Sexo Bello Y El Discurso Nacional
Enviado por danieladiazdulce • 11 de Mayo de 2013 • Ensayo • 592 Palabras (3 Páginas) • 1.391 Visitas
Sexo Bello Y El Discurso Nacional
Hace años que las mujeres han sido una presencia invisible de proyecto nacional, las mujeres sirvieron de tributo para los españoles. La conformación de los imaginarios sociales prehispánicos atendían a un principio dual: masculino/femenino, derivado de Ometecutli, la parte masculina, y Omecíhuatl, la parte femenina. Las imágenes femeninas indígenas tienen raíces en la tierra, en la vida. Desde Coatlicue, diosa de la tierra, madre de Coyolxauhqui la luna entre otras más que existen. En la conquista fue cuando se recuperó la imagen asociada que se tenía que la mujer era traición. La malinche fue esclava de Cortez y acompañante permanente, Cortez fue el primer mestizo. Malinche realizó una transgresión cultural al penetrar el campo de sentido de los conquistadores y conocer su idioma. Además, vivió una conversión que, como gran parte de la vida cultural de la Colonia, se definía desde la cosmovisión religiosa.
Para el español el mundo indígena carecía de valor, al igual que la mujer, de quien tenía una opinión negativa. Ella se asoció a lo indígena y el hombre al conquistador; fundamento eliminar del machismo mexicano, que se caracterizaría por la utilización de la India, en su posición forzada, en su violación sistemática. Para el español, la indígena era un objeto de distensión sexual sobre quien podían descargarse rencores, además de que ocupaba los niveles sociales más bajos. De esta relación surgió el estigma del abandono paterno. Las figuras paternas y maternas se inscribían en un fuerte conflicto cultural expresado en el desdoblamiento emocional del criollo frente a la madre y la nana (indígena) o el padre (español), como el del mestizo, generalmente hijo de la resignada sumisión de la madre y del abandono paterno.
La transformación de la participación sociocultural de la mujer representa uno de los elementos de mayor relevancia en la redefinición de nuestro mundo finisecular; muchas cosas han pasado desde la condición de sujeción y esclavitud de la mujer en la Colonia, o de su condición como sexo bello con el liberalismo; sin embargo, las diferencias sociales derivadas de la condición de género siguen siendo una de las grandes deudas hacia un nuevo milenio.
El bello sexo en México no es digno de los rasgos con que pretenden caracterizarlo algunos extranjeros, que no lo han conocido sino por una u otra dama que han tratado con alguna inmediación, y cuya falta de decoro, provenida de una ignorancia indiscreta, no puede ni debe perjudicar a la reputación de las demás. La prevención que existía en México hace pocos años a favor de los extranjeros... fue la causa de que solicitasen algunas damas sencillamente los obsequios de aquellos que, perteneciendo a las ínfimas clases en su país, tuvieron primero la villanía de afectar una importancia social que no
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