2 DE OCTUBRE

En el cielo, una nueva escuela

¿Quién iba a pensar que el pertenecer a una juventud idealista, nos llevaría a terminar en una tragedia?

Aunque ya hayan pasado 50 años de aquella noche trágica y sangrienta, donde las fuerzas armadas que están para velar por la soberanía nacional, se convirtieron en los verdugos de un movimiento estudiantil que marchaba pacíficamente; no se olvida la sangrienta herida que para nuestro país representó.

Estos seres valientes eran jóvenes, humanos y con errores como todos, personas que deseaban la oportunidad de crecer y mejorar.

Con miedo y desesperación los estudiantes decían: “NO SOMOS GUERREROS, SOMOS ESTUDIANTES, SOMOS LA JUVENTUD”.

Impactantes maneras de expresión como aquella ‘Manifestación del silencio’ ese 13 de Septiembre de 1968, donde los estudiantes usaban pañuelos en la boca, siguiendo un estricto orden y una organización perfecta, solo tratando de conseguir un diálogo público.

No pasaron muchos días cuando comenzó a desatarse la horrible escena de nuestra nación. El ejército sin ningún derecho tomó instituciones como lo son C.U y el Casco de Santo Tomás. Los líderes del movimiento fueron detenidos y llevados a la cárcel de Lecumberri, aprensándolos injustamente como si fueran criminales.

Y entonces… llegó ese deprimente, desgraciado y abrumador día. Aquel día que, estoy segura, miles de mexicanos quisieran poder olvidar, superar o incluso hacer algo para que jamás hubiera sucedido.

Ese 2 de Octubre, donde cada uno de los malditos segundos que conformaron este día están llenos de sangrientos y horribles recuerdos. Momentos que nos llenan de un sentimiento de impotencia, coraje y dolor al no poder comprender como es que entre humanos, es decir nuestra misma raza, podamos actuar de esa manera tan salvaje y violenta. Por más que le doy mil vueltas a esa idea en cabeza, no logro concebirlo.

Alrededor de la Plaza de las 3 Culturas en Tlatelolco, habían incontables tanques. Gente con pañuelos o guantes en la mano, se dispersaban dentro de la plaza sospechosos.

De pronto, el movimiento estudiantil fue violentado con una fuerza bruta y desigual.

Comenzó la masacre que el gobierno represor orquestó infiltrando a policías disfrazados de civiles para justificar sus ataques, sin contemplar si eran mujeres, hombres o incluso niños.

Aquella gente sospechosa, resultaron ser integrantes del ejército, los cuales se encontraban en el barandal del tercer piso. Y desde el cielo, comenzaron a tirar bengalas del cielo y disparos por todos lados.

Dicha matanza duró poco más de una hora. Fue una cruel balacera que duró  hasta las 11 de la noche.

 No quedando conformes, estos inhumanos, buscaban en las casas a los estudiantes como si fueran  unos criminales. Hubo más de 2000 detenidos. Los desnudaron, humillaron, golpearon e incluso se dice que quemaron como si hubieran cometido el peor acto de su vida.

Y aquel ser cobarde se atrevió a decir que los actos dirigidos por su frío corazón, solo terminaron con la vida de 40 personas; sabiendo cuantas almas patriotas y llenas de esperanza fueron arrebatadas de la peor manera, por su bestial decisión.

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