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Valoracion De La Pequeña Y Mediana Empresa


Enviado por   •  2 de Octubre de 2012  •  2.959 Palabras (12 Páginas)  •  626 Visitas

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LA VALORACION DE LA PEQUEÑA Y MEDIANA EMPRESA EN EL SIGLO XXI.

INTRODUCCION

Después de haber un cambio de ideologías en 1980 y 1990 se ha dado una valoración de la micro y pequeña empresa por sus bondades para contribuir, reorganizar la producción y sobre todo por su impacto en el empleo, en el producto interno bruto y en la equidad.

El desprecio por estas empresas fue cuando las empresas grande tomaron la ruta de expansión fue la culminación para los pequeños negocios desaparecería o juagaría el papel marginal.

Y después de haber riesgos en la macroeconomía dieron cuenta que eran factibles las medianas empresas y haciendo un recuento en el país que era un país agricultor y valorando las salidas radical de capitales y esto redujo las reservas internacionales.

La crisis del empleo productivo a finales del siglo XX puso en relieve los pequeños negocios para hacer frente a la crisis macroeconómica y a los procesos de ajuste, asi como su capacidad para apoyar la incorporación de las economías latinoamericanas a un proceso de mundialización creciente, en un esquema de flexibilidad productiva, para ello las pequeñas y medianas empresas mostraron su fortaleza para crear empleos, para su requerimiento capital y tecnología, asi como la demanda de menor divisas para enfrentar de manera innovadora el reto.

Se necesita entender que la economía mexicana actual se enfrentara a una nueva dinámica que ha modificado la manera de concebir la interrelación entre los agentes productivos.

Es necesario repensar la integración productiva ahora con una visión horizontal, debido a que el gigantismo vertical ha tenido que reestructurarse para enfrentar al reto de la eficiencia, la eficacia, la productividad, la innovación y la competitividad.

En la actualidad, en escala global, las pequeñas y medianas empresas forman parte de un intenso debate conceptual y de política económica. En general se reconoce su relevancia socioeconómica y territorial a tal grado que su discusión se ha convertido en un tema de moda. Con escasas excepciones, a nivel internacional no existen países en los que las Pymes no sean objeto de apoyo mediante diversos programas e instrumentos. No obstante, su fomento no sólo puede nutrirse de ese debate, sino que requiere de más acciones con recursos y personal especializado. Este artículo reseña brevemente las políticas de fomento a las Pymes en México y en Estados Unidos, examina la situación de esas empresas en nuestro país, y pone de relieve diversas propuestas de política para México a fin de efectivamente mejorar su competitividad y desempeño.

Las Pymes en México

Se examinan los principales cambios en la política macroeconómica, así como el desempeño de diversas variables que afectan de manera específica a las Pymes mexicanas. Asimismo, se abordan las condiciones y principales cambios en el decenio de los noventa, con base en la información pública existente.

Condiciones macroeconómicas

Desde 1988, tras varias décadas de un proceso y políticas de industrialización sustitutivas de importaciones (ISI), se impone en México con la firma del primer Pacto de Solidaridad Económico en diciembre de 1987 y la nueva administración de Carlos Salinas de Gortari en enero de 1988 una variante de la industrialización orientada hacia las exportaciones. Esta nueva estrategia, en directa contraposición a la de la ISI.

La estabilización macroeconómica “induciría” un proceso de transformación y transición microeconómica y sectorial, es decir, la mayor parte de las políticas sectoriales y específicas se abolirían en favor de políticas “neutrales” u “horizontales”, particularmente respecto a la industria, el empresariado y las empresas paraestatales. Se esperaba, además de la reducción de distorsiones, ahorros importantes en el presupuesto público.

La principal prioridad económica del gobierno es estabilizar la macroeconomía. Desde 1988 el gobierno entiende a la macroeconomía como el control de la inflación (o precios relativos) y del déficit fiscal, al igual que la atracción de inversión extranjera, con apoyo de políticas monetarias y crediticias restrictivas por parte del Banco de México y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

El tipo de cambio nominal se constituyó en el ancla antinflacionaria, es decir, dado que el control de la inflación era la principal prioridad macroeconómica, la estrategia no permitiría una devaluación con los consecuentes efectos negativos en los niveles de inflación mediante mayores precios en los insumos importados. Lo anterior ha sido el caso tanto antes como después de la autonomía formal del Banco de México en 1994 –cuya exclusiva finalidad es la de estabilizar el nivel de precios relativos– y la flexibilización del régimen cambiario.

Mediante la reprivatización del sistema bancario y financiero desde mediados de los ochenta y de forma masiva en los noventa, así como la privatización de empresas paraestatales, el sector privado incrementaría su peso en la economía y se especializaría en las exportaciones manufactureras. Desde esta perspectiva, la apertura comercial, particularmente la reducción de los aranceles de importación, se convierte en uno de los principales mecanismos para impulsar la orientación exportadora de la economía. De igual forma, la liberalización de las importaciones tornando en aranceles cuotas y otras barreras no arancelarias y reduciendo los mismos aranceles sustancialmente permitiría adquirir al sector exportador importaciones e insumos a precios internacionales.

Las políticas públicas hacia los sindicatos fueron significativas. Como se reflejó en los pactos desde 1987, sólo un pequeño grupo de gremios fue aceptado por el gobierno para negociar contratos colectivos con las empresas, mientras que el resto fue declarado, en su mayoría, como ilegal. Este proceso, con violentas represiones durante los ochenta y noventa en múltiples casos, permitió la negociación e indización ex post de los salarios y “controlar” el principal factor causante de la inflación, desde la perspectiva de esa estrategia.

Esa estrategia fue aplicada en forma coherente por las administraciones de Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo y Vicente Fox, al menos hasta finales de 2003 (PEF, 2003). ¿Cuáles han sido algunos de los efectos y resultados en el patrón de especialización productivo y comercial de este proceso?

En general desde los ochenta se aprecia una sustancial reorientación del PIB hacia nuevos sectores socioeconómicos y clases sociales. Es posible señalar, adicionalmente, que los sectores asalariado y productivo particularmente el agrícola y el manufacturero han sido los principales perdedores durante 1990-2003, mientras que los sectores

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