TODO ESTA EN LAS VENTANAS, AUN LAS TIC

TODO ESTÁ EN LAS VENTANAS, AÚN LAS TIC.

Por: HUGO GÓMEZ A. Cs. Coach.

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Mi ventana enmarca un completo panorama de la ciudad y recoge el paso de las nubes, de las golondrinas en bandadas y de las horas que se suman perezosamente a mi existencia. Al parecer, si no fuera por las numerosas pequeñas casas que se han colgado en las montañas del frente y el cuarto de grado de calor, de más, que siento modificando el clima, diría que todo hoy, está igual que en los últimos veinte años.

Pero, son hoy otras las ventanas, que cambian nuestra visión del mundo, basta un botón para abrir cualquiera de las que artificialmente se han metido en nuestros cuartos o en nuestra sala y que cada vez son más grandes y sofisticadas, como queriendo devorarnos en vez de informarnos.

Esas grandes ventanas, reemplazan con gran frecuencia, aquellos paisajes que parecen no cambiar y detenerse en el tiempo, por paisajes cada vez más dramáticos y artificiales, porque no obstante se fundamenten en la realidad, en la mayoría de los casos es una realidad mirada desde el espectáculo, desde la manipulación de tus emociones creando así en ti, el hábito de consumir lo que otros quieren que consumas.

Pero, ¿Puedo escaparme de esa realidad y refugiarme en uno de los casi un millar de títulos, que aún cubren las paredes de mi cuarto de estudio? Cada vez hay menos tiempo de acariciar el lomo de estos amasijos de tinta y papel, que llenaron tantas horas de nuestras vidas y que hoy se resisten a desaparecer. Todo porque he abierto otra ventana, cada día con más frecuencia: la web o el internet.

Ya es una de las preocupaciones de mi día a día: Estar pendiente de cargarle energía a mi pequeña ventana o “postigo” del IPhone, y el android, ya que a esta ventana se asoman con frecuencia las imágenes virtuales de mis amigos del Facebook, el twitter, linkedin, e instagram, igualmente conectado al whatsapp, puedo chatear con mis contactos asomados a sus propias ventanas.

Esta pequeña ventana ya hace parte de muchos de nosotros y casi se ha vuelto más importante que la billetera o la cédula de ciudadanía.

Ah, me olvidaba que compitiendo igualmente con mi paisajística ventana tradicional, que me relaja al mostrarme el cambio de colores que da la hojarasca de los árboles al ser acariciados por el sol y su movimiento al arrullo del viento…está, la ventana de 15 pulgadas que me obligo a archivar aquel mágico aparato mecánico que solo me permitía unir palabras.

Hoy, abro a diario esta pequeña ventana por donde no entra aire, ni sol, solo su luz artificial…pero, que mágicamente me conecta con personas lejanas a las que nunca he tocado ni tocaré, o con personas que en días pasados estuvieron cerca de mí. Ingreso por esta ventana, como cuando en mi niñez ingresaba al inmenso mundo de la gran biblioteca, y recorría sus pasillos

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