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Ética Del Abogado, Lealtad


Enviado por   •  25 de Mayo de 2015  •  1.953 Palabras (8 Páginas)  •  514 Visitas

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El decálogo del Abogado

Ser Leal

V. “Sé leal. Leal como tu cliente, al que no puedes abandonar hasta que comprendas que es indigno de ti. Leal para con el adversario, aun cuando él sea desleal contigo. Leal para con el juez, que ignora los hechos y debe confiar en lo que tú le dices; y que, en cuanto al derecho, alguna que otra vez, debe confiar en el que tú le invocas.”

“La lealtad tiene como consecuencias la seguridad de andar por un camino recto, sin inestabilidades ni perturbaciones; y la de afirmarse en esta certidumbre: que existen el buen sentido y la dicha. Mira si se cumplen en tu vida cada instante.” – José María Escrivá de Balaguer.

Lealtad, virtud esencial en el ejercicio profesional, y por supuesto, necesaria en la vida del abogado, ésta consiste en el recto cumplimiento de las encomiendas dadas por los superiores, si que hablamos del ámbito profesional; o bien, es la justa correspondencia al bien recibido, o es incluso la recta conducta que apoye en todo momento a aquellos que han actuado a favor de uno, tienen autoridad sobre uno, o te presentan un vínculo de afecto o una figura de respeto.

Así pues, la lealtad es básica en la vida del operador del derecho, toda vez que quien vive por, para, en y de la ley necesita de coadyuvantes, compañeros, directores, consultores, etcétera a fin de llevar a buen término su labor.

El ser leal como profesional y sin serlo, hace que como personas nos guiemos por un recto camino, por el camino de la verdad y por el camino de los valores y por lo tanto representará un desarrollo personal y social.

La lealtad se refleja en aquellas personas que aunque se han dado cuenta que las circunstancias han cambiado, el comprometido seguirá cumpliendo con su palabra. Este valor es difícil de comprenderlo aisladamente, ya que el ser leal demuestra que los valores como el amor, amistad, compromiso y un largo etcétera, deben de ser cumplidos en su conjunto para poderte considerar como una persona recta y exitosa.

La lealtad se cumple a través de normas que están al alcance de todos nosotros y este valor representa un compromiso y exigencia frente a los demás. Pero antes que nada es esencial tener en claro que para poder desarrollar este valor frente a terceros, lo más importante es ser leal con uno mismo. “Cuanto más ético sea el actuar del hombre, más se cultiva su interioridad.”

El abogado que es leal tendrá siempre de su lado la verdad, no necesitará de hábiles y falaces argumentos que encubran su mentira, pues la verdad se defiende sola, y las mentiras, aunque estén correctamente estructuradas, saldrán a flote tarde o temprano, demostrando que quien no arguye verdades no se es leal ni siquiera a sí mismo.

El abogado debe ser por lo tanto leal primero a Dios, causa y fin de todo acto humano tendiente al bien, debe ser en seguida leal a sus convicciones, siempre que correspondan con el mundo deontológico, siendo al mismo tiempo leal a su persona, y debe finalmente ser leal a las causas por las que lucha, nunca dejándose convencer por el mejor postor.

“Los valores del espíritu se van engrandeciendo y dan a la conciencia la mejor de las satisfacciones.” Esto quiere decir que es elemental que cualquier persona y claro, también los profesionistas deben de dejar el anhelo material a un lado, que este incentivo no sea el único que los motive a seguir adelante, si no que los valores intrínsecos de esa persona sean aquellos que predominen en la razón de ser de sus acciones; en este caso la lealtad como valor representa la obligación con uno mismo de poder cumplir con tu palabra, con lo que te comprometiste a manejar de manera positiva y eficaz.

“El abogado debe de ser cada día más Abogado, mejor jurista, mejor profesional, para luchar por un valor eterno que ha sido objeto del anhelo del hombre, desde que habita este planeta: La justicia.”

Importante en la vida de un abogado será no dejar de tener “los pies bien puestos en la tierra”, esto es que el abogado no se debe de olvidar de la meta por la que se lucha día a día, por representar una profesión que ayuda al prójimo y que por ende debería de crearte una reacción satisfactoria en torno a lo que logró para con su cliente.

La lealtad se va a ir construyendo a partir de un lazo de confianza entre el abogado y su cliente, sin embargo, es importante mencionar que no sólo el abogado debe de ser leal consigo mismo y con su cliente, sino que también la lealtad debe de verse reflejada para con el juez, ya que sin conocer los hechos, el juez confiará en lo que el abogado le plasme. Esto a través de la lealtad hacia su misma palabra, lealtad a sus principios y por lo tanto lealtad hacia la verdad.

“El abogado como consejero, no da argumentos ad probandum sino ad necessitatem; y éstos no son sistemáticos ni corroborantes, sino que se apoyan sobre los datos que, necesariamente, suministra la realidad.”

El ser leal para con la verdad a veces puede llegar a ser una tarea difícil ya que el abogado puede llegar a variar la misma y por lo tanto acabar con una realidad alterada. Esto hace que se puedan plantear hechos falsos y por lo tanto pudiese ser que se pueda representar un problema dentro del aspecto jurídico, pero el problema real personal que se llegaría a obtener sólo se evade diciendo la total verdad del problema planteado para que no se lleguen a desvirtuar las pruebas y por lo tanto menoscabar la postura del abogado ante el juez.

Por otra parte podemos referirnos al secreto profesional, el cual constituye una obligación y un derecho del abogado. Éste tiene como finalidad poder recaudar toda la información posible para poder ayudar de la mejor manera al cliente. El abogado debe cumplir con su palabra y no divulgar los hechos durante e inclusive después del procedimiento, representando lealtad hacia la su

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