Sistema Financiero Nacional
Enviado por 102030805 • 18 de Agosto de 2013 • 3.617 Palabras (15 Páginas) • 545 Visitas
Nos dijeron en julio, pero será hasta en agosto que una nueva misión técnica del Fondo Monetario Internacional (FMI) nos visitará, en mi opinión, protocolariamente por la presentación del nuevo de director de dicha misión para Nicaragua, Przemek Gajdeczka de origen polaco, y, al estilo de una avanzada exploratoria, indagar sobre la situación de la reforma estructural del fondo de pensiones de seguridad social y hojear los datos macroeconómicos de nuestro país, que continúan, de acuerdo con mi opinión, obteniendo notas sobresalientes sin la ayuda del FMI durante 18 meses consecutivos.
Al 30 de junio de este año, las reservas internacionales brutas igualan 2.65 veces el saldo de la base monetaria, es decir del total de la emisión de dinero y del saldo de encaje sobre los depósitos en córdobas del público no bancario en el sistema financiero nacional que los banqueros llevan al Banco Central de Nicaragua (BCN) –el último programa con el FMI exigía 2.2 veces dicho saldo-; en este año, el superávit fiscal al 30 de abril era equivalente a 11 millones de dólares; la brecha cambiaria entre el tipo de cambio oficial y el tipo de cambio de venta del dólar en el mercado financiero era apenas 0.77%, bastante menor que el 2% que obligaría al FMI a declararnos como un país que practica tipos de cambio múltiples que provocarían efectos negativos en la inversión extranjera directa; la tasa de inflación acumulada en el primer semestre, 3.8%, la interanual es de un dígito, 8.3%, anual; y la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto en el primer trimestre alcanzó el nivel de 3.6%. Lo único sombrío es el costo de estos resultados: un aumento de la deuda pública emitida por el BCN del orden de 2 mil 24 millones de córdobas, o sea, 82 millones de dólares –¿quién controla este endeudamiento de los nicaragüenses, cuyos interés y mantenimiento de valor son pagados con nuestros impuestos?-, que redujo en 1 mil 696 millones de córdobas la cantidad de dinero que circula fuera del sistema financiero local, con el fin de aplacar la inflación aún con la presencia de la desaceleración económica de 3.4 puntos porcentuales con respecto al PIB del cuarto trimestre de 2012.
Muy bien, no; excelente sí. Así sería el resultado macroeconómico visto desde la lupa del FMI, aunque se eleven los índices de informalidad laboral y de subempleo y caiga la productividad de la economía.
Es muy probable que el economista polaco Przemek Gajdeczka, quien sustituye al economista brasileño Marcello Stevão al frente de la misión técnica del FMI, pregunte a las autoridades nacionales cuándo se iniciarán las conversaciones del quinto programa económico trienal –el cuarto programa, con un año más de extensión, expiró en diciembre de 2011-, pero la respuesta gubernamental no se prevé claramente. No olvidemos que Bayardo Arce, asesor económico y financiero del Presidente de la República, declaró que un nuevo programa con el FMI no es urgente y, después, Daniel Ortega, Presidente de Nicaragua, afirmo que aún dependemos del FMI.
En los 18 meses que ha navegado sola sin el apoyo fondomonetarista, Nicaragua no ha recibido un solo dólar de libre disponibilidad, “billete verde” como dice la gente, para apoyo tanto de la balanza de pagos como del presupuesto nacional. ¿A qué se debe esto? Sencillamente a la defensa de las reservas internacionales brutas del BCN, es decir, billetes verdes que no gasta la autoridad monetaria, por el crédito venezolano del 50% de la factura anual de las importaciones de petróleo y derivados, que en 2012, a manera de ejemplo, fue de 643 millones de dólares. Esta cifra es tremendamente superior a la suma de 40 millones de dólares promedio anual (apoyo a la balanza de pagos) que nos presta el FMI por suscribir y mantener un programa económico trienal y de 45 millones (para apoyo presupuestario) que nos presta anualmente y entrega en el último trimestre de cada año el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por tener un programa suscrito con el FMI. Un gran total de 85 millones de dólares en “billetes verdes” del FMI y del BID frente a las centenas de millones de dólares que anualmente son protegidos en la bóveda del BCN con el crédito petrolero de Venezuela.
Como lo he afirmado anteriormente, no obstante mis críticas constructivas sobre algunas acciones de política económica del FMI en nuestro país desde hace más de 20 años, el apoyo que este organismo internacional brinda a Nicaragua con la suscripción y el mantenimiento de un programa económico es en la consolidación de la certidumbre, de la confianza, entre inversionistas privados, nicaragüenses y extranjeros.
También he señalado en bastantes ocasiones que un dólar en “billete verde”, no “atado” a la ejecución de programas y proyectos del sector público, es muy importante para un país como el nuestro, ahora de ingreso medio bajo y aún muy endeudado en términos de producción, mientras no tengamos la capacidad propia para endeudarnos en el mercado financiero internacional, o sea, términos financieros no concesionales.
Sin embargo, el tiempo pasa y las fuentes de financiamiento cambian. Hoy, en orden de importancia, financian el déficit comercial de Nicaragua, que ronda el astronómico 21% del PIB, los flujos de inversión extranjera directa, de remesas familiares, el crédito petrolero de Venezuela y la cooperación oficial del Resto del Mundo, pero no debemos dejarnos sorprender por la así llamada “enfermedad holandesa” presente en nuestra economía desde la década de los ochenta del siglo pasado cuando Nicaragua ocupó el segundo lugar en el mundo, después de Israel, en recibir la más elevada cooperación externa per cápita. Es cierto lo que dice Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (FUNIDES), que con la inversión extranjera directa enfrentaríamos una apreciación del tipo de cambio real, tal como se demuestra con el elevado déficit comercial externo en porcentajes del PIB desde hace 33 años, pero cabe mencionar que el índice de sobrevaluación se ha reducido desde 69% en 1987, a 48% en 1991 y hasta 15% en 2011. El córdoba valía 15% más de lo que debía valer hace 18 meses.
Por consiguiente, sugiero al Presidente Daniel Ortega que apruebe el inicio de la discusión del quinto programa económico trienal con el FMI, con más razón ahora que debemos buscar el financiamiento apropiado para llevar a cabo la reforma estructural del fondo de pensiones de seguridad social. De acuerdo con las estadísticas oficiales, la administración del Presidente Daniel Ortega no ha solicitado al FMI ningún préstamo para realizar las reforma estructurales que ha realizado desde 2007, incluso una de las más agitadas como la reciente reforma tributaria, Ley de
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