Análisis Sociológico de la Educación

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INTRODUCCIÓN

El presente texto tiene la finalidad de evidenciar los principales aportes de los diversos autores que se abordaron durante el primer cuatrimestre de la Maestría en Ciencias de la Educación en la asignatura de Análisis Sociológico de la Educación, esto con el propósito de destacar las ideas y conceptos que fueron más relevantes durante las sesiones y poderlos considerar para realizar una reflexión sobre cómo se ha dado el fenómeno de reproducción social desde las escuelas para preservar las ideologías de la clase dominante. A su vez, se establece la relevancia de este fenómeno en la sociedad mexicana y en la conformación de los distintos modelos educativos que la Secretaría de Educación Pública ha tomado de otros contextos internacionales para ser aplicados en nuestro país.

DESARROLLO

Me resulta importante abordar cuestiones relacionadas que se comenzaron a trabajar desde el inicio del cuatrimestre y que, de manera personal, me permitieron comenzar a tomarle interés al análisis sociológico de la educación, ya que me fui apasionando con las lecturas conforme transcurrió el cuatrimestre.

Xavier Bonal, en su obra Sociología de la educación, menciona que “El objeto central de la sociología es la explicación de las desigualdades sociales y los mecanismos por los que éstas se construyen, se mantienen, se legitiman, se reproducen o se modifican” (Bonal, 1998, pág. 5). Respecto a esto, me parece necesario destacar que los avances que se dieron en las ciencias sociales a partir de momentos históricos de suma relevancia, tal como la Segunda Guerra Mundial, La Revolución mexicana, entre otros, han permitido analizar aquello que ocurre en la sociedad y que, como parte de ella, se reproduce también en las escuelas de manera simbólica.

Hablando propiamente de la escuela, ésta es considerada como la institución destinada a la enseñanza, encargada de proporcionar conocimientos considerados básicos de determinadas materias. A su vez, cumple con un rol formativo y social, en donde se reconoce en ella el lugar más importante de socialización de los individuos después de la familia. Es en la escuela donde el niño aprender a descubrir lo que le rodea y propicia la construcción de su identidad, su historia, el compartir, generar hábitos y se les prepara para ser futuros adultos integrados a la sociedad. De acuerdo con Bonal: “la escuela se convierte en el mejor mecanismo para asegurar el control y el orden, asegurar la adaptación social de los individuos y la preservación de los valores morales” (1998).

En adición a la idea antes mencionada, Parsons, en su ensayo titulado “La clase escolar como un sistema social, afirma que la escuela cumple el rol de agente de socialización y se convierte en el medio para educar, motivar y adecuar a las personas al cumplimiento de los roles del adulto, esto con la intención de internalizar en los alumnos cualidades y capacidades necesarias para el cumplimiento de futuros roles y situarlos en la estructura de la sociedad.

En este ensayo se explicita la importancia que tiene la escuela formal para un niño, ya que es este espacio en donde el individuo comienza a interactuar con personas ajenas a su círculo familiar. El autor menciona como es que, en este espacio social, los alumnos van tomando un rol de competidores, en este caso hablando de edad, habilidades, calificaciones y capacidad de integrarse a la dinámica escolar. Por otro lado, es un documento que habla del complejo rol que tiene el docente, al ser el adulto responsable que ha de encaminar los esfuerzos de sus pupilos a la consecución de logros comunes, así como de atender las necesidades particulares de sus alumnos. A propósito de esto, se menciona lo siguiente:

“La clase escolar está estructurada de tal forma que la oportunidad para un tratamiento especial está rigurosamente limitada debido a que hay muchos más niños en una clase escolar que en una familia y aquellos están concentrados en una variación de edades mucho más estrecha, por tanto, el profesor tiene mucho menos oportunidad que la que tiene un padre para conceder favores especiales”

 (Parsons, 1959, pág. 87).

La cita anterior me parece relevante ya que, si bien los modelos educativos actuales solicitan al docente una serie compleja de roles a desempeñar ante sus alumnos, no debe perderse de vista el hecho de que su papel principal es ser un facilitador y guía en su proceso de aprendizajes, sin que esto signifique atender necesidades muy personales que le compete tratar a las familias.

Por su parte, (Almeida Salles & Smith, 1987) abordan la perspectiva de Bourdieu, donde destacan que los procesos educativos son espacios importantes de construcción y reproducción de lo social, en donde se reproducen aspectos ideológicos y estructurales de un contexto social, sus componentes de dominación, así como la función reproductora de la fuerza de trabajo.

La educación ha sido el medio que utilizan las clases dominantes para perpetuar o reproducir los discursos e ideas sociales de la división de clases, lo que propicia que no exista la toma de conciencia de estas clases que están siendo dominadas.

Mediante las políticas educativas y los planes de estudio oficiales que dictan las autoridades, entre ellos México, se contribuye a mantener las situaciones de desigualdad de clases, donde se conservan las ideas de la clase dominante para continuar manteniendo la hegemonía política, económica y social en beneficio de sus propios intereses. Para esto se lleva a cabo la reproducción de ideologías a través del adoctrinamiento en las escuelas para que los niños crean lo que a estos líderes sociales les conviene y vayan acorde con sus ideales, fines políticos y sobre todo económicos.

La teoría de la reproducción consiste en producir una idea y repetirla indefinidamente, aquí es donde entran las escuelas como las instituciones encargadas de llevarlo a cabo al reproducir conocimientos necesarios para ocupar un lugar en la sociedad centrados en los intereses de la clase dominante. La educación se reconoce como una forma de control social y dominación de la clase, en donde se promueve la desigualdad de oportunidades.

 Esta desigualdad perpetua la violencia simbólica, misma que los autores de La reproducción definen como: “…la imposición de los contenidos necesarios para la reproducción de la cultura dominante, que articula diferentes ámbitos de la sociedad” (Bourdieu & Passeron, 1981). A su vez, argumentan que este tipo de violencia existe en la sociedad y consigue imponer significados como si fueran los únicos, encubriendo así las relaciones de dominio que les asignan fuerza.

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