Sueñan Androides
Enviado por carpatri • 15 de Noviembre de 2011 • 377 Palabras (2 Páginas) • 518 Visitas
Sueñan androides con ovejas eléctricas
¿Sueñan los androides? ¿Son diferentes a nosotros? ¿Son malas copias? ¿Representan lo que no podemos ser, nuestra perfección? ¿No importa que sean artificiales o sí importa? Todo se reduce a nuestra propia identidad y a nuestra relación con los otros.
La novela se ubica en un futuro distópico. El tema que desarrolla es la vida. La alteridad: una vida diferente a la nuestra. La tragedia de los androides reside en su corta esperanza de vida: no más de cuatro años. La alteridad no es más que la idea por la cual somos capaces de percibir la vida ajena. La novela explicita más esta idea a partir del concepto de empatía.
Lo artificial simboliza tanto la incapacidad propia del ser humano moderno para vivir. Lo artificial, produce la decadencia. La naturaleza imperfecta y autodestructiva del hombre produce lo artificial. El hombre aprender a controlar lo artificial, puede convivir con ello si consigue dominarlo y le concede el valor que merece. Por momentos se iguala lo natural con lo artificial, otorgándoles el mismo valor: escena de amor de la novela entre Rachael y Deckard o la muerte de Luba, encontramos diversos planteamientos que invitan a preguntarse si cabe distinguir de verdad entre lo humano y lo artificial.
El futuro: el hombre no hará más que empeorar, porque está en nuestra naturaleza social. Se produce una decadencia significativa e irremediable en la sociedad, pero el individuo puede escapar a ella si aprende a valorar equilibradamente la realidad; por esto, Deckard e Iran alcanzan la salvación.
Concepción esencialista del Hombre. La diferencia entre lo vivo y lo muerto y entre lo natural y lo artificial residiría en la empatía y en la capacidad de sentir emociones.
El hombre aprender a convivir con lo artificial, le concede el valor que merece. Deckard termina cumple su misión con absoluta frialdad y eficiencia, pero termina cambiando en relación a su esposa y consigo mismo. Desiste de su gran ambición de ascenso social simbólico, y se conforma con un sapo eléctrico.
Es una sociedad que pretende ser proyección de la nuestra. El autor muestra cómo los seres humanos son obligados continuamente a respetar normas sociales pero, aunque éstas hayan tenido unas causas más o menos nobles, todo acaba en apariencias.
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