Teoria penal. Robo con violencia
Enviado por pedrosanchez.8 • 21 de Abril de 2017 • Síntesis • 5.273 Palabras (22 Páginas) • 302 Visitas
IMPUTACIÓN
a) Resumen de los hechos: El 18 de febrero de 2014, en el estacionamiento de la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional “Benito Juárez” de la Ciudad de México, a las 08.45am horas aproximadamente, Miguel Juárez Sánchez presuntamente asaltó a Rigoberto Aceves Hernández a quien robó $7,000 siete mil dólares en billetes de cien, golpeándolo en la cabeza y dándose a la fuga.
b) Conducta típica: Robo con violencia, prevista y sancionada por el artículo 367 del Código Penal Federal en relación con los artículos 367, 369 y 373 de ese mismo ordenamiento.
Artículo 367.- Comete el delito de robo: el que se apodera de una cosa ajena mueble, sin derecho y sin consentimiento de la persona que puede disponer de ella con arreglo a la ley.
Artículo 369.- Para la aplicación de la sanción, se dará por consumado el robo desde el momento en que el ladrón tiene en su poder la cosa robada; aun cuando la abandone o la desapoderen de ella…
Artículo 373.- La violencia a las personas se distingue en física y moral. Se entiende por violencia física en el robo: la fuerza material que para cometerlo se hace a una persona. […]
c) Elementos (para fines didácticos de este caso hipotético): - Acción (verbo rector): apoderarse. - Objeto material: una cosa. - Elementos normativos: “ajena”, “mueble”, “sin derecho” y “sin consentimiento de la persona que puede disponer de ella con arreglo a la ley”. - Medio comisivo: violencia física.
d) Acusado: Miguel Juárez Sánchez
e) Ofendido: Rigoberto Aceves Hernández
f) Penalidad posible: Hasta siete años y seis meses de prisión.
PROCURADURÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA POLICÍA INVESTIGADORA
REPORTE DEL AGENTE DE POLICÍA FEDERAL DANIEL JOSÉ VERGÉS HERNÁNDEZ
Ubicación: Estacionamiento de la Terminal 2,
Aeropuerto Internacional “Benito Juárez” de la Ciudad de México
Delito: Robo con violencia
Fecha del reporte: 18 de febrero de 2014
Oficial: Daniel José Vergés Hernández
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En la mañana del 18 de febrero de 2014, cerca de las 8:45 a.m., estaba haciendo mis rondines de rutina, caminando dentro de la planta alta del estacionamiento de la Terminal 2 del Aeropuerto de la Ciudad de México, cuando vi a un hombre fornido, a quien más tarde identifiqué (con su credencial de elector) como Miguel Juárez Sánchez, quien parecía estar discutiendo con otro hombre más joven en un lugar cercano al acceso peatonal del área de comida en el pasillo que conecta al estacionamiento con la Terminal 2, cerca de las máquinas de pago de los boletos de estacionamiento. Juárez Sánchez vestía pantalón negro, camisa blanca y chaleco oscuro. En ese momento, un conductor se detuvo a hacerme algunas preguntas y mi atención se desvió por varios minutos. Luego voltee al lugar donde había visto a los dos sujetos, y ya no estaban ahí.
Continué con mis rondines y aproximadamente diez minutos más tarde, vi a un sujeto recostado sobre una de las columnas que se encuentran en el pasillo “F” cerca del hueco del elevador, a un costado de las rampas de bajada del estacionamiento. Me acerqué para investigar. En principio creí que el sujeto estaba borracho. Luego lo reconocí como el sujeto que había estado hablando con Miguel Juárez Sánchez del otro lado del estacionamiento. Lo toqué para ver si se encontraba bien. Le pregunté “¿está bien?”, y él me contestó “no sé”, con mirada perdida. Luego se levantó y miró sus bolsillos. Agregó, “no está”. Le pregunté qué era lo que no estaba. Él empezó a decir algo y luego se detuvo. Unos momentos después dijo, “me robaron el dinero y me golpearon en la cabeza”. Le pregunté si podía sentarse. Él dijo que le dolía la cabeza, pero que no era serio. Le pregunté su nombre y me respondió “Aceves”. Le dije que esperara, que conseguiría ayuda.
Inmediatamente hice parar una patrulla conducida por el oficial Ramón Patiño Jiménez que estaba circulando por el interior del estacionamiento de la Terminal 2, quien llamó por radio a una ambulancia y se quedó en la escena de los hechos acompañando a la víctima mientras que yo partí a tratar de encontrar a Juárez Sánchez. Primero lo busqué en el pasillo de comida. No lo encontré. Regresé al sitio donde estaba la víctima y abordé la patrulla de Patiño para salir a buscar al Juárez Sánchez, de quien sospechaba haberlo visto con la víctima minutos antes. Lo encontré a los cinco minutos caminando por la acera sur de la calle Miguel Lebrija rumbo a la estación del metro de Pantitlán, a unas cuadras hacia el oriente de la escena de los hechos. No había mucha gente en la zona a esa hora. Bajé del carro y corrí hasta encontrarme justo enfrente de Juárez Sánchez. Corrí porque no quise darle tiempo para que se escapara después de ver mi uniforme.
Juárez Sánchez se detuvo y le pregunté si podía hacerle algunas preguntas. Él dijo, “adelante, sin problema”. Le pedí su identificación y me mostró su credencial de elector que lo identificaba como Miguel Juárez Sánchez, de 33 años de edad, con domicilio en la calle 9 número 81-A, en la colonia San Pedro de los Pinos, México, Distrito Federal. A mí me pareció que ya lo había visto antes, en otras ocasiones rondando por la Terminal 2 del aeropuerto, pero no tengo certeza de ello. Llevaba un portafolio algo antiguo y rígido, algo dañado. Negro tipo piel. Le dije que iba a revisarlo. Al abrirlo tenía 65 sesenta y cinco billetes de $100 cien dólares americanos. Los recogí. Fue ahí cuando le dije que sospechaba que había cometido un robo y que iba a llevarlo para que la víctima lo viera. Él respondió que no tenía nada que ocultar, que no era cierto que se hubiera robado nada, y que estaba dispuesto a sostenerlo frente a cualquier persona. Aceptó subirse voluntariamente a la patrulla, sin que yo lo arrestara.
Llevé entonces a Juárez Sánchez al sitio exacto del estacionamiento de la Terminal 2 donde se encontraban el Sr. Aceves y mi compañero. Tan pronto Juárez Sánchez se bajó del carro, el Sr. Aceves espontáneamente dijo: “ese es el tipo que me robó”. Entonces puse a Juárez Sánchez bajo arresto por robo, esposándolo e informándole de sus derechos. Aceves también identificó el dinero. Dijo que no estaba seguro de haber visto el portafolio, pero aseguró que fue golpeado por algo tremendamente duro. En eso llegó la ambulancia y la víctima fue transportada al hospital más cercano.
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