Taxonomia

En todos los ámbitos de la actividad humana es importante, antes de invertir en recursos, definir claramente cuáles son los resultados que se esperan como resultado de dicha actividad. En la educación se habla de objetivos de aprendizaje y éste se refiere a lo que cada estudiante debe alcanzar luego de realizar las actividades de un curso, programa, módulo o periodo.

Alrededor del año de 1946 se empezó a reflexionar sobre cómo medir las diferentes formas de enseñar pero especialmente el cómo se evalúa el aprendizaje y desde la sicología evolutiva se estableció que la evaluación del proceso de aprendizaje se vuelve un proceso sistemático fundamental donde la acertada toma de decisiones en el diseño curricular, didáctico y evaluativo se realiza mediante la taxonomía del aprendizaje, he aquí la funcionalidad de la taxonomía en la educación, como la oportunidad de que los docentes desarrollen currículos apropiados para que los estudiantes logren alcanzar las metas propuestas en el proceso formativo.

Benjamin Bloom fue líder de un grupo de psicólogos educativos y en 1956 desarrolló un método para clasificar el pensamiento cognitivo en distintos niveles, cada uno basado en el anterior, dicho método se denominó: La taxonomía de Bloom. La Idea clave de éste es que lo que los profesores quieren que aprendan los alumnos, se organicen en una jerarquía desde lo menos complejo hacia lo más complejo. La Taxonomía contiene seis niveles, con diferentes subniveles en cada nivel (conocimiento, comprensión, aplicación, análisis, síntesis y evaluación).

El término Taxonomía se designa como: “La ciencia que trata de los principios, métodos y fines de la clasificación. Se aplica en particular, dentro de la biología, para la ordenación jerarquizada y sistemática, con sus nombres, grupos de animales y de vegetales” .

La taxonomía de B. Bloom o la de Marzano y Kendall son algunas de las propuestas que se desarrollaran a continuación en este texto que pretende realizar un análisis

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