UNA GUIA PARA EL RETORNO A CASA

UNA  GUIA  PARA  EL  RETORNO  A  CASA

El retorno o “re entrada” puede describirse como un período de transición que comienza meses antes del retorno físico a casa, y que continúa después de la llegada, hasta que uno mismo se sienta otra vez EN CASA.

La opinión de los ex participantes sobre este período de transición varía de persona en persona, dependiendo de factores como la personalidad, y las características de la experiencia pasada en el exterior.  Algunos piensan que el período de transición presenta pocas dificultades, tanto para ellos como para sus familias.  Sin embargo, la mayoría tiende a experimentar que el retorno es más difícil de lo esperado.

A través de algunas de las experiencias típicas de ex participantes hemos identificado algunas etapas típicas por las que atraviesa el ex participante, y esta información puede serte útil en los próximos meses.

1.  Muchos ex participantes han notado que la re entrada psicológica comienza alrededor de 3 meses antes del retorno a casa.  El participante en el exterior comienza a ir dejando (no completamente) de enfocarse en su vida diaria, desafíos, problemas y aventuras de la experiencia en el país anfitrión, para empezar a pensar en su país de origen y la vuelta a casa.  Piensa con cierta frecuencia en:

-completar ciertos proyectos en vez de iniciar nuevos proyectos o actividades,

-empacar y enviar artículos personales a casa,

-indagar sobre sus arreglos de viaje para el retorno,

-reflexionar sobre el tiempo que estuvo afuera,

-despedirse (amigos, etc),

-empezar a sentir una sensación de pérdida, de amigos, buenos momentos pasados, que pronto quedarán atrás.

2.  Retorno físico: Finalmente, el retorno se realiza.  Meses de preparación finalmente concluyen.  El cambio que se da en la práctica puede resultar una decepción (no ser lo que uno esperaba) después de tanto preparativo.  A veces ocurren cosas inesperadas.  Cuando se viajó hacia el país anfitrión, se estuvo preparado para el “choque cultural”, ese fenómeno de encontrar y experimentar una cultura y modo de vida diferentes.  Pero difícilmente uno espera sentirse “choqueado” por la propia cultura.  ¿Cuándo un paraguayo puede esperar sentirse tan extrañado del calor?  Aún así, un ex participante paraguayo dijo:

“Volver desde Suecia y su invierno, al verano paraguayo es un shock...  no lo puedo describir de otra manera, es simplemente un SHOCK”.

No es raro olvidar el calor paraguayo en un clima tan frío, pero los cambios pueden ser más profundos.  Alguien también comentó:

“Me siento más independiente, más seguro de mi mismo, de que puedo lograr lo que me proponga... o por lo menos sobrevivir.  Antes siempre dependía mucho de alguien más”.

3. El estrés del retorno: Tanto los cambios buenos como los malos causan estrés.  Los investigadores descubrieron que CUALQUIER cambio en la vida de una persona causa estrés.  Es más, ellos descubrieron que es la profundidad del cambio lo que causa el estrés, no la dirección en la que se da el cambio.  El obtener una promoción en el trabajo puede ser tan estresante como perder el trabajo.  También se descubrió que el estrés afecta negativamente la salud: produce fatiga, depresión, y hasta una tendencia a sufrir enfermedades menores (gripe, etc.), debido a que el estrés baja las inmunidades del cuerpo.

Al estudiar el proceso de retorno a casa, los investigadores de AFS han identificado 3 aspectos del cambio que causan estrés:

la magnitud del cambio,

la naturaleza inesperada del cambio, y

la confrontación con un “yo” diferente.

La magnitud del cambio: sin importar si el retorno se da de un país desarrollado o de un país en vías de desarrollo, siempre hay algo a lo que hay que adaptarse: costumbres, comida, clima, características del sistema educativo, amigos, etc.  El Paraguay que siempre conocimos (antes de salir de él por un tiempo prolongado) a la vuelta puede parecernos extraño (o “un poco extraño”).  La reacción es sentirnos sorprendidos y “raros”.

La naturaleza inesperada del cambio: cuando uno va al exterior, uno espera sorprenderse.  Pero cuando se retorna a casa, la mayoría asume que porque vivió antes allí, porque es el HOGAR, no habrá sorpresas.  La gente no siente que cambió, y que durante su ausencia también cambió el resto.  Amigos se mudaron, gente se casó, nacieron niños de la familia o amigos, etc, hay nuevas situaciones políticas, los precios subieron, etc.

La confrontación con un “yo” diferente: el “shock de identidad” se refiere a la experiencia de una persona que se ve a sí misma de una manera diferente.  El haber vivido en una cultura diferente, cambia a una persona (aunque sea de modo imperceptible): nuevos modos de comportamiento, actitudes, creencias, valores, que se van lentamente incorporando a la personalidad durante el tiempo que se está afuera.  Un participante mencionó: “Mi baño en Paraguay es más grande que la sala del departamento donde vivía en Alemania.  ¿Cómo podemos desperdiciar tanto espacio cuando otros no tienen donde vivir?”

Otra decía “Allá la gente llamaba para anunciar su visita.  Nadie simplemente “aparecía” de repente.  Aquí, parientes y amigos me “caen” justo cuando estoy descansando o debería tomar una ducha.  Es como que no hay respeto”.

La confrontación con un “yo” cambiado es particularmente difícil para la gente joven.  Tres años de vida de un adulto en el exterior causa menos impacto que uno en la vida de un adolescente.  Al adolescente que retorna le afecta el no estar familiarizado con las últimas canciones, formas de bailar, estilos y modas.  Un joven es más propenso a sentirse “fuera de lugar” por estas razones.  Sin importar si se siente más o menos importante por ser diferente, el hecho de ser diferente impacta en su sentido de pertenencia e identidad.

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