 4 de los 7 militares procesados por la muerte de 22 civiles  en los hechos del 30 de junio de 2014 en Tlatlaya, Estado de México, el asesor de la defensa de los militares, Juan Velázquez, dijo que la resolución se dio porque no había pruebas en su contra. Según el defensor estos son los  hechos: una patrulla militar que salió de su cuartel hacia una zona asolada por bandas de violadores, narcos y delincuentes. Al acercarse, los militares fueron agredidos a tiros por los ocupante de una bodega; un militar resultó herido. A los otros 7 militares les siguieron disparando y los militares respondieron.  Dijo que en un principio, tres mujeres sobrevivientes rindieron declaraciones sin incriminar a los militares. Tres meses después, la mamá de una joven muerta incriminó a los militares.

Este es un caso a seguir, el General titular de la Secretaría de la Defensa ha salido a defender a los suyos en estos días con relación al caso Ayotzinapa, fue claro y tajante “No permitiré que interroguen a mis soldados”. Todo esto nos deja pensando si el ejército no nos defiende, entonces quién?

Esto me lleva a recomendarles que lean el libro Diario de Un Agente Encubierto de Tomas Borges, un libro que nos lleva poco a poco a lo más profundo de la seguridad nacional y que estoy seguro que, como a mí, les sorprenderá ver lo ineficiente que pueden llegar a ser las instituciones encargadas de cuidarnos.  

Creo que todos pensamos que por encima de nosotros hay un aparato de seguridad robusto y confiable, que de mil maneras nos están protegiendo y que saben de todo lo malo que pasa en nuestro país. Claro que no sabemos exactamente como lo hacen porque pensamos que eso debe ser altamente clasificado y secreto. Pues Borges nos deja claro que no es así, él fue un agente de seguridad nacional trabajando en las diferentes agencias del país, eran la misma agencia pero con cada cambio de Jefe o de gobierno estas cambiaban de nombre y de estructura, seguramente las recordaran: AFI, PFP, PFC, etc. Este agente cambiaba de puesto según las ocurrencias del nuevo jefe, y vaya que había cambios de jefes. Paso del área de terrorismo en donde al principio logro capturar y extraditar a miembros de la ETA, el grupo terrorista independentista vasco, a patrullar calles en uniforme. Paso de habitar casa de seguridad de donde espiaban, y donde tenían recursos ilimitados, a espiar con uniforme y facturar todo a nombre de la Secretaria de Seguridad Publica, si escucho bien, un agente encubierto, cuyo objetivo era no ser descubierto, tenía que facturar a nombre de la SSP!!

Le toco vivir la ineficiencia y traición de los mandos que dejaron solos a los agentes federales que fueron linchados y quemados en Tláhuac; acción que enfureció a todos los agentes, quienes solo fueron aplacados cuando se les mando a todos de comisión con viáticos y el doble del sueldo. Cambiaron los gobiernos y cambiaron las instrucciones, ahora Tomas debía ir a Sinaloa con instrucciones de investigar y atrapar a Gonzalo Insunza Insunza “El Macho Prieto” jefe de sicarios del Mayo Zambada. A Tomas lo mandaron con 6 agentes, un Ford Focus y un VW Jetta, algo así como misión imposible. Además cuando fueron a comer al restaurante el Coral, propiedad del Macho Prieto, tuvieron que facturar a nombre de la SSP, claro en aras de la transparencia.. Así que adivinaron, esta misión fue un fracaso.

Borges cuenta otra historia que en verdad resulta increíble. Cuando inició el operativo de seguridad, dentro del marco del programa “México Seguro”,  para recuperar Cd. Juarez. Aquí se buscaba asegurar a altos capos del narcotráfico y a sus brazos armados. Para ello se asignaron a varios agentes de diversas agencias de seguridad. Un día decidieron los agentes reunirse en un punto de la ciudad para coordinarse y decidir qué haría cada agencia. Por cuestiones del destino, y de suerte (Borges dice que “un policía sin suerte, no es buen policía”), ese mismo día y en esas mismas calles se encontraba dentro de un Table Dance el “Kelín”, líder del brazo armado del Cartel del Golfo (los Zetas). El criminal al ver las patrullas de los federales inmediatamente pensó que iban por él y salió con sus sicarios a enfrentar al convoy de seguridad, quienes sorprendidos repelieron el ataque y arrestaron al obeso delincuente.

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