Teatro Para Hablar De Las Drogas

Si queremos hablar de drogas con nuestros hijos, pontificar nos aleja de ellos. En cambio tras reír o llorar a la salida de la obra de teatro "El rojo de tus ojos" los padres el espacio de diálogo queda inmediatamente abierto. Divertida, reflexiva y provocadora, la obra, más que dictar cátedra sobre el no consumo, muestra la realidad de unos personajes que reaccionan y toman caminos diferentes frente a la droga. Algunas experiencias son exitosas, otras no, pero ocurren delante de los ojos del público durante los 70 minutos que dura la obra.

El equipo de "El rojo de tus ojos" descubrió que el mensaje llega directamente a los jóvenes. "Es muy distinto a las campañas de prevención que salen por la tele: ¿Quién se emociona en 30 segundos?", preguntan.

"Yo siempre hablo al empezar la obra y cuento que es una mirada muy de nosotros, que tiene que ver con el pelearle la esquina al dealer (vendedor), a la tentación. Cada chico que ve la obra vive una acción directa frente al compadre que dice "la primera te la regalo", dice Renato Munster, creador de la idea original de la obra.

Chato y el Cara’e bolsa, dos simples anteojos de aviadores pintados de rojo dan vida a estos dos volados que sentados en la sala de clase se prometen que la droga no les hará nada.

Lleva más de un año y medio en cartelera y la han visto más de 25 mil espectadores, sin embargo son pocos las que han oido hablar de "El rojo de tus ojos". ¿Las razones? esta obra se monta a pedido, lejos de los circuitos tradicionales del teatro. En colegios, en escenarios improvisados por los padres. Y por todo el país.

La apuesta de este equipo liderado por Renato Munster fue que la gente viera y disfrutara el espectáculo. En algunos momentos la trama va acompañada de bellas imágenes de video. En otras la obra interpela al público con un grito a ritmo de rap: " Necesito tu comprensión, no tu represión ".

La obra busca mostrar las causas del enganche con la droga y allí aparecen problemas muy comunes de afectividad, de soledad. Munster explica que la idea nace de dos grandes temas personales, por un lado su espíritu crítico de lo que son las campañas de prevención y, por otro, una "deuda pendiente" con un amigo porque no tuvo las herramientas suficentes para apoyarlo a salir de la droga años atrás.

Los "ojos rojos", en cambio, aparecieron en el proceso de investigación de la obra. En el Centro de rehabilitación Manresa había una exposición fotográfica que incluía frases de chicos que se estaban rehabilitando. Una de ellas decía: "... ya con mis ojos un poco más limpios gracias a las lágrimas, pude ver mejor la cara de mi madre, llena de arrugas, ojeras y una profunda amargura..."

Durante 70 minutos, entonces, la

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