Ética y acción política: “Los valores de y en la democracia”

Escuela Nacional de Cuadros-[pic 1][pic 2]

Instituto de Capacitación y Desarrollo Político A.C.

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Segundo cuatrimestre Módulo I “Gerencia Política y Gobernabilidad”

Actividad número 4 “Reflexión” Ética y acción política “Producto integrador: Los valores de y en la democracia”.

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Alumno: MIGUEL ANGEL OSORIO ORTIZ

29/05/2016

Ética y acción política: “Los valores de y en la democracia”

El poder político en nuestra actualidad, se ha convertido en un juego siniestro, en donde para llegar a las riendas del poder, los actores desarrollan diferentes modalidades y personalidades, las cuáles sirven como herramientas para abrir el camino del triunfo. Sin embargo, estas facetas que la gran mayoría de los candidatos y líderes políticos desarrollan, no son más que una doble moral que se interpone por encima de los valores éticos que posiblemente desarrollaron a lo largo de su vida.

La ética dentro del juego político, puede resultar controversial e incluso contradictorio, puesto que muchas veces, lo más importante es satisfacer los intereses personales por encima del mismo bienestar de la población, aunque claro, en el momento de los discursos y enmiendas políticas, los actores políticos pueden demostrar ser una de las personas más sinceras y amigables que existen en el mundo, creando con esto un populismo en favor del convencimiento de las masas.

Es evidente que la lucha por la búsqueda y consolidación del poder, hace que gran parte de los candidatos políticos utilicen la demagogia como parte de sí, en este juego, entra lo que es el discurso político, esto se puede entender como una de las herramientas fundamentales que se utiliza como medio de convencimiento de masas, aunque en ocasiones “carecen en realidad de valor como tales, ya que todo discurso político, para ser exitoso, no debe ser verdadero, sino simplemente creíble” (Yannuzzi: 2005).

Una de las características que engloban lo que hoy en día es un buen gobierno, es, “estar regido fundamentalmente por la búsqueda de la eficacia, demostrada esta última sólo en la capacidad del príncipe para conquistar y mantener el poder del estado”. (Yannuzzi: 2005). La autora toma esta semblanza basándose en la obra el príncipe, de Nicolás Maquiavelo, manteniendo la postura de que los gobiernos actuales, están enfocados a buscar el control y dominio del poder mediante todos los métodos que sean necesarios.

Estos métodos pueden ir desde un simple pero convencedor discurso, hasta la práctica de la violencia como medida de control sobre los ciudadanos. La autora menciona que “El monopolio de esa violencia legítima lo tiene el estado moderno, y que lo ejerce además sobre ciudadanos desarmados” (Yannuzzi: 2005), es mediante esta acción, en donde se corrompe contundentemente la ética, sin embargo, estas medidas no deben generalizar en ningún momento a todos los individuos, puesto que según Kant, “todo individuo posee su propia autonomía y por consecuencia se convierte en autor de su propia ley, cuya exigencia puede pasar al plano político, dependiendo siempre del actor circunstancial”.  

Se presuponen dos tipos de ética según Weber, la primera de ellas dispone a que un actor político puede obrar conforme a principios y valores adoptados con atención al momento, en este caso se denomina como ética de la convicción, mientras que la segunda, se enfoca a que el actor político reflexione a fondo las consecuencias que alguna acción o decisión pudiera afectarle en el futuro, en otras palabras es la ética de la responsabilidad (Yannuzzi: 2005), es aquí en donde se pone en juego ya sea los intereses personales o por otra parte el impulso para ejercer una política pública o acción social en beneficio de la mayoría, como antes se mencionó, todo dependerá de la calidad ética y moral del actor político en cuestión.

Ahora bien, la ética dentro de la política en nuestra actualidad debe comprender más que una simple simpatía a la hora de las elecciones, se debe recordar que quienes llegan a ocupar cargos de elección popular se convierten en automático en servidores públicos, postulados directamente por los mismos ciudadanos y por ende, estos deben merecer el debido respeto. Recordemos lo que pronunció Hobbes “El estado surge cuando los individuos de una colectividad se organizan en forma efectiva, se dan una estructura jurídica con un órgano de gobierno y un territorio concreto sobre el cual ejercen acción” (Garza: 2002). El estado entonces, es una colectividad en donde todos merecen tener las mismas oportunidades y derechos, siempre y cuando se respeten las normas ya establecidas.

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