8 años Del PRD

¿Y si no existieran?

Imaginen en sus mentes un país sin inmigración. Por un instante, dejen volar sus mentes e imaginen a la República Dominicana liberada de la inmigración haitiana. Imaginen este país sin la existencia de personas prietas, morenas. Imaginen que lo dominicano no es atacado con otras costumbres, con otro lenguaje, con otras creencias.

Los inmigrantes haitianos son acusados, perseguidos y repudiados en el país vecino por cruzar la frontera que divide la isla que un día Colón bautizó como “La Española”, porque, según la propaganda de los medios de comunicación que cala en la gente, traspasan su frontera para hacerse dueños de los recursos dominicanos, para delinquir y para “robar el trabajo” de los ciudadanos y ciudadanas dominicanos/as. Nada más lejos de la realidad que se vive en el país, o al menos, de la realidad que un humilde voluntario español puede percibir cuando observa el panorama en silencio y socializa con los dominicanos criollos, los de pura cepa, los auténticos, aquellos que carecen de ascendencia haitiana y se enorgullecen por ello. Que mala memoria se tiene cuando nadie se acuerda de los orígenes de éste país y de cómo se forjó después del “descubrimiento de Colón”. Pero la memoria es mala a veces y la hipocresía de los Gobiernos también y de los medios de comunicación también.

El “problema haitiano” siempre ha sido una de las mayores preocupaciones de la ciudadanía dominicana y de los Gobiernos y también dictadores que han pasado a lo largo de los años por el país. Todos lo han tratado y han pretendido darle solución al “problema de la migración haitiana”. Sólo cabe recordar La masacre del 1937, cuando Trujillo ordenó matar a todo aquel que no pudiera demostrar su condición de dominicanidad, las deportaciones masivas de 1991 o la campaña abiertamente racista de Joaquín Balaguer hacia el líder del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), de ascendencia haitiana, en el año 1994 o el actual Plan Nacional de regularización de extranjeros en situación irregular radicados en la República Dominicana. El caso es que el “problema haitiano” es un acontecimiento histórico en la República Dominicana, de difícil solución, como ocurre en otros muchos lugares del mundo donde se delimita una frontera que divide un mundo “mejor”, de otro mundo “peor”.

La inmigración se ha convertido en uno de los principales problemas que los gobiernos de todo el mundo tienen que atajar y combatir. Sellar, vigilar y defender las fronteras impidiendo el paso de todo aquel que persiga el sueño de una vida digna es el objetivo.

La problemática, aunque la mayoría de veces se da entre países desarrollados con países menos desarrollados o en vías de hacerlo, como ocurre en la frontera que divide México de los Estados Unidos, o Marruecos de España, también aparece entre países teóricamente desarrollados, como el caso actual ocurrido en Europa, donde gobiernos de países como Suiza, Austria, Inglaterra o Suecia ponen límites a la libre circulación de personas entre países pertenecientes a la Unión Europea, porque se ven amenazados por el masivo éxodo de personas provenientes de países periféricos como España, Portugal, Grecia o Irlanda, dónde la crisis económica que todavía sigue desde el año 2007 ha afectado gravemente al empleo, lo que ha multiplicado el número de pobres en el interior de los mismos, pero también ha provocado una huída hacia otros países menos frágiles y menos afectados por la misma.

Además de la inmigración entre países desarrollados, también tenemos otro fenómeno con respecto a las relaciones migratorias. Este es el caso de la República Dominicana con Haití. Migración de un país escasamente desarrollado y devastado, como es Haití, hacia otro país que se encuentra en vías de desarrollo, como es la República Dominicana. Curioso intercambio, que nos da motivos para la reflexión acerca de muchas cosas.

Para empezar, reflexión acerca del porqué ciudadanos haitianos cruzan la frontera que divide la isla en busca de una vida mejor. La respuesta es bien simple y sencilla: porque no tienen otra opción. También existen otras respuestas, que mucho tienen que ver con la gestión histórica de la migración haitiana por parte de los gobiernos de ambos países. La migración haitiana existe en el país desde hace más de 100 años. Cabe dar un repaso a la memoria y recordar que gracias a la rebelión de los esclavos haitianos contra la ocupación francesa, en República Dominicana se abolió la esclavitud en el año 1843, cuando el lado hispano de la isla se anexionó también al Estado haitiano. Un año más tarde, comenzaron las disputas por la independencia de la actual República Dominicana y ahí fue donde empezaron a forjarse las relaciones migratorias que nos llevan a entender la problemática actual y a entender el actual sentimiento anti-haitiano que se hace muy visible alrededor de todo el país.

El siglo XIX fue crucial para la formación de la identidad dominicana. Odio a todo lo haitiano y enaltecimiento de aquello que es español. El resultado: sentimiento anti-haitiano y pro-español, sentimiento que a día de hoy sobrevive y es generalizado, que es la consecuencia de

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