Todo sabemos el complejo camino que es esto de la arquitectura.

Lo primero es que hay que entender que la arquitectura es forma y volumen, cuyo concepto viene a convertirse tangible gracias a los materiales, la disposición y las reacciones de unos frente a otros. Hoy en día deben convivir formas de expresarse tan dispares como las tradicionales, o las tecnológicas.

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El uso de la tecnología más avanzada ha sido necesaria para la creación de los espacios más importantes de la historia; así, la conciencia de la aplicación de las innovadoras herramientas puede ubicarse a partir de la modernindad pasando por la postmoderninad y en ella el constructivismo característico de la ola de arquitectos de los 70 . La arquitectura debe entenderse además de cómo un ejercicio creativo, como un ejercicio de búsqueda, inventiva social y sobre todo técnica.

Para Elizabeth Diller, y sus socios del estudio de arquitectura Diller Scofidio + Renfro, queda muy claro desde que iniciaron su camino allá en 1979. En las escuelas de arquitectura nos enseñan unas bases fundamentales enfocadas en el simple trámite de construir para cumplir una necesidad, sin embargo este grupo de arquitectos crean edificios que suman a la cultura de la arquitectura, no solo para dar solución a los problemas. Analizan y ponen en la mesa lo que piensan que debe ser el futuro, intelectuales con inquietudes más allá de lo que supone estudiar el pasado y el presente de la arquitectura.

Este pensamiento les ha conducido a concebir su actividad, su identidad intelectual y creativa, desde la complejidad que conlleva fusionar el ser arquitecto y el ser artista, aunando dos esferas que a menudo los arquitectos asumen que no es posible equilibrar en una misma dimensión. La obra de Diller Scofidio + Renfro surge de una invstigación teórica no dogmática, abierta desde una perspectiva poética y radical a las nuevas tecnologías como signo y elemento creados de modos de percepción e interpretación. La experimentación aferrada a los planteamientos de lo artístico ha llevado a este equipo a desarrollar una forma de pensamiento liberado de las convenciones que rigen la ideade de que consttuye lo arquitectónico. Tratar de descubrir, desvelar, las posibilidades de que la arquitectura genera experiencias que transciendan los estados de vivencia conocidos.

A estas alturas de la contienda Elizabeth expone su inquietud tecnológica a través de la ciencia de los materiales, de como éstos deben relacionarse con la tecnología. Para ella la Arquitectura ya es una tecnología en si que reúne todo tipo de campos, que deben relacionarse para el correcto funcionamiento, como si de un software. A ests campos además se ven influenciados por el contexto social- cultural- político.

Hay que entender que la Arquitectura surgió de una necesidad, y esta fue pensada para resolver esos problemas. Arquitectos como Diller tienen esa sensibilidad como para darse cuenta de que la arquitectura afecta a nuestras vidas de una manera radical. Desde la cultura visual, hasta los estados de ánimo, es importante entender que es una de las mayores influencias que hay sobre una población de una ciudad. La arquitectura es en sí forma y volumen, cuyo proceso pasa desde un sketch en un papel hasta los programas tecnológicos más avanzados como grasshopper. Estas arquitecturas, aún siendolas, pueden definirse de formas muy dispares, pues no siguen los mismo criterios culturales y sociales. En este punto los materiales juegan uno de los roles más importantes pues sin ellos esta idea ya sea de boceto o de un programa no podría hacerse tangible. El desarrollo de los materiales es una apuesta rompedora en el as del desarrollo de la tecnología del futuro. Desde la revolución industrial los materiales se han desarrollado gracias a la tecnología del momento, pero es ahora cuando esta tecnología podría verse mezclada con el material, llegando a confundir la función de cada uno de ellos. El material ya no tendrá una función de resistencia o protección, ahora además deberá con las exigencias sensoriales que el futuro de la tecnología nos trae. Aunque avanzamos a un ritmo frenético la tecnología todavía no ha resolvido muchas de las inquietudes que algunos arquitectos ya han sabido poner sobre la mesa, porque en el mundo de la imaginación todo vale. Es el caso de diller y scofidio con la Slow House ya se plantearon una idea avant garde que conseguía posicionarlos en teóricos.

