Semiótica: Mi ciudad Pereira

PARCIAL FINAL

CARLOS ALBERTO GRAJALES RODRÍGUEZ

1.093.222.531

SEMIÓTICA

MI CIUDAD

Entre las calles de Pereira sus habitantes caminan entre los estrepitoso y ruidosos pitos de los carros y las motocicletas que transitan por todo el lugar, entre sus caminos y sus construcciones los caminantes se detienen en un lugar que sin duda alguna llama la atención para todo aquel que aprecia el arte y el buen gusto, dicho lugar es una edificio que está ubicado en el corazón de la ciudad y donde miles de ciudadanos han pasado su tiempo con muchas anécdotas vividas allí, pues más que ser un sitio cultural y para el fomento de las artes, es un sitio donde podemos compartir alegrías y entretener la mente con las personas que nos rodean. Así pues, cuando uno se adentra a este nuevo mundo, nuestros ojos gozan de muchas imágenes que son llamativas con una presencia simbólica inscrita en cada uno de ellos.

En un principio el centro cultural, fue una biblioteca donde se albergaba el conocimiento en libros y pergaminos que servían a la comunidad para la búsqueda constante de conocimiento, dicha biblioteca era lucida por su prestigio y por ser la primera biblioteca pública para esta venerada ciudad. Tal vez pocos se han percatado de la historia que trae consigo este centro, pues anteriormente la biblioteca Ramón Correa, como lo era en un principio, ha pasado del poder social a un exclusivo poder político, donde para cada uno de los gobiernos este sitio en particular ha sido símbolo para llegar a la comunidad y de cierta manera llegar a un subconsciente colectivo con el fin de comprar votos. Fue entonces que una simple biblioteca prestada para un servicio social deja  sus funciones para ampliarse a ser el nuevo instituto de cultura en Pereira. A partir de este momento, se redefine una nueva dirección para este nuevo centro, pues ya se integran nuevos espectáculos para sus visitantes, incluyendo las artes como ese símbolo de manifestación del alma cobrando vida en papeles y conservando por su puesto los libros que con tanto celo se tenían a disposición desde un  principio.

Sin embrago, cuando el primer centro de cultura en Pereira a inicios de 2007 por una orden de la alcaldía, decide modificar su razón social y denominar a partir de esta fecha como “INSTITUTO MUNICIPAL DE CULTURA Y FOMENTO AL TURISMO”, agregando al espacio muchos otros elementos para organizaciones privadas y gubernamentales, el centro Lucy Tejada vive de cierta manera un abandono por parte de la comunidad al no ser tan visitada, pues mucho pensaron que este nuevo proyecto era una de las vías por las cuales la política quería imponer una vez más su estatus sobre todos nosotros haciéndose acreedora de esta institución para promulgar charlas de índole político y  de régimen mandatario.

Pero al pasar del tiempo, se ha desligado un poco más de este pensamiento al ver como el centro ha avanzado en pro de los intereses de sus visitantes en la incorporación de piezas de arte dándole ese toque pintoresco y expositivo al lugar o el espacio donde la banda de Pereira realiza sus ensayos para otorgarle un ambiente diferente a todo aquel que transita por sus aceras y escucha la melodía proveniente del lugar, haciendo de este un espacio tranquilo y aclamado para asistir.

El instituto municipal de cultura y fomento al turismo es un lugar que desde su inicio ha venido teniendo una serie de cambios y mutaciones precisamente por el impacto social que ha  generado, como lo habíamos mencionado anteriormente. Dichos cambios han reflejado una gran carga semiótica en el área del comercio, puesto que cuando solo se tenía la biblioteca Ramón Correa, el lugar era un espacio totalmente descontaminado del comercio, compartiendo zonas verdes en sus alrededores, pero es precisamente que a través de los años la sociedad ha sido fiel testigo como se ha transformados sus contornos en un lugar propia para la venta y la permutación de productos, aprovechando el tránsito y la fluidez de personas que por allí transitan para ofrecer sus artículos, viendo en el Lucy Tejada el signo propio de la venta y el buen negocio. Es entonces para los vendedores no tanto un símbolo cultural sino es visto como un lugar de connotación comercial precisamente por su ubicación central y de gran fluidez por los transeúntes.

Es así, que el Lucy Tejada también acarrea consigo ese símbolo de comercio estandarizado por los mismo ciudadanos  y que por consiguiente cada persona tendrá ese referente al momento de mencionar este lugar, por otro lado, la alcaldía también ha intentado tomar partido en el asunto con la desinstalación de cada uno de estos puestos con la ayuda de la policía local con el fin de preservar el centro como un espacio netamente cultural y educativo, pero los mercantiles una vez se percatan  de la no presencia por parte de las autoridades vuelven a sus andanzas y a establecer sus puestos; por esta razón en algunas ocasiones se han presenciado riñas y disgustos por parte de la influencia policial que decomisan la mercancía a los comerciantes y los tenderos que se rehúsan a entregarla.

Hoy en día en algunas ocasiones todavía se sigue teniendo este tipo de encuentros, pero lo más común es ver la manifestación de las ventas por todo el área, aun así el Lucy Tejada conserva su prestigio precisamente por los beneficios que le ofrece a toda la ciudadanía, también los jóvenes de nuestra ciudad gozan de reunirse con sus amigos a gozar de un buen rato sentados en las escaleras principales a realizar sus tertulias y actividades, por este motivo el Lucy tejada también ha ejercido un signo de cambio para todos, al prestar y poner al servicio sus instalaciones para la enseñanza de diversos saberes y el ambiente tan agradable que suele tener en cada uno de los niveles que posee.

El MITO

Como es de saberse cada lugar, barrio, ciudad e incluso cada país por su tradición y ese alto contenido cultural que por mucho tiempo ha desarrollado y ha guardado con celo y arraigo, ha de poseer unos mitos propios y significativos del mismo, que le dan ese toque especial y enigmático para los ojos de los curiosos que se acercan con detenimiento a conocer su historia. Precisamente esos llamados mitos son los encargados de imprimir ese relato tradicional y particular inherente a la historia de la creación o fundación del lugar en cuestión, representados por esos seres espirituales y fantásticos a los cuales muchos de nosotros somos incrédulos pero que en cierta medida sabemos que existen y causan sensaciones de temor al solo escucharlos.

Los mitos están siempre presentas en ese sistema de creencias de una cultura, que aunque pareciese fuesen mentiras siempre serán verdaderos para aquellos que los promulgan, estos mitos vienen acompañados de personas que certifican su realidad, puesto que algunas dicen ser sobrevivientes de la oscura pesadilla que una vez padecieron al creer no salir bien librados de ellas, de otros por el contrario se cuenta no salir con vida de allí, pues estos seres de carácter oscuro han logrado engatusar a sus víctimas haciéndolas consternar y derrumbar a los más bajo de sus instintos, haciéndolos perder la cordura y enviándolos a un letargo de inconsciencia profusa.

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