Acto Jurídico Por Aníbal Torres Vásquez Ensayos Y Documentos
Enviado por melodia_24 • 9 de Mayo de 2015 • 1.511 Palabras (7 Páginas) • 512 Visitas
Acto jurídico por Aníbal torres Vásquez ensayos y documentos
Las Leyes de Indias
Mª Ángeles Fernández
Por mor de un primario desconocimiento de la Historia, por una malintencionada tergiversación de la misma o por la nefasta labor de la Leyenda Negra, son legión los que, en España y en América, conocen mal las Leyes de Indias. En demasiadas ocasiones se ha tenido en cuenta la indiscutible, humana, y, en su contexto, inevitable explotación del hombre por el hombre, y se ha obviado ese monumento del Derecho de Gentes que son las leyes con que Isabel I de Castilla puso las bases para la protección de sus súbditos de la Nueva España.
Esa protección que ordena que, por el mismo delito, sea más castigado el español que el indio. Esas Leyes que sientan las bases de todo un cuerpo legislativo que no ha sido copiado por ninguna otra nación colonizadora. Las Leyes de Indias comprenden reales cédulas, reales órdenes, pragmáticas, provisiones, autos, resoluciones, sentencias y cartas, obligándose a la confirmación por el Rey de cualquier disposición dictada por otra persona u organismo.
Si bien el fin religioso es una de las preocupaciones principales de la Corona, no es menos cierto el riguroso respeto por «el orden y forma de vivir de los indios, siempre que no estuvieran en rigurosa contradicción con los principios básicos de la legislación española» (Ley 22, título 2º del Libro V de las Disposiciones de Carlos I). Así, en la Ley 4ª, título 1º, Libro II de las Recopilaciones de 1680 se lee:
«Ordenamos y mandamos que las leyes y buenas costumbres que antiguamente tenían los indios para su buen gobierno y policía, y sus usos y costumbres observadas después que son cristianos, y que no se encuentran en nuestra religión, se guarden y ejecuten».
Hemos dicho «Recopilaciones». Es preciso tener en cuenta que las disposiciones (no las leyes) obedecen a una casuística, que se van dictando poco a poco, según hechos concretos, y ello hace que su número sobrepase las 6000. Si bien, precisamente por esa casuística, muchas veces las disposiciones se hacían de muy difícil cumplimiento, dando lugar a no pocas arbitrariedades.
Las Leyes de Indias aparecen en un momento en que la justicia jurídica castellana se está abriendo paso con pujanza, como demuestra la aparición de las Recopilaciones de Ramírez y de Martínez de Burgos, el ordenamiento de Montalvo y las leyes de Toro. Las primeras disposiciones, precedente del cuerpo de las Leyes, son las Capitulaciones de las que es portador Colón, por las que se concede a los navegantes una serie de derechos y se les sujeta a ciertas obligaciones; los derechos condicionales, sujetos al éxito de la empresa y a la conducta del descubridor; y señala el castigo correspondiente en caso de que no se sujete a lo pactado. A partir de 1526 se añade un conjunto de disposiciones sobre el buen trato a los indios, lo que eleva a las Capitulaciones a la categoría de fuentes jurídicas.
Estas disposiciones giran sobre la licitud o no de las Encomiendas; al respecto, Carlos I reúne juntas de teólogos y juristas, de las cuales surgen en 1542 las Leyes Nuevas, y prohíben las dichas Encomiendas. No sin sublevaciones, como la de Gonzalo Pizarro en Perú y que le costó la condena a muerte. Isabel de Castilla rogaba en su testamento que «mis indiecitos» fuesen tratados por igual que sus súbditos españoles, ya que al emprender el descubrimiento «se había tenido en mira ganar almas para el cielo, y no esclavos para la tierra».
Así, «es nuestra voluntad y mandamos que ningún Adelantado, gobernador... de cualquier estado, dignidad o calidad, en ocasión de paz o guerra, aunque sea mandada hacer por Nos, sea osado de cautivar indios... ni tenerlos por esclavos»... «Y ordenamos a nuestros Juristas que tengan especial cuidado de lo inquirir y castigar con todo rigor».
Lo recoge de este modo Carlos I, ante las denuncias de casos de esclavitud entre los indios; a los transgresores se les priva de todos sus bienes, y a los funcionarios negligentes en el cumplimiento de la ley, se imponen multas de 100.000 maravedíes. Se incluye en este castigo a los portugueses que llevaban brasileños esclavos, y que al entrar en demarcaciones españolas debían atenerse a las leyes españolas.
Sobre las Encomiendas parece ser, aunque no constan escritos, que, a manera de pactos con los caciques de la isla Española, Colón decidió implantar un tributo, trimestral y en especie, pero un grupo de españoles descontentos se sublevaron y obligaron a Colón a aceptar el «tributo» que ellos tenían ya establecido:
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