Suplicio A Caupolicán - Análisis
Enviado por FranciscoJxL • 11 de Octubre de 2012 • 1.570 Palabras (7 Páginas) • 972 Visitas
Colegio Javier
Secundaria
Literatura y Lengua Española
Análisis de la Poesía
“Suplicio de Caupolicán”
Ledezma, Francisco
V° E
27 de Marzo del 2012
Índice
Introducción 3
Poesía Escrita 4-6
Análisis de la Poesía 7
Glosario 8
Biografía 9
Ilustraciones 10-12
Conclusión 13
Bibliografía 14
Introducción
En este trabajo se hablará sobre el fragmento de la poesía titulada “La Araucana”. Este fragmento es parte del canto XXXIV de la misma, en el cual se presentará el fragmento (titulado Suplicio a Caupolicán), luego se realizará un análisis poético de la poesía de forma breve, se presentará un glosario de 20 palabras y sus definiciones y por último una biografía del autor de la poesía, Alonso de Ercilla y Zúñiga.
La trama incluye episodios históricos como la captura y ejecución de Pedro de Valdivia, y la muerte de los caciques mapuches Lautaro y Caupolicán. Pero además se encuentran sucesos fantásticos, como el de un hechicero que eleva al narrador en un vuelo sobre la Tierra, permitiéndole ver acontecimientos que suceden en Europa y Medio Oriente, como la batalla de Lepanto. Destaca también el episodio del encuentro con una mujer indígena, Tegualda, que busca a su marido Crepino entre los muertos de un campo de batalla. Este último relato es una muestra del aspecto humanista del trabajo de Ercilla, y de su condolencia por la suerte corrida por el pueblo indígena, que describe como gente que era carente de vicios y malicia, hasta que llegaron los españoles. Los versos rinden loas a la valentía tanto de conquistadores como de indígenas.
Poesía Escrita
Suplicio a Caupolicán (Fragmento de la Araucana)
I
Descalzo, destocado, a pie, desnudo,
Dos pesadas cadenas arrastrando,
Con una soga al cuello y grueso nudo,
Cercado en torno de armas, y el menudo
Pueblo detrás, mirando y remirando
Si era posible aquello que pasaba
Que visto por los ojos aún dudaba.
II
Desta manera, pues, llegó al tablado,
Que estaba a un tiro del arco del asiento,
Media pica del suelo levantado,
De todas partes a la vista exento:
Donde con el esfuerzo acostumbrado,
Sin mudanza y señal de sentimientos,
Por la escala subió tan desenvuelto
Como si de prisiones fuera suelto.
III
Puesto ya en lo más alto, revolviendo
A un lado y a otro la serena frente
Estuvo allí parado un rato, viendo
el gran concurso y multitud de gente
Que el increíble caso y estupendo
Atónita miraba atentamente,
Teniendo a maravilla y gran espanto
Haber podido la fortuna a tanto.
IV
Llegóse el mismo al palo, donde había
De ser la atroz sentencia ejecutada,
Con un semblante tal que parecía
Tener aquel terrible trance en nada,
Diciendo: “Pues el hado y suerte mía
Me tienen esta muerte aparejada,
Venga, que yo la pido, yo la quiero,
Que ningún mal hay grande si es postrero”.
V
Luego llegó el verdugo diligente
Que era un negro gelofo; mal vestido,
Al cual viéndole el bárbaro presente
Para darle la muerte prevenido,
Bien que con rostro y ánimo paciente
Las afrentas demás había sufrido,
Sufrir no pudo aquella, aunque postrera,
Diciendo en alta voz desta manera:
VI
"¿Cómo? ¿Qué? ¿En cristiandad y pecho honrado
Cabe cosa tan fuera de medida,
Que a un hombre como yo tan señalado
Le dé muerte una mano así abatida?
Basta, basta morir al más culpado,
Que al fin todo se paga con la vida;
Y es usar deste término conmigo
Inhumana venganza y no castigo".
VII
"¿No hubiera una espada aquí de cuantas
Contra mí se arrancaron a porfía,
Que usada a nuestras míseras gargantas
Cercenara de un golpe aquesta mía?
Que aunque ensaye su fuerza en mí de tantas
Maneras la fortuna en este día
Acabar no podrá que bruta mano
Toque al gran general caupolicano".
VIII
Esto dijo, y alzando el pie derecho,
Aunque de las cadenas impedido,
Dio tal coz al verdugo, que en gran trecho
Le echó rodando abajo mal herido;
Reprehendido el impaciente hecho,
Y él del súbito enojo reducido,
Le sentaron después con poca ayuda
Sobre la punta de la estaca aguda.
IX
No el agudado palo penetrante,
Por más que las entrañas le rompiese
Barrenándole el cuerpo, fue bastante
A que al dolor intenso se rindiese:
Que con sereno término y semblante,
Sin labio ni ceja retorciese,
Sosegado quedó de la manera
Que si asentado en tálamo estuviera.
X
En esto, seis flecheros señalados,
Que prevenidos para aquello estaban,
Treinta pasos de trecho desviados
Por orden y de espacio le tiraban;
Y aunque con toda maldad ejercitados,
Al despedir la flecha vacilaban
Temiendo poner mano en un tal hombre
De tanta autoridad y tan gran nombre.
Alonso de Ercilla y Zúñiga
Análisis de la poesía
El fragmento del canto XXXIV de La Araucana habla sobre el líder mapuche Caupolicán, el cual ha sido capturado por los conquistadores españoles. Este va a ser ejecutado pronto, y es aquí donde inicia el fragmento.
Inicia describiendo la llegada del líder, el
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