Adventistas y el Cine ¿Cuál es el problema del cine?

Adventistas y el Cine

¿Cuál es el problema del cine?

Solo destacaremos las 2 cuestiones más resaltantes, de algunos problemas:

1.- ¿Qué vas a ver?

2.- ¿Quién te está viendo?

No es conveniente para un adventista ir al cine, el manual de la iglesia adventista en la pág. 182 nos dice que no vamos al cine porque “Nos separa de Jesús”

PRIMERO

En la primera pregunta podemos ver que cuando vamos al cine no estamos yendo a ver las bellas historias de la biblia precisamente ¿verdad? Más bien en la mayoría de películas vemos “todos los pecados y crímenes de la humanidad: homicidios, adulterios, robos y otros males semejantes” Mensajes para los jóvenes p. 397. Más en estos tiempos  el cine ha entrado en nuestra casa y si el problema está en lo que vemos, entonces nuestras casas también se han hecho cines y estamos haciendo mal al ver estas películas y nos estamos separando de Jesús. Y este es el punto más duro para cada cristiano ahora, porque siempre se ha creado un prejuicio en nuestras mentes de que ir al cine está mal, y lo está, más la cuestión ahora de todo este asunto es que el cine está en casa, y ya NO  consiste en preguntar ¿Se puede ir al cine? El cine está en casa y como es imposible que no vayas a casa, nuestra generación adventista y en si todos los cristianos, estamos usando nuestro propio criterio para vivir nuestra fe, racionalizamos nuestro pecado. Mejor dicho, decimos respetar la ley mas solo hacemos lo que nos parece que no implica algún sacrifico y lo que no estamos dispuestos a hacer, lo dejamos de lado, y eso nos convierte en adventistas de sábado en la mañana, porque en la tarde es momento de “descanso sabático”.

Esto se resumen claramente en que nos estamos acostumbrando a las costumbres modernas llamadas “modas”, las cosas que eran inaceptables en la iglesias conservadoras y tradicionalistas de antes, ahora se han vuelto blandas y se ha tachado como legalistas a los que aún tienen el espíritu de conservar las enseñanzas intactas. Si bien aunque los tiempos cambian,  las costumbres de la iglesia deberían seguir iguales, pero estamos permitiendo desde los hogares que las costumbres modernas cambien nuestros principios. De esta manera no sería nada raro que en un futuro cercano los padres dejen ir a la discoteca a sus hijos con tal de que no “bailen” en ellas.

La Biblia da un ejemplo de esto en Jueces, primero vemos que en el capítulo 21: 25 que “En aquel tiempo no había rey en Israel, cada quien hacia lo que le parecía”. El hecho de hacer lo que mejor me parece significa que soy yo mismo el que se pone reglas confiando en mi propio raciocinio y experiencia en la vida. Y si fuera así entonces nuestra iglesia está pasando por el problema más fuerte de nuestra iglesia: FALTA DE IDENTIDAD, mejor dicho: nadie se quiere poner la camiseta de adventistas.

La identidad es lo que toda persona busca para saber quién es y partiendo de ese punto podemos ver que así nacen las tribus urbanas, cuando un grupo de personas se identifican con algo y para distinguirse de os demás usan algo distntivo, sea un color, pulsera, peinado, actitudes

¿Qué es lo que está pasando en realidad? Al revisar el libro de los jueces, notamos un cambio de paradigma que explicaría este fenómeno. Jueces 2: 1-10 señala que una generación, la de Josué y Caleb, ya había pasado. Al parecer, con ellos algo importante se había perdido, esto es IDENTIDAD. El relato nos dice que la nueva generación de Israelitas “no conocían al Señor ni la obra que este había hecho por ellos” (vers.10). Cuando nos adentramos en el libro, podemos quedar aterrados con los grandes fracasos cometidos por esta nueva generación, producto principalmente de sus malas decisiones. De entre los casos más dramáticos tenemos a Jefte, quien decide sacrificar a un ser humano si es que Dios le da la victoria contra sus enemigos. Tristemente aquel sacrificio fue su propia hija, (Jueces 11:24-25). Pero sin duda el caso más grave es el del levita y su concubina. Esta última, fue tomada por los hombres de benjamín para hacer con ella cuanto se les antojara hasta dejarla muerta en plena calle. Si esto nos parece grave, mucho más grave es la decisión del levita, quien no encuentra nada mejor que cortar a su compañera en trozos, para luego enviarlos a cada una de las tribus de Israel. (Jueces 19)

Todos estos actos, sumado a otros tantos son el resultado de dos cosas. Por un lado “ellos no conocen a Jehová” por tanto “cada uno hace lo que bien le parecía”.

Está renaciendo en estos momentos una “nueva generación” la generación del internet en la cual me incluyo Una generación que puede descargar de la web cualquier cosa que necesite pero que no tiene idea del gran aporte y sacrificio realizado por José Bates para la consolidación de la obra de publicaciones o del sacrificio de Andrews por querer establecer la obra en Europa. Que tampoco conoce las interpretaciones proféticas adventistas y que tampoco le interesan.

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