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Aborto: ¿Concepción legítima del embrión como sujeto o desvalorización de la mujer?


Enviado por   •  21 de Abril de 2018  •  Documentos de Investigación  •  1.218 Palabras (5 Páginas)  •  185 Visitas

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Aborto: ¿Concepción legítima del embrión como sujeto o desvalorización de la mujer?[1]

Villalba Esteban Sebastián; Godoy Jorge Maximiliano

En este artículo es planteado un debate sobre el aborto, en torno a la valoración de la vida de la mujer y el derecho a la vida desde la fecundación.

Dentro del texto, podemos distinguir las concepciones de desarrollo del embrión en la fecundación, las cuales sostienen que el mismo debe ser protegido desde el inicio de su desarrollo. Una de las concepciones, es la antropológica (el inicio biológico no coincide con el inicio de la valoración de la vida). “Entre los que consideran la inconveniencia o ili­citud del aborto, el planteamiento más frecuente es el religioso. Por su­puesto, es una perspectiva justificada y aceptable, pero restringida. Se suele responder que, para los cristianos (a veces, de manera más estrecha, para los católicos), el aborto puede ser ilícito, pero que no se puede imponer a una sociedad entera una moral «particular». Es decir, los argumentos fun­dados en la fe religiosa no son válidos para los no creyentes”. (Marías, J. 1983).

Diferimos en este último aspecto, ya que ante la iniciativa de realizar un aborto o ante el amparo de quienes así lo decidan, se realiza un juicio moral y ética, por parte de quienes se proclaman creyentes. Otra, es la cultural, según la cual el parto no se relaciona con la aceptación social. Esta se da a partir de una serie de “rituales” o al alcanzar cierta madurez.  

“La llegada de un nuevo ser es sobre todo un acontecimiento cargado de significado cultural. Se nace en un determinado contexto, en el que se articulan las representaciones y prácticas que lo ordenan y dan sentido [...] Determinan, entre otros aspectos, la compañía que tendrá la mujer durante el parto y el experto a cargo”. (García Jordá, D., & Díaz Bernal, Z. 2010).

Hay determinadas posiciones que consideran al embrión como un sujeto con la necesidad de protección desde el inicio de su desarrollo. Otras hacen hincapié en los derechos de la mujer, pero solo hasta cierta etapa de desarrollo del embrión. Éstas últimas asumen el carácter de permisivas, según las cuales, la mujer cuenta como “una sola persona” y no como dos. Sin embargo, desde nuestro punto de vista, son un poco contradictorias ya que no se concluye la idea de autonomía de la mujer.

Los avances tecnológicos en Occidente, permitieron la visualización del embrión antes del nacimiento, dando lugar a un adelanto del parto social. Podría decirse que esto, además de tratar de brindar beneficios, tuvo efectos negativos con respecto a la percepción que se poseía acerca de la mujer, sobreponiendo al embrión ante la misma. De todas formas, hay factores que son negados o invisibilizados, como por ejemplo  la concepción del embrión como sujeto. Según la sociedad, esto es irrefutable, y en realidad no es más que una operación cultural.

El rechazo al aborto se da en base a ciertos argumentos científicos sostenidos por la genética, según la cual el cigoto posee información necesaria para el desarrollo biológico de un individuo y para comprender las maneras en que se dan los procesos de la vida. La misma, además, brinda nuevas concepciones acerca de la vida. A través de ellas, se sostiene la valoración subjetiva del embrión y, a raíz de esto, se establece una diferenciación entre embrión y mujer, considerando a ésta última como un contenedor responsable del cuidado del embrión. Esta valoración con respecto al embrión coloca a la mujer en una posición desfavorable, siendo desvalorizada, y lo dicho, conlleva a consecuencias sobre la misma. “En relación con el parto, su humanización implica que el control del proceso lo tenga la mujer, no el equipo de salud; requiere de una actitud respetuosa y cuidadosa, calidad y calidez de atención, que se estimule la presencia de un acompañante significativo para la parturienta (apoyo afectivo-emocional). O sea que, la mujer sea el foco en la atención y los servicios ofrecidos sensibles a sus necesidades y expectativas”. (García Jordá, D., & Díaz Bernal, Z. 2010). “El embarazo está considerado socialmente como una situación riesgosa. Por lo tanto las mujeres deben someterse a diferentes técnicas, con el fin de su detección precoz”. (Montes-Muñoz, M. J., Martorell-Poveda, M. A., & Jiménez-Herrera, M. F. 2009).

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