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Despotismo Ilustrado


Enviado por   •  20 de Septiembre de 2012  •  1.103 Palabras (5 Páginas)  •  2.236 Visitas

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Para ser realmente grande, hay que estar con la gente, no por encima de ella.”

Montesquieu (1689-1755)

El Despotismo Ilustrado

Una frase resume cómo se gobernaba la mayor parte de los Estados europeos del siglo XVIII: «Todo para el pueblo pero sin el pueblo». El absolutismo del siglo XVII se modificó, cuando algunos gobernantes asumieron la idea de que el Estado y el rey debían preocuparse por el bienestar del pueblo. Pero al mismo tiempo, se reafirmó la idea básica de que el poder residía en el rey y su autoridad no podía tener limitaciones.

Tradicionalmente, a estas monarquías se las conoce con el nombre de “Despotismo ilustrado”, pero resulta más adecuado el término “Absolutismo Ilustrado”.

Su mayor originalidad residía en su espíritu innovador. Los monarcas ilustrados del siglo XVIII promovieron la intervención del Estado en la economía, la sanidad, las obras públicas o la beneficencia, para que éstas estuvieran al servicio de la nación y no de los privilegios de una minoría.

Estas preocupaciones se manifestaron en el desarrollo de las vías de comunicación, la creación de nuevas industrias, el fomento del comercio, la puesta en riego de nuevas tierras, etc. Pero también en la extensión de la educación a capas cada vez más numerosas de la sociedad, o en la abolición de algunos abusos de los nobles y algunos privilegios del clero. Así, el Estado creó escuelas, fundó academias para el fomento de la cultura y arrebató parcialmente a las iglesias el control de la educación. La mayoría de los países europeos tuvieron, a lo largo del siglo, uno o varios monarcas que aplicaron algunas de estas medidas: José II de Austria, Carlos III de España, Catalina la Grande de Rusia o Federico II de Prusia, entre otros.

El Despotismo Ilustrado fue una revolución “desde arriba“. Una revolución que en realidad fue una decisión estratégica muy hábil para mantener las estructuras del poder intactas.

El motivo de poner en práctica dicho sistema, era fundamentalmente para modernizar la sociedad, y al mismo tiempo evitar que la revolución se diera a la inversa, es decir, desde el pueblo, que podría ocasionar la caída definitiva de las monarquías. Por ello es que fue una decisión hábil de parte de los monarcas.

Voltaire en la Corte de Federico II de Prusia

Claro, no fue una tarea nada fácil debido a los cambios que se veían obligados a realizar con el fin de la renovación social. Uno de ellos era desplazar políticamente a la nobleza tradicional y a los miembros de la Iglesia, hasta ese momento prácticamente intocables. En su lugar ingresarían los principales representantes de los ideales de la Ilustración, a quienes la monarquía les confiaría la dirección del gobierno.

La política de reforma llevada a cabo por monarcas y célebres ministros fueron muy profundos, aunque la esencia no se perdería, seguirían gobernando con sus típicos métodos autoritarios aunque esta vez, sin reivindicar su origen divino, sino apelando a la Ilustración, es decir al uso de la razón por sobre la fe, para gobernar con cierta tranquilidad.

Esta política reformista se vio reflejada en todos los aspectos del poder. Por el lado político, se reorganizó toda la base administrativa apelando a la razón y a la uniformidad fiscal, mientras que dieron su apoyo al centralismo y a la codificación de la legislación. Este es el cambio fundamental para llevar adelante los restantes.

La influencia de Adam Smith ha sido fundamental ya que las monarquías decidieron liberar el comercio y la industria. Además fomentaron e incentivaron a las producciones manufactureras

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