TEMA: Modernidad y posmodernidad.
Enviado por lunabre • 5 de Junio de 2016 • Ensayo • 872 Palabras (4 Páginas) • 461 Visitas
USAL - Facultad de Ciencias Sociales
Luna Abrevaya
Teología – Parcial 1
1. Características de la modernidad y de la posmodernidad
En este texto encontramos desarrollados a los pensamientos modernos y post-modernos, explicándolos a través de sus características. Es importante la relación que tuvieron estas líneas de pensamiento no sólo entre ellas, sino con la religión.
Entre las siete características que enuncia el autor para la modernidad, podemos destacar la mentalidad científico-técnica y la fe en el progreso. La primera consiste en entender que la evolución teconlógica conlleva también una cambio en la forma de pensar, en la que se origina una nueva racionalidad cuya fuente es la comprobación empírica. Repudio todo aquello que no pueda comprobar fácticamente y los argumentos deriados de la autoridad. La segunda trata de una filosofía de la historia en la cual la humanidad llega a la madurez, que cambia según qué autor la analice, y deja atrás a la barbarie, en un estado de progreso ilimitado e intermitente.
A la post-modernidad se le atribuyen cinco características, de las cuales resaltan la concepción de la vida y la racionalidad propia de este pensamiento. En la primer caractéristica consta el rechazo a los esquematismos ideológicos, tachandola de invento de los historiadores que no hacen mas que compilar biografías. El post-modernismo busca reivindicar el presente, rechazar estas construcciones del pasado y despreocuparse del futuro. Es el presente, el yo, el vivir el momento lo que realmente importa. Por otro lado, la segunda característica muestra que la racionalidad del post-moderno muta del pasado, y propio de la modernidad, "pienso, luego existo" a un "siento, luego existo". El hombre post-moderno es un hombre sentimental que está más preocupado por el placer que por los pensamientos profundos.
2. Reacciones ante el misterio
La comunicación del Misterio no puede ser exigida por el sujeto religioso, y este sujeto debe dejarse invadir por el Misterio. El mismo le provoca estupor, asombro, es absolutamente distinto a todo y no se puede comparar con lo material o lo psíquico. Ante el estupor, el hombre se queda atónito, y esto se convierte en temor, lo cual no significa que tenga miedo. Es un temor sagrado, que presenta una dimensión existencial, en la que es experimentado al percibir la distancia ontológica que lo separa del Misterio, es decir que intuye su finitud, y una dimensión ética, que se experimenta al descubrirse el hombre frente a la santidad del Misterio, su falibilidad moral, y toma conciencia de su condición de pecador. También toma una actitud de fascinación, que es opuesta al temor, pero surge de el mismo, y se experimenta el deseo de participar de la santidad del Misterio. Sea cual sea la reacción, se lleva al hombre a relacionarse con Dios
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