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Teoria General Del Estado


Enviado por   •  22 de Marzo de 2015  •  3.608 Palabras (15 Páginas)  •  201 Visitas

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Ensayo de teoría general del estado. 23-02-2015

Teoría General del Estado de Hans Kelsen

Estado y sociedad.

1. Concepto de Estado

Una, de las más corrientes es aquella en virtud de la cual designamos como «Estado » el conjunto de todos los fenómenos sociales, identificándolo con la Sociedad (en el sentido de una totalidad orgánica y en consciente contraposición a cualquiera de sus manifestaciones parciales). Una variedad de esta aplicación intensiva del concepto es el reciente intento de identificar el «Estado » pura y simplemente con la totalidad del acaecer histórico, designando al Estado como la historia en reposo, y a la historia como el Estado que fluye (Spengler); frase ingeniosa, pero falta de exactitud científica. En contraposición a estos puntos de vista, hallamos a veces un concepto de «Estado » que considera a éste como uno de tantos hechos que constituye con los restantes el reino de lo social, de modo que la Sociedad es el concepto genérico y el Estado el concepto específico. Pero no deja de ser frecuente separar de modo absoluto ambos conceptos y mostrar la antítesis de Estado y Sociedad.

2. Sociología del Estado y teoría del derecho político

Si se plantea la antítesis de Estado y Derecho como una antítesis de ser y deber ser (la cual es, a su vez, una antítesis de puntos de vista, una contraposición de métodos y, por tanto, de objetos del conocimiento), es una consecuencia natural distinguir, como es frecuente, entre la teoría sociológica del Estado (metódicamente orientada en las ciencias naturales) y la teoría jurídica del Derecho — si se permite el pleonasmo — (orientada en sentido normativo). La primera se pregunta cómo se comportan de hecho los hombres, cuáles son las causas que han determinado ese comportamiento, con arreglo a qué leyes naturales se regula, creyendo de este modo poder llegar a la entraña de ese objeto específico llamado «Estado». La otra doctrina se pregunta, en cambio, cómo se deben comportar los hombres, qué conducta les prescribe el Derecho, el Derecho positivo, por qué razones deben comportarse así y no de otro modo; y de esta suerte va ascendiendo a leyes jurídicas cada vez más generales y, en consecuencia, llega a poder determinar su objeto específico, el Derecho, como un complejo sistemático sometido a leyes propias, diferente de la conexión causal de la naturaleza (o de la sociedad considerada como estructura naturalista).

3. Estado como realidad social

a) Acción reciproca

Para probar que el Estado es una realidad natural se acude a la explicación de la unidad de los elementos en la cual consiste el Estado como un caso de acción recíproca, como una interacción psíquica. Una multitud de hombres llega a constituir una unidad si estos hombres mantienen relaciones espirituales recíprocas, es decir, si el alma de uno ejerce un determinado efecto sobre la de otro, siendo a su vez influenciada por ésta (Simmel).

Demos por establecido únicamente que semejante determinación psicológica (o si se prefiere, psicológico-social) del Estado está en abierta contradicción con los hechos. Los hombres que forman y pertenecen al mismo Estado no necesitan en modo alguno hallarse perpetuamente entre sí en la relación de acción recíproca intensa, es decir, no tienen por qué mantener entre sí un intercambio de sus energías espirituales más intenso que con cualesquiera individuos no pertenecientes al mismo Estado.

La pertenencia a una comunidad nacional, religiosa, profesional o meramente ideológica — la cual no suele coincidir con la comunidad estatal — crea de ordinario vínculos espirituales mucho más estrechos, y sin embargo no se piensa que con esto peligre la unidad del Estado. Quien contemple con criterio realista la interacción psíquica.

Esta significación corresponde a aquel genero de « unión » que se constituye por una norma o sistema de normas y que «u n e » a los individuos en el mismo sentido en que une una multitud de conductas humanas en una totalidad superior, el sistema de la comunidad, es decir, en el sentido de « obligar» a aquéllos; y precisamente en este sentido la comunidad, como sistema de normas referentes a la conducta humana, como orden, está sobre los individuos, constituye una esencia superindividual, cuya esfera específica de existencia no es el reino de la realidad psíquica (es decir, psíquicoindividual), sino el reino de la idealidad normativa, y, por tanto, sólo en este sentido, supraindividual; y precisamente en este sentido no hay diferencia entre « asociación » y « norma » u «orden », sino que la asociación es el orden, porque sólo en éste, en las normas que lo constituyen, existe la unión en la cual se hace consistir todo lo social.

b) Paralelismo de procesos psíquicos

Cuando se declara que una pluralidad de individuos, que representan una forma de la unión social, una unidad social real, constituye una comunidad (porque se constata que hay una cierta coincidencia material en su querer, su sentir o su pensar), se piensa no haber salido del dominio psicológico y, sin embargo, se cree al mismo tiempo haber llegado a comprender la esencia de lo supraindividual social. Podría hablarse aquí de un paralelismo de los procesos psíquicos, el cual existe cuantas veces se hace referencia a una «voluntad colectiva», a un «sentimiento común », a una conciencia o interés común o colectivo.

c) Motivación

Para fundamentar la realidad sociológica del Estado, se suele poner a contribución el tipo de la «motivación » psíquica junto al de la analogía o paralelismo de los procesos psíquicos. El Estado es una relación de dominio, es decir, una relación en la cual la voluntad de uno se convierte en motivo de la conducta de otro, a la cual se dirige la primera voluntad; o bien el Estado es el mismo titular del «imperium», cualificado de algún modo, cuya voluntad vincula a los individuos que le están sometidos en el sentido de que los «motiva ». Para una consideración realista, no existe más que una multitud de tales motivaciones; pero ni la unidad del imperante ni la de los dominados es dada realiter en modo alguno.

d) Teoría Organicista

El Estado, como cuerpo animado o como alma corpórea, a la manera de otros organismos animados: tal es el fruto de la Teoría orgánica del Estado, tal es la hipóstasis convertida en mitología. En lugar de la Psicología social surge ahora la Biología social.

Leyes supuestas naturales, que se dice observar en el acaecer social efectivo (como por ejemplo la de la siempre creciente división del trabajo, la de la diferenciación, o la ley de la desigualdad en la naturaleza), son transformadas en normas; y se justifican

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