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Acción Socioeducativa con Minorías e Colectivos Vulnerables


Enviado por   •  2 de Noviembre de 2020  •  Tarea  •  1.722 Palabras (7 Páginas)  •  268 Visitas

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Acción Socioeducativa con Minorías e Colectivos Vulnerables

Exclusiones: discursos, políticas, profesiones

Cristina Abeal Pereira

Abal Dozo, Alba

Dauzón Otero, Laura

Díaz Vidal, Yahaira

Fernández Payo, Adaya

Gago Varela, Sara

  1. Introducción.

Durante este texto se debate y ejemplifica la doble perspectiva que se ha tenido históricamente de las personas clasificadas como “desviados”; tanto la consideración del individuo como diferente en cuanto al resto de la población, como a la propia responsabilidad y la culpabilidad a la que se somete por no seguir las pautas normalizadas de la sociedad. La exigencia que siempre se les ha impuesto ha sido la de renunciar a su propia identidad, como si ésta fuese “mala” o causante del problema, para llegar a tener la posibilidad de reinsertarse en su comunidad. A medida que se avance en su lectura, se analizarán cómo influye realmente el sistema de representaciones en las concepciones y connotaciones en las que se les atribuye la característica de “desviado”.

  1. Análisis crítico de ideas.

Las principales teorías de la desviación social muestran la complejidad de llegar hasta el origen de este fenómeno social donde juegan factores tales como la concepción y construcción de un ideario social; el peso de las interacciones económicas, políticas y sociales; el poder del orden social en la mentalidad de la población, entre muchos otros.

En primer lugar, las teorías funcionalistas durkheinianas tienen como principal eje la función que esta clasificación pueden tener en el orden y la estructura social, formando una vida colectiva desde determinadas posiciones en función de su utilidad social, para el mantenimiento de dicho imaginario social. En este sentido, Durkheim insiste en el hecho de que funcionamos como masa y que nos afectamos unos a otros con las decisiones; y cómo absolutamente todos, tanto aquellos denominados como normales, como aquellos denominados como excluídos afectamos en el desarrollo a todos los niveles de un país. Este mantenimiento también se establece por parte de la autoridad pública, quien se ocupa de procurar la uniformidad y la regulación del orden establecido.

Este tipo de teoría sostiene el hecho de que nazcamos con límites, subordinados jerárquicamente y categorizados y diferenciados por factores como la etnia, género, cultura, etc., las cuales influyen profundamente en nuestras estructuras sociales y cognitivas. Lo que se pretende con este hecho es proliferar una unidad en la sociedad, pero no una unidad democráticamente consensuada, sino estableciendo límites claros, de modo  que éstos sean normalizados e integrados en el pensamiento de toda la población.

Como explica Merton a raíz de las teorías durkheinianas, la cultura de la marginación proporciona metas y motivaciones, pero también modelos de conducta institucionalizados. Éstos últimos suponen la ejemplificación de modalidades y medios supuestamente legítimos para alcanzar estas metas, donde juegan un importante papel las estructuras socioeconómicas; las cuales, a su vez, conforman las estructuras sociales junto a los consecuentes sistemas de valores y normas. Este último escaño es quien proporciona e interioriza la concepción de los propios sujetos de “inferiores”, al igual que establece unas pautas de comportamiento acordes a lo que se espera de ellos. La gran problemática, consecuencia de estos dos últimos factores, es cómo influirá en la accesibilidad de dichos medios para las personas excluidas de ese privilegio de sentirse “normal”.

En cuanto a la teoría de la subculturas, ésta explica cómo la llamada desviación ocurre debido a la socialización en ambientes problemáticos con valores y  normas no aceptados o no que no forma parte integral de la sociedad. A los grupos más desfavorecidos económicamente y socialmente, a causa de la propia frustración ante la imposibilidad de servirse de esos medios legítimos y ante un sistema de valores y normas que los encajonan en un determinado estatus social; éstos acaban tornando sus acciones ne delictivas, tanto como respuesta al orden social, como por reticencia a conformarse con no poder tener el mismo acceso a ciertos bienes que las clases acomodadas o privilegiadas sí pueden. Esto también se debe, en parte,  a la necesidad de unidad y de apoyo entre iguales que estos grupos deben asumir como defensa del rechazo ante el resto de la población.

Por lo que respecta a teoría del aprendizaje o labelling approach, ésta tiene como objetos de estudio los dispositivos de control social, además de las funciones para la observación crítica de la “anormalidad”. El éxito de esta teoría se basa en que el individuo o grupo interiorice y asuma la etiqueta que la sociedad le impone; pero, ¿cómo surgen estas etiquetas? ¿Acaso no somos los seres humanos algo mucho mejor que una simple e ilógica marca conceptual? La respuesta, desgraciadamente, confirma la actuación de “rebaño” de la sociedad, ante ideas masticadas y procesadas por las instituciones pertenecientes a los ejes socioeconómicos y educativos de nuestro mundo contemporáneo y globalizado.

Con la llegada de la criminología crítica, se muestra una mayor atención  a los procesos de criminalización y las instituciones que participan en la definición de los llamados comportamientos desviados. En esta teoría se aplican elementos de ideología marxista enfocando el estudio de la desviación de forma que se analice cómo es posible que se siga produciendo de esta forma la sociedad; tanto sobre las instituciones de corte capitalista, la lucha de clases o la transformación social.

A raíz del conjunto de estas teorías, podemos sacar en claro que las personas excluidas socialmente no son fruto de un fenómeno natural, sino que son producto de las diferentes construcciones sociales y culturales que, por mucho que se haya evolucionado, el bagaje histórico sobre la diferenciación racial, cultural, de género o de diversidad funcional siguen el funcionamiento del mundo. Según el modo en el que se organiza un mundo guiado por la producción, el consumo y el orden; la exclusión forma parte de una especie de equilibrio, por el que a través de él, las personas incluidas se ven reflejadas dentro de los parámetros de la normalidad, por lo que se sienten tranquilas y seguras dentro de su entorno. A su vez, las personas excluidas están dentro de la sociedad, pero no participan plenamente en ella (sobre todo respecto a la economía, política, moralidad...). Eso no quiere decir que no tengan una gran importancia en el funcionamiento del sistema económico, ya que se tienen que ocupar los peldaños dentro de las relaciones de productividad y consumo, lo que a su vez sigue generando una diferenciación social en la capacidad adquisitiva.

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