Trabajo De Migrantes Transfronterizos

Cada año en los meses de noviembre a marzo, vemos como ingresan a nuestro país, una gran cantidad de migrantes mayormente de Nicaragua, estas épocas son las propias para el cultivo y cosecha de melones así como la cosecha de la caña de azúcar, ambos cultivos de mucha importancia para la economía de nuestro país.

En la naranja, se producen dos floraciones principales: la inverniz, en diciembre de cada año, que representa el 30% del total de la producción, y la veranera, de febrero a abril, que concentra el 60%, principalmente de la variedad Valencia, en tanto el 10% restante se constituye de la variedad Piña, la cual produce durante todo el año y que se destina principalmente al mercado interno. Inferimos, por tanto, que sus requerimientos principales de fuerza de trabajo se concentran de febrero a abril de cada año.

De acuerdo a lo que establece la Ley de Migración y Extranjería, es obligación de los patronos que contratan este tipo de mano de obra, de solicitar los permisos temporales de sus trabajadores ante la Dirección General de Migración y Extranjería previo estudio de la oficina de Migraciones Laborales, este estudio lo que pretende es evitar dejar de lado la mano de obra nacional y así no acrecentar el índice de desempleo nacional; sumado a ello que existe la obligación de los patronos de respetar las leyes vigentes en materia de trabajo y seguridad social

El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, mediante oficio DML 0136-2011 del 10-03-11, recomendó el otorgamiento de 100 permisos de trabajo para choferes de autobús por un plazo máximo de 12 meses, a las empresas adscritas a la Cámara Nacional de Transportistas (CANATRA), y que cumplan con los requisitos establecidos para la categoría especial de trabajadores temporales.

Sin embargo, la realidad que impera en Costa Rica es muy distinta a lo que la ley nos permite hacer; y es así como inicia una ardua lucha, para lograr el cumplimiento de la ley, los trabajadores migrantes en su mayoría no cuentan con los permisos correspondientes, y por ese motivo son explotados por sus patronos, a pesar, de que conocer esa obligación, abusan de los trabajadores por cuanto se encuentran en una condición irregular.

La Dirección Nacional e Inspección General de Trabajo, y el cuerpo de policías de la Dirección General de Migración y Extranjería son los encargados por ministerio de ley de velar por el cumplimiento de las leyes migratorias y laborales, sobre la condición regular de los contratos de los trabajadores migrantes, y luego de ello el cuerpo de Inspectores del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social se encargan de verificar el cumplimiento de las leyes de trabajo, leyes conexas y de los Tratados Internacionales.

Existe gran renuencia por parte de los patronos en cumplir con las normas, justificándose en condiciones propias de burocracia, y exceso de requisitos, recesión económica, sin embargo, eso no es excusa para evitar cumplir con la ley, lo cierto del caso es que en efecto, existe la cultura de infractor, esa mal llamada cultura “me la juego”, lo cual conlleva a grandes abusos en contra de los trabajadores migrantes, a quienes los amenazan con deportarlos si se quejan.

Realizar una visita a los lugares donde pernotan estos trabajadores, y ver las condiciones en las que se encuentran, es realmente impresionante, duermen en camarotes hechos con pedazos de tablas; sobre ellos hay retazos de cartón y una espuma por colchón la cual mide de grosor dos pulgadas, la alimentación, muy mala, eso sin contar los servicios sanitarios y baños, además de la falta de aseo y hacinamiento en la que se mantienen; olvidan estos patronos y la comunidad en general que son ellos – los trabajadores migrantes- quienes laboran desde las cuatro de la madrugada hasta pasado el medio día, en la cosecha de la caña de azúcar y la cosecha de melón, son quienes con su arduo trabajo sostienen la agricultura de nuestro país, son seres humanos, luchadores que debido a la pobreza extrema de su país vienen al nuestro a trabajar para mantener a sus familias.

No existe la más mínima conciencia en nuestros ciudadanos, de la importancia que tienen los trabajadores migrantes en la economía de Costa Rica y que sin ese trabajo, no tendríamos como exportar nuestros productos, sin dejar de lado que no solo en la agricultura de la Caña de Azúcar y melón laboran, pues aportan su fuerza de trabajo en construcción, transporte público, cultivos de piña, banano y café.

Desde hace ya más de diez años, vemos como los costarricenses no quieren trabajar en agricultura, ni en construcción, lo cual conlleva a la imperiosa necesidad de buscar fuera de nuestras fronteras la mano de obra necesaria para continuar con el desarrollo nacional.

En el año 2009, con la implementación del plan nacional de desarrollo, se de produjeron políticas estatales para la protección de los derechos laborales de los trabajadores, del sector construcción, y de esta forma se integraron grupos de

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