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AGUA Y SANEAMIENTO; UN PROBLEMA MULTIFACETICO.


Enviado por   •  25 de Abril de 2016  •  Ensayo  •  2.036 Palabras (9 Páginas)  •  264 Visitas

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 AGUA Y SANEAMIENTO; UN PROBLEMA MULTIFACETICO

Alison Vargas

 Héctor Capera

Universidad del Quindío

Docente Diana López Garzón

Facultad de Ciencias Humanas y Bellas Artes

Programa Trabajo Social

Armenia, Colombia

2015


Una gota de agua para satisfacer todo un desierto

INTRODUCCION: El agua es un derecho inmutable para toda persona en el planeta, es un recurso natural muy sobre  explotado del cual tenemos registro, qué el 4% del agua del planeta es dulce (ríos, represas y lagos).  Este recurso se está acabando poco a poco ¿Por qué? Es simple, el mal uso, la contaminación y la poca importancia que le damos a este hace que ahora presentemos una crisis mundial por el recurso hídrico. Mucha gente apoya la idea de que el agua jamás se va a agotar, tienen esta hipótesis pero no se dan cuenta de estas cifras: el 50% es la proporción de la población del mundo en desarrollo que carece de acceso a las instalaciones básicas de saneamiento (un total de 2 mil 600 millones de personas. En las últimas décadas hay un incremento en los problemas sociales, económicos, políticos y culturales en todas las naciones, esto desencadena la ruptura de relaciones tanto internacionales como de la nación en el país. La crisis hídrica es el mayor mal que azota la humanidad actualmente.

Teniendo en cuenta lo anterior, el presente ensayo defenderá que la calidad de vida depende absolutamente de las condiciones del agua en una sociedad por lo tanto  el desempeño en los campos laborales y los ámbitos culturales, sociales y políticos de cada país  se ve afectado

En primer lugar el agua es un factor importante en las decisiones políticas de los países. Esto conlleva a las guerras por el recurso hídrico, tanto extremas como internas, las decisiones que se tomen frente al asunto podrían satisfacer una familia pero deshidratar al resto de una nación. Esto hace referencia a que el agua contribuye a controversias internacionales y nacionales cuando las partes del juego no estén en pugna explícitamente por el agua. Por ejemplo, durante los 30 años en los que Israel ocupó la Franja de Gaza la calidad del agua se deterioró constantemente; en efecto, el agua salada se filtraba en los pozos del lugar y las enfermedades que esto ocasionó se cobraron víctimas entre los residentes. En 1987 comenzó en la Franja de Gaza la segunda intifada (levantar la cabeza en árabe) y la rebelión se propagó rápidamente por toda la Ribera Occidental. Sin duda sería simplista aducir que el deterioro de la calidad del agua fue la causa de la violencia, 

Si bien no se han producido "guerras del agua", la falta de agua potable o la competencia por el acceso a los recursos hídricos ocasionalmente ha provocado una gran inestabilidad política que a su vez dado lugar a brotes de violencia extrema a pequeña escala. En los planos local y nacional, no es la falta de agua la que lleva al conflicto sino la manera en que se la gobierna y administra. Muchos países necesitan políticas más firmes para regular la utilización del agua y permitir una ordenación equitativa y sostenible. Especialmente en los países en desarrollo, las instituciones de gestión del agua a menudo carecen de los recursos humanos, técnicos y financieros necesarios para elaborar planes globales de gestión y garantizar su aplicación.

El cambio climático es un hecho, y hay que frenarlo inminentemente, ya que el fenómeno conlleva una serie de consecuencias irreversibles en la vida cotidiana, desde la escasez de agua y de alimento hasta otras menos conocidas como el incremento de las facturas de suministro de agua, luz y gas. La subida de las primas de seguros, o el aumento de las enfermedades tropicales.  La producción hidroeléctrica en los países mediterráneos disminuirá, al menos, un 25% en los próximos años, pero nuestra demanda será cada vez mayor. Las compañías tendrán que abonar impuestos por las emisiones provocadas por el petróleo, que será cada vez más caro.

Por consecuente, el ciudadano pagará más por las facturas de suministro de agua, gas y electricidad. Y tendrá que plantearse de forma responsable cómo mejorar el consumo dentro de casa para disminuir la contribución a la emisión de gases de efecto invernadero. Estos problemas se verán reflejados según informes de la ONU, el aumento del nivel del mar, sobre todo cuando se derritan los polos, provocará fuertes trombas de agua, afectando a dos millones y medio de personas al año para el 2080. A los efectos derivados de la pérdida de vidas humanas se sumarán los efectos sobre la economía, sobre todo en los países pobres. A escala global, se calcula que las pérdidas económicas asociadas a desastres naturales han pasado de 131.000 millones de dólares en la década 1970-1980, a 629.000 millones de dólares en los años noventa.

Dado este el caso otras investigaciones arrojan datos aún más interesantes. según un estudio del Georgia Institute of Technology y de la Universidad de Hong Kong, existe una conexión entre los cambios en la temperatura y las guerras porque esos cambios afectarán a la disponibilidad del agua, la extensión de los cultivos y la fertilidad de los terrenos. Los más perjudicados serán, como es habitual, los países más subdesarrollados, que no tienen medios para adaptarse a esta nueva realidad. La situación, sin embargo, afectará también a los desarrollados. “Llegarán refugiados, no sólo económicos y ambientales, sino también por distintos conflictos bélicos”, afirma Miquel Ángel Rodríguez. La presión demográfica será brutal y agravará la brecha entre ricos y pobres.

En los países en desarrollo, más de 2.200 millones de personas, la mayoría de ellos niños, mueren cada año a causa de enfermedades asociadas con la falta de acceso al agua potable, saneamiento inadecuado e insalubridad. Además, gran parte de las personas que viven en los países en desarrollo sufren de enfermedades causadas directa o indirectamente por el consumo de agua o alimentos contaminados o por organismos portadores de enfermedades que se reproducen en el agua. Con el suministro adecuado de agua potable y de saneamiento, la incidencia de contraer algunas enfermedades y consiguiente muerte podrían reducirse hasta en un 75 %. Factores sociales como la salud, la pobreza, la disponibilidad de alimentos, el bienestar y los derechos humanos, exige soluciones inmediatas. Por lo tanto eso es un problema social severo que se debe atender con la mayor prioridad posible, sin una solución posible se desencadenan problemas alarmantes.

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