TEORIA BALANZA DE PAGOS.

VISIÓN DEL ENTORNO FINANCIERO INTERNACIONAL

El proceso de globalización, entendido en su dimensión económica como la libre circulación de mercancías, capitales y factores de la producción entre la mayor parte de los países del mundo, ha tenido un vertiginoso avance en las últimas décadas, impulsado, por una parte, por la revolución de la tecnología de la información y las telecomunicaciones -agilizando el acceso a los mercados-, y por otra, por la progresiva liberalización de las economías a nivel mundial a los flujos de bienes, servicios y capitales como medio para promover el crecimiento y la eficiencia económica. Es así, como en la última década el ritmo de crecimiento anual del comercio mundial ha sido de aproximadamente un 7%, correspondiendo a dos veces y media el aumento de la producción.

Particularmente en Colombia, la Ley 7 de 1.991 (ley de comercio exterior), fué inspirada en los principios de la apertura de las economías, esto es:

• Impulsar la internacionalización a fin de lograr un ritmo creciente y sostenido de desarrollo.
• Estimular los procesos de integración y acuerdos comerciales que conlleven a incrementar y facilitar las transacciones del país con el exterior.
• Impulsar la modernización de la producción nacional otorgándole una protección adecuada contra las prácticas desleales del comercio internacional.

Consistente con lo anterior, la mayoría de países operan en la actualidad como “economías abiertas”, significando esto, que cada vez en mayor medida, mantienen relaciones comerciales y financieras con otros países, por lo cual, cualquier perturbación interna puede afectar la producción y el empleo de sus socios comerciales. Esto ocurre, en razón a que en una economía abierta las importaciones hacen parte de la oferta agregada al interior del país, al tiempo que las exportaciones son parte de la demanda agregada para la producción local.

Conviene recordar la ecuación que refleja el equilibrio macroeconómico entre la oferta y demanda en una economía abierta:

Y + M = IP + C + GP + X

Donde  Y + M (producto interno bruto + importaciones) corresponde al valor de la oferta agregada en la economía, y  IP + C + GP + X (inversión privada + consumo + gasto público + exportaciones) corresponden al valor de la demanda agregada.

Eliminar las barreras al libre comercio de bienes y servicios a nivel global, implica que el gasto que realiza un país en un período determinado, no tiene necesariamente que ser igual al total de su producción interna. Por consiguiente, puede suceder que los residentes de un país:

1. Consuman más de lo que se produce internamente, importando más bienes y servicios de los que exportan. El desfase entre los ingresos y egresos generados con el exterior, deben compensarse endeudándose con el resto del mundo, o sacrificando sus activos de reserva (reservas internacionales).

1. Exporten al resto del mundo parte de los bienes y servicios que producen internamente, generando ingreso de divisas al país, necesarias para el pago de las importaciones y/o de la deuda externa.

El agregado de las transacciones comerciales entre los países ha traido como consecuencia un aumento en los flujos financieros, los cuales, en virtud de la globalización, han sido objeto de desregulación, permitiéndose su libre movilidad a través de las fronteras. Esta circunstancia ha facilitado a países con bajos niveles de ahorro atraer capitales para financiar la inversión en proyectos productivos, fomentar la diversificación del riesgo en las inversiones, promover el comercio, y contribuir al desarrollo de los mercados financieros.

Se busca en esta sección, destacar los principales tipos de transacciones internacionales, encontrando como su comportamiento puede generar ajustes en las principales variables de los mercados financieros –tasas de interés, tipos de cambio spot y a futuros, índices bursátiles-, influir en las políticas gubernamentales –monetarias, comerciales, fiscales-, afectar la percepción del riesgo país, y determinar la capacidad de financiamiento de los gobiernos y empresas que operan en un escenario cambiante fuera de las fronteras nacionales.

Para el anterior efecto, se seguirá el esquema más ampliamente utilizado para registrar los flujos comerciales y financieros entre un país y el resto del mundo: La balanza de pagos

FUNDAMENTOS CONCEPTUALES DE BALANZA DE PAGOS

La balanza de pagos registra de manera sistemática todas las transacciones que realizan los residentes de un país con el resto del mundo durante un lapso determinado de tiempo.^[1] A pesar de que se prepara mensual o trimestralmente, a fin de facilitar comparaciones, es comúnmente presentada en términos anuales en dólares de los Estados Unidos. Este registro incluye tanto los flujos reales, correspondientes a los bienes y servicios, como los financieros, referidos específicamente a los movimientos de capitales.

La balanza de pagos de un país podría asimilarse al estado de Fuentes y Usos de una empresa, en la medida en que está basada en un sistema de contabilidad de partida doble: los usos de fondos son registrados como débitos y las fuentes como créditos.

Un país aumenta sus ingresos de divisas (capacidad de compra externa), cuando aumenta sus exportaciones de bienes y servicios (disminución de activos tangibles e intangibles), recibe transferencias del exterior bajo la modalidad de donaciones, vende activos financieros extranjeros de su propiedad, aumenta sus pasivos con el exterior a través de préstamos contratados por ejemplo por sus bancos gobiernos o corporaciones, atrae inversión extranjera directa o de portafolio. Todas estas transacciones representan fuentes de divisas, siendo contabilizadas como “créditos”.

Por otra parte, un país disminuye su capacidad de compra externa (divisas), cuando aumenta sus importaciones de bienes y servicios, envía transferencias al exterior bajo la modalidad de donaciones, compra activos financieros extranjeros, disminuye sus pasivos previamente adquiridos con acreedores del exterior, o cuando realiza inversión directa en otros paises. Todas estas transacciones representan usos de divisas, siendo contabilizadas como “débitos”.

La estructura de la balanza de pagos universalmente se ha dividido en tres grandes cuentas:

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