Séptimo hábito: renovación, afile la sierra

SÉPTIMO HÁBITO: RENOVACIÓN, AFILE LA SIERRA

El séptimo hábito nos presenta un desglose de cómo debe realizarse la renovación personal atendiendo las 4 dimensiones del ser humano: la física, la mental, la espiritual y la social/emocional, pero para comenzar a renovar nuestro ser debemos comprender que significa esta palabra, según el diccionario de la real academia española, la palabra se deriva del verbo renovar que viene del latín “renovāre”, para mí la definición más simple es: dar nueva energía a algo, transformarlo. Al renovar nuestro ser en todas sus dimensiones estamos dando nueva energía a aquellos elementos en nuestra vida que se han desgastado con el tiempo o que no están funcionando correctamente lo cual siempre nos ocasiona problemas o nos evita tener una vida óptima. En nuestro ser la dimensión física es la más perceptible y en teoría la más importante pues está relacionada directamente con la salud del cuerpo humano, esta renovación siempre requiere de esfuerzo y dedicación pues el objetivo es modificar nuestros hábitos de ejercicio físico o dar inicio a una rutina de ejercicios en caso de nunca haber atendido esta área del ser humano, nos es necesario dedicar infinidad de horas al ejercicio basta con activar nuestro cuerpo por lo menos 30 minutos al día para que el cuerpo se acostumbre a estar en movimiento lo cual conlleva beneficios al cerebro, pues la actividad física suministra mayor oxígeno a todo el sistema, lo cual le permite procesar mejor las ideas y problemas. En la dimensión mental comenzamos a renovar nuestro desarrollo mental o simplemente agilizar nuestro pensamiento, ponerlo en forma esto nos ayudara a mejorar la disciplina de estudio que apliquemos para la resolución de problemas, en términos simples daremos una solución sencilla pero efectiva. La renovación de la dimensión espiritual en mi opinión es la más difícil pues requiere de un profundo conocimiento sobre ¿quiénes somos? y ¿hacia donde nos dirigimos como seres humanos?, además influye mucho nuestra forma de ver y enfrentar la vida, nuestra alma y conciencia son factores primordiales para que la renovación se logre. Nuestra última dimensión, social y emocional depende en gran parte de cómo se desarrollan nuestras relaciones con las personas que convivimos todos los días ya sea en la familia, escuela, trabajo etc., el ser humano por naturaleza es social es siempre tratara de relacionarse con los demás de alguna u otra forma aunque hay algunas excepciones pues algunas personas se convierten en ermitaños o antisociales lo cual con lleva un retroceso en el desarrollo social del ser humano, renovar esta dimensión de nuestra vida resulta muy benéfico pues nos ayuda a mejorar las áreas donde estamos fallando lo cual nos dirige a establecer relaciones estables y sanas con nuestros semejantes, lo cual mejora nuestra calidad de vida ya que el ser humano de forma innata tiene la necesidad de formar parte

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