Ser Maestro De Secundaria
Enviado por caliz • 11 de Junio de 2012 • 6.432 Palabras (26 Páginas) • 659 Visitas
SER MAESTRO DE SECUNDARIA EN MÉXICO: CONDICIONES DE TRABAJO Y REFORMAS EDUCATIVAS
Etelvina Sandoval Flores
Directora General de Educación Normal y Actualización del Magisterio en el Distrito Federal de México.
Tomado de: http://www.rieoei.org/rie25a04.htm
SÍNTESIS: En este escrito se analizan algunas de las condiciones laborales de los maestros de secundaria en México, que dificultan la concreción
de la reforma educativa —iniciada en 1993— que aspira a conformar un ciclo básico de nueve años. Por parte de las autoridades existe un
desconocimiento de las particularidades del trabajo docente de secundaria, lo que lleva a diseñar propuestas difíciles de realizar en las condiciones
actuales.
Se inicia con una breve descripción de algunos puntos de la reforma que implican de manera directa a los docentes, para señalar posteriormente
algunas de las características del trabajo docente en secundaria. De ellas se desprende que los maestros de secundaria enfrentan las condiciones
de trabajo más difíciles de todo el ciclo básico: un alto número de alumnos, un precario apoyo institucional tanto en lo material como en lo
pedagógico, una inestabilidad laboral que crece a medida que cambia el perfil profesional de los docentes, y un bajo salario producto del acelerado
proceso de desvalorización social de su trabajo. A ello se agrega un aislamiento profesional más acentuado que en el resto de la educación básica y
la ausencia de apoyos académicos.
1. Introducción
La secundaria empezó a considerarse parte de la educación básica mexicana en el Programa de Modernización Educativa de Carlos
Salinas de Gortari (1988-1994), adquiriendo carácter legal en 1993, al modificarse el artículo tercero constitucional con el objetivo de
que integrara, junto a la primaria, un ciclo de educación básica obligatoria de nueve grados (tres años después de los seis de primaria).
Con ello, aunque seguía conservando su denominación de «educación secundaria», se separaba de facto de la educación media a la
que pertenecía hasta ese momento2. Así se intentaba poner fin a viejos debates sobre la definición de este ciclo educativo, que desde
su surgimiento en 1925 se encontró ante una disyuntiva: servir de vínculo orgánico con la educación primaria o con la educación media
(bachillerato).
En este contexto, desde la Secretaría de Educación Pública (SEP) se tomaron una serie de medidas tendientes a dotar de sentido a la
secundaria en su nuevo marco, el de educación básica. Sin embargo, la concreción de tal política se enfrentó a una cultura escolar que
apuntaba a la diferenciación más que a la unificación con la primaria, tanto en prácticas como en concepciones educativas. Se encontró
al mismo tiempo con un cuerpo docente producto del desarrollo histórico de este nivel, donde la especialización se convierte en un
obstáculo para dar el paso armónico a la educación básica de nueve grados. Se tropezó también con particulares condiciones laborales
de estos docentes, que favorecen el trabajo individual e impiden la constitución de una comunidad educativa escolar.
Este escrito pone énfasis en las condiciones de trabajo de los maestros de secundaria, y en cómo éstas se convierten en obstáculos
que deben considerarse para concretar exitosamente el cambio del nivel secundario en México.
2. La reforma en secundaria
Para la consolidación de este ciclo de nueve grados, además de la legislación la SEP impulsó un trabajo tendiente a dar consistencia
académica a tal objetivo. Como un primer paso, se reformaron el plan y los programas de estudio con un enfoque que priorizaba el
desarrollo de habilidades básicas y actitudes, y que buscaba la articulación entre el nivel primario y el secundario al sustituir las áreas
de estudio por asignaturas. En el plan y los programas se propuso un nuevo enfoque para trabajar en todas las materias, que se
resume en recuperar el saber de los alumnos como punto de partida y propiciar su participación en la construcción del conocimiento.
También se creó el Programa Nacional de Actualización Permanente para Maestros de Educación Básica en servicio (PRONAP), cuya
función es «facilitar el conocimiento de los contenidos y enfoques de los nuevos planes de estudio, al mismo tiempo que promover la
utilización de nuevos métodos, formas de trabajo y recursos didácticos congruentes con los propósitos formativos de la educación
básica». En este programa se ofrecen, mediante los recientemente creados «centros para maestros», una serie de cursos a los que el
docente se inscribe en función de sus preferencias y de su tiempo libre, y trabaja en ellos por medio de «paquetes didácticos»,
consistentes tanto en lecturas como en una guía de estudio. Tales cursos promueven la actualización voluntaria y autodidacta, bajo una
modalidad abierta, y están vinculados estrechamente a otro programa de la reforma llamado carrera magisterial, pues acreditar cursos
permite obtener puntos para este programa.
La carrera magisterial fue creada con la finalidad de incentivar y reconocer el trabajo de los maestros frente al grupo, por medio del
otorgamiento de un estímulo económico diferencial de acuerdo con la calificación obtenida en aspectos tales como «aprovechamiento
escolar, preparación y desempeño profesional». Es un sistema similar al del pago por mérito que se utiliza en otros países, que en un
primer momento fue visto con desconfianza por algunas organizaciones magisteriales por considerar que fragmentaba los intereses
colectivos de los maestros; no obstante, al ser un complemento del salario, paulatinamente fue teniendo mayor aceptación.
Sin agotar todos los aspectos que componen las reformas, señalaría finalmente la importancia que se concede a la escuela como lugar
de participación colectiva en la construcción del proyecto escolar propio, por medio de los «consejos técnicos escolares», lugares en los
cuales deberán discutirse los problemas del plantel y buscarse soluciones conjuntas.
De los esfuerzos institucionales para la reforma de la secundaria destacan algunos aspectos interesantes y novedosos: en primer lugar,
el reconocimiento de que este nivel ha sido muy descuidado por la planeación educativa, por lo que en esta nueva etapa se requiere
desarrollar acciones integrales que permitan subsanar los problemas derivados de los años de abandono educativo. En segundo lugar,
que los esfuerzos van encaminados
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