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Una historia de zozobra y desconcierto:La recepción de las primeras escritoras profesionales en Mexico (1867-1910)


Enviado por   •  19 de Mayo de 2017  •  Reseña  •  2.398 Palabras (10 Páginas)  •  273 Visitas

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Leticia  Romero Chumacero, Una  historia  de  zozobra  y desconcierto:La recepción  de las  primeras escritoras  profesionales en Mexico (1867-1910), Editorial: GEDISA No. páginas: 192 páginas

La Doctora Leticia Romero Chumacero,  con esta obra  nos abre  un nuevo  mundo donde  se  enfoca  al desarrollo de las escritoras del periodo final  del siglo XIX;  La  autora expresa  que:  muchos consideran que  no  hubo  personajes sobresalientes de este  periodo  además de Sor Juana  Inés de la Cruz y Rosario  Castellanos, lo cual  es  totalmente erróneo,  la obra  de  la  doctora Chumacero, reafirma  que las primeras mujeres escritoras  si bien se  encontraban dentro del  circulo de  mujeres religiosas (monjas),  y lo  interesante  que  exalta la  obra  es  el descubrimiento de  muchas  otras que  gracias a la  investigación por  medio de documentos, periódicos y testimonios, además de  arrogar aspectos  de las causas  de  sus escasas  obras  en papel,  entre ellos  los  estigmas, estereotipos y  luchas   a los que se  vieron  encasilladas.

Otro aspecto  de  importancia que se  encuentra dentro  la obra  es como el  contexto histórico, marcado por los periodos de  la  Republica  y  el Porfiriato  fueron de  crucial importancia para las escritoras  tanto de  su desarrollo y las mancuernas que  forjaron  con  personajes nacionales y  extranjeros, que  ayudarían  salir  del típico  papel de la  mujer hogareña, a  su vez también la  cara de la  otra moneda donde no fueron  sacadas del  estilo romántico  y excluyéndolas de las  oportunidades  de consagrar  sus  obras a la  vista del reconocimiento académico.

En el primer  capítulo  (p. 23-64) Leticia Chumacero   recapitula  las bases  por las  cuales  las  mujeres  han  sido  confinadas a su papel  de madres, mujeres abnegadas,  sumisas, incluso  ser  tomadas como una  propiedad más del hombre, mujeres a las cuales se les niega el  derecho al acceso del saber,  dentro de los ilustres personajes que  encasillan a  las mujeres dentro de estos  estereotipos  la  autora resalta a, Friedrich Engels  y  Jean-Jaques Rousseau, de este  último  filosofo  retomara su obra  Emile, ou de l”education (1762,)  la figura de Sophie  quien es la  contraparte de  Emile, quien es instruida de forma diferente  respecto al contexto que alude la  autora: “seria instruida en función  de lo que la  constitución  de su sexo  y sus especie  conviene  para ocupar  su puesto en el orden   físico y moral” (p.25), para  Chumacero  es  la analogía  perfecta  para  dar  paso a la evidenciación del  cambio  educativo, dado en el año de 1860 a las mujeres mexicanas y la inauguración de  escuelas  de  artes para estas mismas, esto  di  paso a que escritoras  como Laureana Wrigth y Laura Méndez de  Cuenca, dieran  a alzar  su voz  por  medio de ensayos y publicaciones, para alentar  la modernización  de la  educación de las mujeres mexicanas así  como  sus importancia  que esta  reflejaba para su  desarrollo laboral. Como  era  de esperarse  la  contraparte  no  tardaría en aparecer mostrando  nuevas  categorías, dentro de estas se pueden mencionar:  “mujeres  vulnerables” “mujeres solas”, etcétera,  la autora  nos relata a través de múltiples ejemplos  cómo  se desarrolla el debate en torno a seguir  fomentando una  educación  en las  mujeres  mexicanas   y la generación de  una  apertura de un  nuevo pensamiento, sin dejar a un lado  como los variados  beneficios  y desventajas que desde  la  perspectiva de la  sociedad  deberían  regir, ya que  son  basados  dentro del  “bien  común para la  familia y la  sociedad”.

Dejando a un lado  el papel que  representa  la  educación en la  mujer mexicana,   la autora  nos  muestra cómo debido al  estereotipo en que se ven envueltas dichas  mujeres  se les encasilla en la línea del  romanticismo  y como  las etapas de la  guerra  y posguerra  dan paso  a la  variedad de  escritos y oportunidades para  poder  dar a conocer  su  material  sin dejar a un lado  que el  género  será  la cruz que han de cagar en sus escritos. El  descubrimiento hemerografico  que  hace la autora  de las escritoras que salen en esta temporalidad, reflejan que el camino  para  colocarse como  escritoras era la reivindicación personal-social regida bajo el bien común, que  ejercer como mujeres autónomas sin despegarse de sus  responsabilidades,  o como Chumacero  dice: “Es necesario  decirlo en  forma plena: para definirse  como escritora, la decimonónica debía redefinirse como   mujer- ya partir- de la definición suscrita  por la  sociedad de la  cual formaba  parte” (p.61). Dejar  el  espacio domestico para  ocupar  sitios académicos no sería  admitido  de  buena  forma   para  esta  época,  pero  Chumacero  pone  a pensar al lector cuando retoma  un pequeño  fragmento de la  obra de  Virginia Woolf  (1991), donde se plantea la  idea de, ¿que hubiera pasado  si  Shakespeare hubiera  tenido  una  hermana  tan  prodigiosa como el? , al plantear este  panorama deja  ver cómo es  que  en México, las escritoras se enfrentan  a diversas  circunstancias  y muros  a derribar  por  la  condición de  ser  mujeres y cumplir  con los estándares  impuestos por la  sociedad  patriarcal.

En el  segundo capítulo Chumacero  (p. 65-84)   abarca el periodo de la República restaurada, al mismo  tiempo el papel que jugara  la revista  El  Renacimiento dirigida por Manuel Altamirano  daría  un  gran impulso  a la poesía femenina,  dentro de las escritoras mexicanas  se resaltan a  Isabel prieto   y  Esther Tapia,  estas se dieron a conocer  por la  grandeza de  sus poemas  en las líneas  históricas  románticas,  por otra parte se  empezara a cuestionar  el título que se les debe de dar  a estas mujeres cultas, el  dilema  recae  en:  “poeta  y no poetisa”,  dentro  de  la obra  será  un  dilema  basado  en  las  facultades  que  tengan en el manejo de  la escritura,  además de la estrategia de  mostrar  sus  obras  y  figura pública,   ante los  académicos,  llegando  entre  un equilibrio de su feminidad  y  sus habilidades entre los  y las  literarias. Uno de los  textos que  ayuda para comprender como es este  proceso de equilibrio  antes mencionado,  es el prólogo  a:  Flores Silvestres  (1871) de  Tapia,  con este  la autora  ayuda a  entender el panorama  que se desarrolla dentro de los  círculos académicos  de  escritores y el reconocimiento   público de la magnificencia  de  grupo intelectual femenil.

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