Tema: El Estado de Anarquismo

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El estado de anarquismo

• O como aprendí a entender el desorden-

“El hombre nace libre y sin embargo, vive en todos lados entre cadenas”. Dijo Rousseau en algún momento para describir la conducta humana con respecto a la sociedad. ¿Y qué puede ser más preciso que las palabras del revolucionario ginebrino?

Desde el inicio de la primera civilización el hombre ha dedicado sus esfuerzos a hacerse fuerte a costa de otros. Esto puede ser comprendido si analizamos con detenimiento las teorías del contrato social propuestas tanto por Jean-Jaques Rousseau como Thomas Hobbes. Ambos tratados acerca de los orígenes del estado a pesar de ser virtualmente opuestos coinciden en un punto clave: El estado surge cuando el fuerte, de cualquier modo logra convencer al débil  de que él tiene derecho de dominar su voluntad. Rousseau en su libro El Contrato Social habla de una sumisión de voluntades ante un individuo para alcanzar un estado de bien estar, mientras que El Leviatán de Hobbes nos habla de una compra-venta en el que el producto es la seguridad de la barbarie natural y la moneda la libertad.

“¿A caso un hombre no tiene derecho al sudor de su propia frente? No, dice el hombre de Washington, pertenece a los pobres. No, dice el hombre del Vaticano, pertenece a Dios. ¡NO! dice el hombre de Moscú, pertenece a todos. Yo rechacé esas respuestas.”
                                                                        Ken Levine (2007)

¿Por qué siendo hombres libres aceptamos la voluntad de unos cuantos como si fuera propia? ¿Por qué debemos apegarnos a principios ajenos? ¿Por qué debemos dedicar nuestras vidas al empoderamiento de unos? ¿Por qué debemos justificar al estado?

A lo largo de éste trabajo se realizará un análisis de como aquella ficción a la que se aferran los teóricos del estado no es nada más que una utopía irrealizable. Tomando como punto de partida las teorías anarquistas relacionadas a la existencia del estado, y evidenciaremos como éste ha sistemáticamente fallado en alcanzar los fines que se ha propuesto.

Sin embargo antes de proceder, es menesteroso  primeramente definir Anarquismo.

Anarquismo es la filosofía política que aboga por sociedades autogobernadas basadas en instituciones voluntarias. Y aunque estas agrupaciones sean llamadas equívocamente por algunos como sociedades sin orden, éstas están cimentadas en instituciones carentes de jerarquía. Las corrientes anarquistas califican al estado como una institución humana basada en la explotación del débil por el fuerte y enfoca sus objeciones, no sólo al estado (como la corriente anti-estadista, la cual no será abarcada en éste trabajo) sino que se opone a cualquier clase de autoridad u organizaciones jerárquicas, estas incluyen, pero no se limitan al sistema estatal.

El anarquismo –por nominalidad- carece de un cuerpo de estudio taxonómico y delimitado como sucede con otras teorías, razón por la cual podemos observar diversos paradigmas anarquistas, los cuales van desde el extremo individualismo, hasta un colectivismo total. Sin embargo, los puntos de vista de la corriente coinciden en una cosa: el rechazo hacia el status quo de la Autoridad.

Como se hizo notar con anterioridad, el anarquismo va hacia ambos espectros de la política, el extremo comunismo y un liberalismo completo, y para poder comprenderlo analizaremos las teorías de Proudhon, Bakunin, Kropotkin, los tres principales exponentes de la corriente anarquista.

Pierre Joseph Proudhon nació en Francia en el siglo XVIII y es el primer filósofo en autoproclamarse como anarquista, por lo que es considerado por varios autores como el padre de la anarquía. Su obra gira alrededor de fuertes críticas al gobierno de la época, calificando de inútil al sufragio universal debido a la facilidad que se tiene para manipular a las masas y de este modo obtener el resultado deseado.

Proudhon proponía la creación de pequeñas agrupaciones de productores autónomos en una federación de comunas que giren en torno al mutualismo y a la cooperación social.

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