Umberto Eco y las Redes Sociales
Enviado por gabi12345678901 • 9 de Agosto de 2016 • Ensayo • 1.817 Palabras (8 Páginas) • 497 Visitas
UNIVERSIDAD MARISTA DE MÉRIDA
DISEÑO GRÁFICO
Comunicación Mediática y Diseño
Umberto Eco y las redes sociales
Gabriela Jaimes Novelo
7 de Marzo de 2016
Introducción
A continuación se presenta un ensayo en el que se analiza, a través de entrevistas y artículos, la opinión que tenia Umberto Eco, escritor y experto en semiótica, conocedor y critico de la manera en que las personas se relacionan y comunican. Se desarrollaran ideas acerca del tema de las redes sociales, el internet, las nuevas tecnologías de la comunicación y en general de lo que Eco consideraba bueno y malo de estas herramientas tan usadas y explotadas como medios de comunicación en los últimos años.
Umberto Eco y las redes sociales.
“El exceso de información provoca amnesia” (Eco, 2011). Esta frase que nos presenta el famoso escritor y semiólogo Umberto Eco en una entrevista para el periódico Época nos resume su punto de vista hacia los medios de comunicación de hoy en día, hacia el uso de internet como fuente de información. Eco postula que actualmente con la facilidad con la que se comparte la información en la internet realmente ya no se puede confiar en la veracidad de las fuentes, a diferencia de los medios impresos, donde una noticia esta conformada por reporteros y editores que se preocupan por que la información que van a compartir sea lo mas exacta y confiable posible, por lo cual existe un filtro por el cual el usuario es capaz de juzgar si la noticia es verídica y honesta. Aun así podemos encontrar la subjetividad en los periódicos, encontrando diferentes posturas dependiendo de que periódico leamos, sabiendo de manera consiente que cuando busquemos las noticias en un periódico amarillista nos encontraremos con una postura diferente a otros periódicos frente al mismo hecho. Aun así sabremos que elegimos leer la noticia de ese periódico por que nos identificamos con la postura de este periódico, y confiamos en su manera de presentar los hechos. En cambio en Internet, siendo una herramienta a la disposición de todos, no existe filtro alguno, cualquiera puede publicar su versión de una misma historia, habiendo tantas versiones circulando por la red que nos encontramos con un exceso de información subjetiva que el usuario ya ni sabe que pensar, creando así una confusión tal que uno solo creerá lo que decida creer del suceso sin importar lo que realmente paso.
Hablando así del exceso de información que circula por las nuevas tecnologías Eco nos expresa “La inmensa cantidad de cosas que circulan por la Red es mucho peor que la falta de información. (...) Internet es un peligro para el ignorante porque no filtra nada” (Eco, 2011). Refiriéndose con esto a la cantidad de versiones que pueden existir en la red, hablando de que al usuario se le presenta una cantidad de información de tantas fuentes que acaba idiotizándolo. Aunque es cierto que con el internet hoy en día es posible obtener información de manera mas accesible, fácil y rápida, dicha información es manipulada por cualquier usuario que tenga acceso a ella, desvirtuándola de tal manera que cuando llega a nosotros ya no podemos confiar en su autenticidad, creando un conflicto de intereses entre el lector y la lectura.
En 1964, Eco público el libro “Apocalípticos e integrados” donde nos presenta un análisis de los medios de información en el cual divide a la sociedad en dos grupos, los apocalípticos, aquellos que repudian las nuevas tecnologías y los medios de comunicación, considerando la información que proveen los medios en masa como una manera incorrecta de informarse y de conocer lo que ocurre en el mundo. Por otro lado se encuentran los integrados, quienes idealizan a los medios de comunicación y los consumen en una dosis diaria. Este análisis, creado por Eco en una época en la que los medios de comunicación eran diferentes, se puede aplicar desde otra perspectiva con las nuevas tecnologías de la información, comenta así el autor “(...)Antes los apocalípticos eran los que criticaban y rechazaban. Hoy son los que critican, pero a la vez usan estas cosas...”(Eco, 2011) ejemplificando de este modo a las personas que critican el uso excesivo del internet, de las fuentes de información que circulan en este y la manera en que las personas lo utilizan en su vida diaria, pero aun así son usuarios de estos, consultores de las mismas paginas que tanto critican para informarse, utilizando los recursos que nos da la red para conocer acontecimientos y hechos del mundo actual. Por esta razón ya no se es tan fácil encasillar a las personas en los grupos que Eco presento años atrás, la globalización ha transformado el mundo en que vivimos, creando una sociedad paradójica, que depende de aquello que repudia para estar al tanto de lo que sucede en la sociedad actual.
Aunque aun existan personas que sigan a los medios de comunicación con los ojos vendados, creyendo en todo los que nos dicen, idiotizados por la postura en la cual nos comunican los hechos. Aun podemos decir que hay personas que no saben clasificar la información, que no saben en que creer y en que no, personas que no cuentan con un criterio propio para poder juzgar a quienes les presentan la información, desvirtuando así la capacidad de los medios de comunicación de poder desarrollar un buen uso de la información y de la manera en la que la presenta, evitando su crecimiento como entes en favor de la verdad y el conocimiento.
En cuestiones de globalización, las nuevas tecnologías y el internet no solo crean un exceso de información para el usuario, perjudicando su juicio ante las noticias que le llegan, si no que también permiten que dichos usuarios se conviertan en informantes, capaces de dar una opinión subjetiva acerca de temas que muchas veces ni conocen, ni cuentan con la autoridad para hablar de ellos. Eco opina:
Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos eran silenciados rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los necios.
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