Acto día Del Maestro

Introducción.

Un país con dificultades educativas, es un país que ve comprometido su futuro.

La educación es un derecho y nadie debe dejar de gozarlo. Para que su calidad de vida sea digna, para que sepa defender su dignidad y para que comprenda la importancia de vivir en paz y armonía dentro del grupo social al que pertenece.

Por eso, como dijo domingo Faustino Sarmiento: “Es necesario que hagamos de nuestro país una escuela en la que todos estén incluidos, en la que nadie se quede afuera”. No hay frase más actual.

Una gran escuela donde la igualdad de posibilidades de aprendizajes sea el principal logro, una escuela para formar personas de bien y ciudadanos comprometidos, que amen ésta tierra y que la defiendan con trabajo y esfuerzo.

Nuestro esmero por lograr estos objetivos es y será, el mejor homenaje a Sarmiento, el primer maestro argentino.

Entrada de la Bandera.

Donde hay bandera, hay escuela. Donde hay escuela hay un maestro que continúa la labor de aquel que hizo de la docencia su motivo de vida.

Para que presida nuestro acto damos la bienvenida a nuestra bandera de ceremonias, portada por…………………………………………………………….. y sus escoltas ………………………………………………………………………………………..

Himno Nacional Argentino.

Sus estrofas nos hablan del pueblo argentino, un pueblo que según las palabras de Domingo Faustino Sarmiento, debe ser educado, porque de eso depende que las personas seamos libres.

Entonemos las estrofas de nuestro Himno Nacional Argentino, recordando que un pueblo es libre cuando defiende la educación.

Palabras alusivas.

A continuación un alumno leerá una semblanza sobre la vida de Sarmiento.

“El 11 de septiembre se conmemora el fallecimiento de Domingo Faustino Sarmiento. Nacido en la provincia de San Juan, desde niño se fue gestando en él la idea de que la educación era imprescindible para el bienestar de un pueblo.

Desarrolló una gran labor educativa y cultural, creó gran cantidad de escuelas y fundó instituciones para la formación de docentes.

Fue también senador, gobernante de su provincia natal, ministro y presidente de la Nación. Cuando asumió este último cargo, en 1868 expresó: “… es necesario educar al pueblo en la verdadera democracia, enseñarles a todos lo mismo, para que todos sean iguales… para eso necesitamos hacer de toda la República una escuela.”

Hoy, luego de tantos años, sus ideas siguen vigentes y nadie puede dejar de coincidir en que sin educación no hay libertad.

Pero en cada 11 de septiembre no sólo recordamos al ilustre Sarmiento sino que también festejamos el día del maestro. Es así que en esta fecha es doble nuestro motivo de reunión: rememorar a un hombre de espíritu sin igual y brillante intelecto, y homenajear a las personas que, como él, dedican gran parte de su vida a la formación de los más jóvenes.

No hay en nuestra historia otra figura que pueda igualar la preocupación y la dedicación de nuestro prócer sanjuanino en temas referentes a la educación. El deseo de educar a su pueblo se trasluce en todas las actividades que emprendió. Como maestro, como escritor, como estadista, como presidente.

Por este motivo no permitamos que el sueño de Sarmiento se diluya en los abatares del mundo moderno, luchemos juntos por la

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