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Actividad Integradora. Amairani


Enviado por   •  21 de Octubre de 2013  •  1.414 Palabras (6 Páginas)  •  396 Visitas

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Makarenko una Pedagogía: Bolchevique

La actividad Pedagógica de Antón Seminovich Makarenko (1888-1939) se diferencia en dos etapas principales.

Makarenko dirigió la "Colonia Máximo Gorki», una comuna educativa para niños y jóvenes delincuentes enviados allí por Ia Comisaria de Instrucción Pública.

EI trabajo de Makarenko no fue nunca fácil, no solo por las características de los chicos y chicas con los que trabajó, sino también por las condiciones.

Makarenko es, sin lugar a dudas, un pedagogo controvertido. Lo fue en su época y lo sigue siendo en Ia actualidad, ensalzado por unos y vilipendiado por' otros, sus ideas y su estilo pedagógico despiertan las actitudes más contrapuestas.

Una posición pedagógica y un estilo peculiar.

En numerosas ocasiones, Makarenko se queja de no poder contar con técnicas pedagógicas válidas; para el Ia literatura pedagógica está llena de hermosas palabras, de pensamientos brillantes. Pero vacía de técnicas, de métodos, de instrumentos válidos para su aplicación por un educador cargado de problemas.

El dogma principal de esta doctrina consistía en que, en esas condiciones de veneración y de obsequiosidad para con la naturaleza, tendría que salir, obligatoriamente, la personalidad comunista.

Makarenko no acepta que la educación deba fundamentarse sobre las necesidades del niño si se consideran necesidades del niño a los deseos surgidos de él, queda abierto el camino a todas las veleidades, a todas las fantasías aisladas e individualistas que no deben ser tenidas en consideración.

Nada hay, por tanto, en Makarenko que pueda parecerse al culto y a la espontaneidad infantil. Como vimos, la defensa de esa espontaneidad es basaba, fundamentalmente, en el carácter bueno de .Ia naturaleza del niño: dejando operar a la naturaleza, se deja operar a la bondad.

A través de sus obras, Makarenko gusta de presentarse a sí mismo como una personalidad fea, cerebral, permanentemente autocontrolada. Es partidario, por ejemplo: de que el educador debe actuar sin manifestar sus sentimientos a través de la fisonomía. Debe aprender a modular la voz para dar en cada momento el tono adecuado a lo que se dice; defiende una cuidada utilización de las posibilidades del gesto, de la mímica, de la educación, etc.

Sea como quiera, ejercía un poderoso atractivo sobre los muchachos, se preocupaba constantemente por ellos, los conocía a fondo y sabía comprenderlos y ayudarlos con una gran finura psicológica. Así se pone de manifiesto en numerosos pasajes de sus obras.

Educar para el comunismo

Los objetivos que Makarenko asignan a la educación, se asientan a nuestro juicio, en dos pilares fundamentales: su confianza en la sociedad soviética y su fé en las posibilidades de la educación. Por lo que respecta al primer punto, son en efecto numerosos los lugares de sus obras en los que Makarenko ensalza la nueva situación de su país. Makarenko orienta su pedagogía a la formación de hombres capaces, a su vez, de ser también constructores activos del comunismo.

En consecuencia, la pedagogía de Makarenko no podía ser sino una pedagogía comunista, así se lo indicaba el mismo a uno de los múltiples delegados de educación que acudían a la colonia a maravillarse de sus sorprendentes resultados y a criticarle sus terribles métodos.

En educación no hay recetas, pero no hacen falta, pues desde el punto de vista de nuestro autor es suficiente con guiarse de manera exclusiva con el sistema de principios generales de la vida y la sociedad soviética.

Para llegar a obtener un producto tan finido, Makarenko necesita unos proyectos previos, unos planes de trabajo que definan exactamente cuál será el resultado final.

Este y no otro es el sentido de la educación activa tal y como él la entiende, fijarse una meta y poner a los medios que hagan falta para conseguirla; así es como si mismo lo expone.

EI objetivo que Makarenko no es otro que el de convertir a los niños bajo su cargo en constructores activos y conscientes del comunismo, si el de hacer de cada

individuo un miembro activo de su época y su sociedad, el de formar individuos que se conviertan en constructores y fortalecedores del estado proletario; lo que Makarenko pretende en definitiva, es hacer de cada alumno un comunista activo y consciente.

Makarenko no se limita, pues a corregir o reeducar a sus colonos, delincuentes o no, sino que pretende conseguir de cada uno de ello lo que espera conseguir de la educación: el apoyo activo, firme, decidido y sin titubeos a la causa comunista

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