Teoria Pedagogíca, EL PROBLEMA DE LA FORMACIÓN EN LA MODERNIDAD

EL PROBLEMA DE LA FORMACIÓN EN LA MODERNIDAD

A partir de la aparición del positivismo como fundamento de la verdad científica, las disciplinas humanas fueron relegadas a un plano de especulación por lo que pedagogía y su objeto de estudio, la formación, se fueron clasificando a un aspecto hermenéutico; dando paso a una reducción de las epistemes de lo que originalmente era la pedagogía.

¿Es tanto lo qué se puede decir epistemológicamente acerca de la formación o es un tecnicismo sencillamente pragmático? No obstante el Bildung no se reduce a lo que es cultura; sino que también es traducido como formación. Por lo mismo formación no se reduce a experiencias; sino también es una concepción de la vida, pues es una mezcla homogénea de cultura, experiencias, juicios, comprensión y formas de pensar.

Entonces ¿Qué se puede decir de lo pedagógico? ¿Por qué los pedagogos no aplican la pedagogía? Pues bien el positivismo y la epistemología como teoría de la ciencia ha marcado un jaque al desarrollo auténtico de lo pedagógico, demandando que los pedagogos limiten a la pedagogía en un sentido educativo y en el peor de los casos en algo básicamente didáctico lo que da como resultado la pérdida del sentido humanístico de la formación ocasionando que por esto y con la unión del contexto histórico actual se tome lo pedagógico en un saber HACER dejando a un lado el SER.

Retomando a Durkheim es necesario no dejarnos llevar por su teoría disfrazada de felicidad; ya que la buena organización de la sociedad no puede dejar a un lado la subjetividad de lo humano. Sin embargo no se trata de desmeritar su trabajo, pero al afirma que “consagro a la pedagogía, por lo menos una tercera parte” es caer en una contradicción; ya que, dejándose llevar por el espíritu científico cava la tumba de la pedagogía, al dejar inconclusa su percepción de la ciencia de la educación, substituyendo a la pedagogía.

En la modernidad aqueja el mismo problema pues el positivismo ahora enfocado al capitalismo sigue exigiendo una autenticidad científica basada en la experimentación y la verificación, donde una postura epistémica es nuevamente rechazada por el juez ciencia la epistemología; ya que una pedagogía hermeneuta no entra a un salón de clases y experimenta con los alumnos que ahí se encuentran; por consiguiente no puede experimentar y mucho menos verificar. Aunándose a que es muy difícil separarse de nuestra formación y así partir una teoría eminentemente pedagógica; pues es necesario apoyarse en otras ciencias y disciplinas.

Por lo mismo, hoy el problema de la formación se encuentra inmerso en una complejidad que provoca vicisitudes para unificar lo pedagógico y a los pedagogos, quienes saben de todo un poco, pero no saben de pedagogía por lo tanto en el contexto aún positivista en el que

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