Sin embargo el ritmo al que crece la tecnología no es posible ser alcanzado por el ritmo de reflexión de las personas. La tecnología cada vez se covertirá en todo. Todo estará relacionado con ella, de una manera inimaginable, tal y como muestra la serie televisiva Black Mirror ( imagen ) en la que se muestran posibles situaciones vitales y como cambiará los hábitos vivenciales de las personas. Será positivo que la tecnología se encargue de abrir nuestra mente hacia nuevos horizontes, pero asusta el pensar que acabe convirtiéndose en una herramienta para ir destruyendo nuestro cerebro lentamente. Cada vez sentimos la necesidad de esforzarnos menos, esto sumado a que la tecnología consigue individualizarnos, todo no puede ser pixeles y bits. Al igual que no puede ser todo piedra, o hormigón. Debe encontrarse un punto medio, una fusión en el que no nos olvidemos de nada. El mundo de la arquitectura es un reflejo descomunal del comportamiento social. Hoy en día existe una tipología arquitectónica de tecnófilos en la que se cree que el dogma está basado en … Se estrapola la idea de parametrizar, y se cree que hoy en día se puede construir cualquier cosa por que ya, cada vez más, todo es posible. En sus inicios parametrizar era una forma matemática de llevar a cabo un conjunto de elementos…

El uso de la tecnología más avanzada ha sido necesaria para la creación de los espacios más importantes de la historia; así, la conciencia de la aplicación de las innovadoras herramientas puede ubicarse a partir de la modernindad. La arquitectura debe entenderse además de cómo un ejercicio creativo, como un ejercicio de búsqueda, inventiva social y sobre todo técnica.

Para limitar el espacio, los arquitectos requieren de elementos estructurales que para su construcción implican, inevitablemente, la aplicación de algún tipo de tecnología que siempre es el reflejo de la propio tiempo. Diller y scofido son ese tipo de arquitectos invisten en el paradigma arquitectónico como resutado de la búsqueda creativa, aunada a la innovación tecnológica. Lo más interesante de este grupo es que poseen una conciencia social, política y de contexto para la aplicación de las innovadoras herramientas, como en el comienza de la modernidad, pasando por el postmodernismo en aras de ansia por la era tecnológica. La imagen de una arquitectura nueva depende en gran medida de la tecnología aplicada. A raíz de estas ideas surgen nuevas formas de desarrollo conceptual como puede ser la idea de parametrizar. Esta forma de diseño, no se puede negar que de impacto, recuerda mucho a los desarrollos teóricos de Venturi, en cuanto a edificio monumental se refiere. Esta nueva forma de arquitectura es un llamamiento Schumacher, en la que todo vale en la construcción ya que una máquina se encarga de determinar los valores necesarios de fuerzas, gravedades, masas… que son necesarias para su construcción. Sin embargo en la mayoría de los casos se trata de arquitecturas que no tienen en cuenta su entorno, que compiten en vez de dialogar con su alrededor, que cuestan millonadas porque la utopía de estos programas todavía no se encuentra al nivel del desarrollo tecnológico de los materiales. Acaba conviertiendose pues en edificios que maquillan, que cubren otro concepto de edifcio, llegándose a convertir en edificio moumentos. Hoy en día es más común ver este tipo de arquitectura en las grandes capitales del mundo. Al principio será algo que impresionará e impactará al espectador ( que cada vez toma más consciencia de la arqutiectrua como no disciplia ) Se dice que este tipo de construcción se ha creado exclusivamente para el era del capitalismo, en el que el dinero está por encima de las necesidades reales de búsqueda de una tecnología que pueda satisfacernos, si no al contrario donde nosotros estaremos aletargados a esta tecnología. Ni hablamos de la necesidad ecológica del planeta por reducir residuos, o de la necesidad de culturizar visualemnte y teóricamente a la sociedad. Y les mostramos edificios donde la tecnología sea simplemente una cara bonita y no le busquemos una necesidad acabará convirtiéndose en eso.

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