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ÉTICA DE LOS CIUDADANOS


Enviado por   •  24 de Enero de 2016  •  Documentos de Investigación  •  4.233 Palabras (17 Páginas)  •  518 Visitas

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UNIDAD VII  /  ÉTICA DE LOS CIUDADANOS

La ética cívica: Definición. La ética cívica en una sociedad pluralista. La ética mínima: conceptualización. Los contenidos de la ética cívica: - Las tres generaciones de derechos humanos. - Los valores guía: libertad, igualdad, solidaridad.

ÉTICA CÍVICA

Es el esfuerzo de los seres humanos para pensar, justificar y realizar el gran proyecto de la convivencia justa. Está fundamentada por los Derechos Humanos que recogen los valores que deben guiar nuestra conducta. Entendemos que es la parte de la ética, de la reflexión, que se refiere a nuestro comportamiento en una comunidad social.

FORMACIÓN CÍVICA Y ÉTICA: Definición

Es un conjunto de experiencias organizadas y sistemáticas a través de las cuales brinda a los estudiantes la oportunidad de desarrollar herramientas para enfrentar los retos de de una sociedad dinámica y compleja, que demanda de sus integrantes la capacidad para actuar libre y responsable en asuntos relacionados con su desarrollo personal y con el mejoramiento de la vida social.

Formación

Es el principio mediante el cual la comunidad humana conserva y trasmite sus características físicas y espirituales. La educación es formativa ya que se ocupa de manera integral de los valores, actitudes, destrezas y costumbres, hábitos y prácticas sociales, así como del conocimiento acerca de nosotros mismos y los procesos y circunstancias que han intervenido o que intervienen en el desarrollo de nuestra personalidad y acción.

Cívica

Es el camino que nos pone en contacto con la comunidad (la más inmediata o la más lejana) para que la entendamos, cuidemos, sirvamos y conservemos para los que vengan después de nosotros, es patrimonio de todos. La formación cívica no es una propiedad individual sino un bien colectivo. Es cívica pues se refiere a la formación y orientación que debemos dar y recibir para actuar como ciudadanos y ciudadanas libres y responsables capaces de vivir en una democracia y promover los valores en que ésta se funda.

Ética

Para vivir de manera libre y responsable con los demás deben desarrollarse virtudes, comportamientos y prácticas morales de acuerdo a valores como la honestidad, la honradez, austeridad, amor a la verdad y libertad, tolerancia, respeto, justicia y responsabilidad.

Este crecimiento personal así como el conocimiento, la conservación y el mejoramiento de los bienes culturales sólo pueden alcanzarse a partir del uso consciente e individual de la razón. Por eso, la verdadera formación es siempre ética, pues ayuda a comprender a cada hombre y cada mujer, uno a uno y una a una, cuál es la imagen e idea, de lo que es o de lo que puede ser para sí mismo o para sí misma y para su comunidad, y las acciones que debe cumplir para alcanzar esa idea.Por tal motivo deben saber qué es el ser humano y qué tipo de ser humano es cada uno y cada una. Pero, sobre todo, necesita convencerse de que la vida de niñas y niños, jóvenes, mujeres y hombres, de todas las naciones, pobres o ricas, puede ser mejor —mucho mejor— de lo que es hoy. Esto será más fácil de conseguir si cada uno de nosotros sabe su historia, conoce los principios a partir de los cuales se organiza su sociedad, entiende qué es, qué quiere, a qué aspira, y qué es capaz de transformar en su medio para hacer que su vida y la de los demás sea mejor, más justa y más participativa.

LA ÉTICA CÍVICA EN UNA SOCIEDAD PLURALISTA: ÉTICA MORAL Y USOS SOCIALES

La Filosofía Moral: es una disciplina de segundo orden que trata de reflexionar sobre un fenómeno humano de primer orden al que llamamos moral o moralidad. La moral es, en principio, un conjunto de creencias y de prácticas que se  generan en cualquier sociedad humana con objeto de mantener la supervivencia del grupo y de orientar la acción de sus miembros. La moral es algo absolutamente necesario en la vida de las personas y de los pueblos. Sin alguna moral, por rara y  extraña que nos pareciera a nosotros, no puede vivir pueblo alguno.

Si un grupo humano carece de unas reglas de vida y convivencia, o deja de tomarlas en serio, se desmorona como grupo y desaparece como tal. Gracias a esas creencias y prácticas socialmente compartidas, los humanos sabemos a qué atenernos los unos con respecto a los otros y adoptamos un patrón de comportamiento para orientar la propia vida.

ÉTICA Y LEGALIDAD

La legalidad es un conjunto de reglas del juego social que se proclaman como vinculantes bajo amenaza de coacción por parte de la autoridad política. Las leyes jurídicas, a diferencia de las normas morales, siempre cuentan  con el respaldo del poder coercitivo del aparato del poder político. La legalidad, entonces, puede que a veces no encaje bien con la moral vigente, y en esos casos es el propio pueblo que se ve violentado a cumplirla el que la considera ilegítima.

ÉTICA Y RELIGIÓN

La religión es un fenómeno humano distinto al fenómeno moral. En el caso de la religión, las personas abrazan una fe en la divinidad y en algún tipo de salvación que trasciende a la muerte, mientras que la moral puede aparecer en ocasiones vinculada a alguna religión, pero no necesariamente. La religión puede ofrecer un sentido a la vida, una promesa de plenitud y felicidad, un don de vitalidad y alegría. Y junto a ese ofrecimiento, toda religión propone un modelo de vida moral, un patrón de conducta recta que sus seguidores han de observar para ponerse en el camino de la salvación. Pero no todo código moral exige la adhesión a unas creencias religiosas determinadas. No tiene sentido el famoso dicho de Dostoievski según el cual “Si Dios no existe, todo está permitido”, puesto que, de hecho, un gran número de sociedades humanas han podido sobrevivir y prosperar teniendo una moral que no exige la creencia religiosa, pero tampoco permite todo.

La religión es también un fenómeno plural, como lo es la moral. En ambos casos, la diversidad no se manifiesta únicamente en la existencia de una variedad de religiones y de códigos morales, sino también en la diversidad interna de puntos de vista en el seno de cada religión y de cada código moral particulares. Por eso, el que una persona sea miembro de una determinada religión, o que pertenezca a un grupo cultural que sostiene determinado código moral, no es suficiente para saber qué opiniones tendrá esa persona en todos los temas o qué comportamientos adoptará en su vida cotidiana.

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