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Vacuanas Informaticas


Enviado por   •  16 de Julio de 2015  •  6.206 Palabras (25 Páginas)  •  342 Visitas

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.Género narrativo

El género narrativo es un género literario en el que el autor utiliza un narrador para "contar" una historia, pueden ser sucesos reales o ficticios. Utiliza la prosa en sus formas de narración y descripción.1

Los tipos de narraciones son: el cuento, la novela, el mito, la leyenda, la fábula, la crónica, el apólogo, la epístola, el ensayo y la epopeya

• Autodiegético (narrador personaje): Narra en primera persona. Es el mismo protagonista el que narra su propia historia.

• Intradiegético (narrador testigo): Habla en primera persona, es capaz de narrar según lo que ve. Es ficticio.

• Extradiegético (narrador omnisciente): Está fuera de la historia y conoce los sucesos detalladamente. Utiliza la tercera persona.

Tipos de personajes

Protagonista: Es el personaje principal que sale en el principio hasta el final de la historia.

• Antagonista: Es el personaje que se opone a las ideas del protagonista.

• Secundarios: Acompañan al personaje principal y forman parte de la historia.

• Incidentales: Suelen aparecer y desaparecer a lo largo de la historia.

Tiempos narrativos

• Lineal: Se narran los hechos desde el principio hasta el fin. Con inicio, nudo y desenlace.

• Cronológico: Es cuando los hechos son narrados de forma lógica.

• Atmosférico:se refiere a las condiciones climatologícas de un lugar donde ocurren los hechos.

• De Anticipación:es un tiempo muy ligado a la imaginación y al deducción,ya que tiene la difícil labor de contar lo que supuesta mente sucederá en el futuro.

• Prospección o flash forward: Es un salto en la historia hacia el futuro, se narran los hechos que sucederán.

• Retrospección o flash back: Es un salto en la historia hacia lo sucedido, se narran los hechos pasados.

Fragmento: Mala luna

Las palabras esconden a veces cuchillos afilados.

Una frase agazapada en el tiempo puede desgarrarnos la piel con el frío del acero. Un nombre basta para que la memoria nos devuelva al mejor momento de nuestro pasado, de nuestra vida.

O al peor.

El anciano José Castillo encontró en el diario que se hallaba ojeando unas palabras que se le clavaron en el alma y lo transportaron a una terrible mañana de marzo, más de medio siglo atrás.

Clara, su nieta, velaba su reposo después de la intervención. Sentada a su lado, vigilaba cualquier movimiento que revelase la más mínima inquietud del abuelo. Lo veía desvalido, por primera vez en su vida, y sabía que él detestaba esa situación. Él, José Castillo, tan íntegro y fuerte como su apellido, tenía que resignarse a ser ahora el enfermo, el dependiente, el frágil.

Llevaban toda la tarde en la aséptica habitación y él apenas había pronunciado un par de monosílabos. Sin embargo, Clara era consciente de que apreciaba su compañía más que ninguna otra cosa para ayudarle a superar la convalecencia de aquella inoportuna operación. Su madre le había contado que las primeras palabras del anciano tras despertarse de la anestesia fueron para preguntar por Clara, esa nieta rebelde que le había robado su alma de abuelo tardío: cuando ya tenía edad casi para ser bisabuelo apareció la niña para volverlo todo del revés.

Clara no pudo notar cómo el abuelo aferraba el periódico con las manos y palidecía. Castillo se removió en la cama, lanzó una especie de gruñido seco como si un dolor agudo le punzase la herida, balbuceó algunas palabras que la nieta no pudo entender y, al fin, arrojó el periódico lejos de sí con todas sus fuerzas.

- ¡Maldito Chino! – exclamó temblando.

Las palabras del anciano sobresaltaron a Clara, que no esperaba oír su voz tan ronca ni tan agresiva. Se puso en pie de un salto, muy preocupada. ¿Estaría delirando?

-¿Te encuentras bien? – le preguntó acercándose a la cama.

Castillo la miró… ¿Qué podía responder a su nieta? ¿Que el dolor más agudo, el peor, es el que quema en el alma?

"Sin nombre, como la muerte"

novela de Hernán A. Isnardi

Fragmento 1

Los terrones se van haciendo barro. El más sucio. Porque mancha, tapa, ahoga. Ese barro me dice que otra historia comienza. La más importante acaba de terminar.

No quiero que lo entierren o quiero que me entierren con él. Pero lloro y lloro, llueve y llueve… y no puedo moverme. Estoy paralizado. Se va nomás y yo silenciado, lo dejo ir. No me reconozco.

Un anónimo terrón cae sobre el cajón pequeño. Desde que sale de esa mano desconocida hasta que impacta, la vida se detiene. Pasan años. El tiempo muta según personas, según circunstancias. La tierra de los dedos es distinta de la de la madera. La primera acompaña, la segunda tapa. La primera es poca, siempre cabe en una mano. La segunda es la suma de las manos.

En qué momento de esa distancia cambia la tierra de significado. Por qué cambia.

La muerte se tolera porque todos mueren. El hombre soporta estúpidamente los destinos masivos, como si eso no significara lo que realmente es.

Todo terminó.

Vuelvo al auto.

Te recuerdo sin ojos. Yo sin ojos, el recuerdo sin ojos. Vos, mi bebé, tenés los ojos más grandes y hermosos.

Entonces, ahora qué...

Fragmento 2

La noche, como un cíclope ciego, no puede hacer otra cosa que cubrir de negro lo que no ve: todo. Pero la luna, su ojo blanco, se enciende, para que no temamos, para que sólo seamos ciegos por dentro.

Pascal y yo miramos por la ventana como si fuéramos perros, expectantes.

El tiempo es esa hoja seca que vemos bailar el viento mientras pienso; es también los ojos cansados del gato que trabajan la hoja desconociendo los hilos invisibles que la mueven… el tiempo es hasta cuando no es… y es la música por sonar.

Nunca sabemos cuánto nos queda.

Puede ser hoy, tal vez mañana, o pudo haber sido ayer y aún no nos dimos cuenta.

Fragmento 3

Hoy, hace un año, dije: estoy perdido. Cuando alguien dice “estoy perdido”, está diciendo “Sé dónde estoy, siempre lo supe, estoy perdido”. De no haberlo sabido habría dicho: Estoy perdido.

Fragmento 4

No sé qué preguntarte y qué no, dice sin que yo descubra si es odio, tristeza o depresión. Esto es muy horrible. Lo que sigue lo dijo llorando y en cada palabra el énfasis decaía. Terminó casi susurrando. Desde que te fuiste del hospital sentí las peores cosas. Se acababa de morir mi bebé. Hasta ayer estaba prendido

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