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TRIBUTACIÒN EN EL PAIS


Enviado por   •  14 de Enero de 2014  •  3.020 Palabras (13 Páginas)  •  317 Visitas

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TRIBUTACIÓN EN EL PERÚ

Para comprender mejor la historia de la tributación del país se debe analizar dos momentos y dos culturas diferentes que se encontraron en 1532. Estas dos culturas han convivido paralelamente y se han combinado a lo largo de 500 años: la cultura andina y la cultura occidental.

Cuando ambas culturas se encontraron, los hombres que venían del mundo occidental habían iniciado su proceso de conversión en personas libres que decidían sobre su vida, gozaban de autonomía para actuar y en cierta forma influenciaban en las decisiones que tomaban sus gobernantes, pagaban tributos, porque así lo decían las leyes que se habían comprometido a respetar, y sabían que el dinero pagado serviría para financiar las actividades del Estado.

En cambio, los hombres del mundo andino no elegían cómo vivir ni podían emprender proyectos por cuenta propia. Ellos se hallaban bajo la tutela de un curaca o de un líder étnico que, a la vez que los protegía, les cobraba un tributo en forma de trabajo para su provecho, para el de la comunidad o para el de otro jefe étnico con mayor poder o jerarquía.

Estos fueron los dos mundos que se encontraron en 1532; es necesario conocer ambos para poder entender el presente. Por ello, nuestro estudio se divide en tres etapas: antes de la llegada de los españoles, durante la colonia y la República.

LA TRIBUTACIÓN EN EL PERÚ PREHISPÁNICO

En tiempos del Tahuantinsuyo todo giraba alrededor del concepto “entregar antes que recibir”. Precisamente, ese fue el fundamento de la llamada reciprocidad. Esta se asentó en los lazos de parentesco. ¿Cuánto de eso hemos heredado y aplicamos en nuestros días?

Comprender la sociedad y economía andina prehispánica, implica entender a pueblos en donde no existió el comercio, la moneda ni el mercado, pero sí el intercambio.

De esta manera, la forma de acumular recursos se organizó alrededor de dos principios claves: la reciprocidad y la forma particular de redistribución que tenían los antiguos peruanos, y ambos principios se encontraron sustentados en las relaciones de parentesco.

La reciprocidad: Se conoce con ese nombre al medio o sistema de intercambio que permitía obtener recursos, mano de obra y servicios. La reciprocidad se sustentó en el incremento de lazos familiares, es decir, la multiplicación de los vínculos de parentesco fue necesaria para la existencia y continuidad de la reciprocidad.

Por lo anterior se puede deducir que en la sociedad inca, la carencia de recursos (pobreza) se vinculaba con la falta de relaciones de parentesco, ya que estaba asociada al acceso a la mano de obra, requisito fundamental para realizar cualquier trabajo y, por ende, generar o acumular bienes.

La redistribución: La redistribución era una función realizada por el jefe del ayllu, curaca o inca, quien concentraba parte de la producción que posteriormente era distribuida a la comunidad o diversas comunidades, en épocas de carencia, o para complementar la producción de esos lugares.

Niveles de reciprocidad y redistribución

a) El ayni. Era el trabajo solidario que se prestaba en forma regular y continua entre los miembros de un mismo ayllu y entre ayllus. Por ejemplo, si una persona necesitaba construir una vivienda, convocaba a su ayllu y todos sus integrantes hacían dicho trabajo; el beneficiado los agasajaba con alimento y bebida. Luego, este participaba en otra labor comunal de ayuda a un integrante de su ayllu y de esta forma “devolvía” el servicio recibido.

De igual forma, los miembros de un ayllu prestaban sus servicios a los de otro ayllu. A cambio, estos les entregaban el alimento necesario para que cumplan la labor. En otros momentos, la situación se invertía. Este nivel de reciprocidad, que era simétrico, solo permitía una redistribución en pequeña escala.

b) La mita. Era el trabajo colectivo que realizaban los ayllus a favor de su curaca o del inca. Los curacas eran elegidos, seleccionados o promovidos por su grupo étnico luego de cumplir ciertos rituales específicos propios de su grupo.

Durante el Tahuantinsuyo, el inca no intervenía en la elección o selección de los curacas, salvo en raras ocasiones. Para acceder a la prestación de mano de obra de su etnia, el curaca debía, a cambio, ofrecer determinados servicios como: a) mediar en conflictos personales; b) administrar y distribuir recursos: tierras, agua y depósitos; c) planificar y dirigir la construcción de canales, depósitos y terrazas de cultivos; d) cumplir con los rituales de la etnia: religiosos (entregar ofrendas a los dioses), organizar fiestas familiares, militares, etc.; y e) organizar el aprovechamiento de los recursos de otros pisos ecológicos.

El curaca étnico o macroétnico, además, guardaba vínculos de parentesco con su etnia, lo cual le garantizaba mantener la reciprocidad y redistribución.

Del mismo modo, los curacas entregaban trabajo al inca y a cambio recibían obsequios y servicios de parte de este.

Conclusiones

• Los hombres del antiguo Perú habían desarrollado formas de tributación alrededor de las cuales se estructuraba su vida económica y social, y, especialmente, la consecución del bienestar y la acumulación de riqueza. También era la manera como se relacionaban con el poder local (curacas) y con el poder central (Estado inca).

• El aporte de mano de obra o bienes les daba la condición de runas y los convertía en sujetos de beneficios, como de obras públicas, servicios de protección y obsequios. La tributación se basaba en los principios de solidaridad y reciprocidad. Es necesario destacar que en esa misma época (siglo XVI), en el mundo occidental el tributo era confiscatorio.

• El tipo de tributo creado y asumido en el mundo andino, antes de la conquista, era similar al de la contribución moderna, entendida como aquel tributo cuya obligación es generada para la realización de obras públicas o actividades estatales en beneficio de un determinado grupo de contribuyentes (los que pagan la contribución) y sus familiares (derechohabientes).

• En el caso peruano y de otras culturas similares, el contribuyente era el ayllu y sus integrantes eran responsables solidarios: hombres y mujeres adultos. Esta situación cambió drásticamente cuando llegaron los españoles.

La palabra quechua “wascha” significa pobre, y se relaciona el término con no tener parientes.

Entonces, ¿qué relación guarda con el concepto de reciprocidad

LOS TRIBUTOS COLONIALES

Estos son los tributos propiamente dichos, los que más aportaron a la Corona española y al provecho particular de los que detentaron el poder

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