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Un Viajero Singular Que Iba En Camino Hacia Bagdad A La Famosa Ciudad De Samarra, Vio De Repente A Un Hombre Que Estaba Sentado En Una Piedra Descansando, Entonces El Viajero Se Acerco Al Hombre Que Calculaba Y Cuando De Repeso Se Levanto Diciendo "Un M


Enviado por   •  21 de Noviembre de 2012  •  386 Palabras (2 Páginas)  •  853 Visitas

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Un viajero singular que iba en camino hacia Bagdad a la famosa ciudad de Samarra, vio de repente a un hombre que estaba sentado en una piedra descansando, entonces el viajero se acerco al hombre que calculaba y cuando de repeso se levanto diciendo “Un millón cuatrocientos vientres mil, setecientos cuarenta y cinco”.

El viajero se sorprendió y se puso a observarlo lentamente como si fuera un monumento histórico, al levantarse el hombre que calculaba pronunció nuevamente otro número “Dos millones, trescientos veintiún mil, ochocientos sesenta y seis”. El viajero todo intrigado le pregunto al hombre que calculaba que cual era el significado de aquellos números que pronunciaba en proporciones gigantescas.

Entonces el hombre que calculaba al ver la curiosidad de aquel viajero le cuenta su vida y su desarrollo en el arte de calcular de cómo fue aprendiendo y cual fue el método. Al terminar de contar su vida, el viajero y Beremiz siguen en rumbo hacia Bagdad al llegar a una antigua posada medio abandonada, se encontró con un grupo de hombres que discutían acerca de la repartición de la herencia que su padre había dejado pero eran 35 camellos entre tres personas y este calculo que era imposible para ellos, para Beremiz, era fácil, solo tuvo que hacer unos cálculos y a cada uno le correspondió exactamente la herencia y con esto dejo satisfecho a los tres hombres. Al terminar de solucionar el problema Beremiz y el viajero continuaron su rumbo.

A lo largo del trayecto se encontraron a un viajero herido se llamaba Salém Nasair y era uno de los mas ricos negociantes de Bagdad. Según cuenta Salem que lo habían atacado por una turba de persas y que todo lo que llevaba en la caravana se lo habían robado. Al terminar el relato, Salem les pregunta a los dos viajeros que si tenían algo para comer que cuando llegáramos a la ciudad de Bagdad le pagaban con ocho monedas de oro el pan que coma, entonces ellos buscaron entre sus mochilas unos panes y se repartieron. Al llegar a Bagdad, Nasair le dijo a Ibrahim quien le dio dinero para que pagara a Beremiz y a su viajero las ocho monedas que les corresponde por el generoso servicio. Pero Beremiz encontró un error de la repartición del dinero y rectifico la

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