Analisis AUH

Área: Educación

Fuente: Anses

En la página de Anses, al ingresar en la pestaña de Educación, encontramos dos programas, a saber: Ayuda escolar anual y Becas Progresar. Por un lado, la ayuda escolar anual es un monto que otorga ANSES por cada hijo escolarizado de 0 a 18 años que asista a una institución educativa inscripta en el Ministerio de Educación. Por otro lado, las becas progresar son para jóvenes desde los 18 años hasta los 30 años que quieran terminar la primaria o secundaria y cursen educación especial; estudien una carrera terciaria, universitaria o de formación docente; o realicen cursos de formación profesional.

En el primer caso, hay dos modalidades dependiendo de si el adulto responsable cobra Asignación Universal por hijo o Asignación Familiar por hijo. En caso de ser del primer grupo, debe presentarse un formulario (PS.I.47) completo y firmado por el establecimiento. En caso de pertenecer al segundo grupo, debe llenarse un pequeño formulario online.

Para las Becas Progresar, debe completarse un formulario dependiendo del tipo de educación (primaria, secundaria, terciaria, universitaria o cursos de formación). En cualquiera de estos casos, se completará el formulario, se entregará a la institución correspondiente para certificarlo y por último se presentará en Anses, ya sea personalmente o de forma online.

Podemos decir, que en estos programas, la información que se recopila no es en absoluto completa puesto que no se tienen en cuenta diversas cuestiones que son realmente importantes respecto a los sujetos. Aunque en el caso de las asignaciones se tiene en cuenta la discapacidad de los sujetos, no se tienen en cuenta otras enfermedades que no son discapacidades pero que si traen aparejados diferentes cuestiones, como podría ser el caso de un niño celíaco que precisa una alimentación diferenciada, o un niño con algún problema respiratorio que precise tratamiento continuo, entre otros. En el caso de las Becas Progresar, más allá de llegar  a un número importante de beneficiarios, quedan excluidos muchos sujetos ya que, se tiene en cuenta el trabajo de los progenitores por ejemplo y no es de interés si conviven o sustentan al sujeto ellos mismos. Esto es, en el caso de un joven que vive solo, tiene un trabajo y se mantiene a sí mismo, pero también sus padres tienen trabajos blanqueados que superan el monto máximo aceptado para la obtención de la beca, el sujeto que solicita la beca queda fuera puesto que los ingresos de sus padres cuentan como propios y no tiene forma de “separarlos”.

Considero que si un profesional del Trabajo Social interviniera en la selección de los posibles beneficiarios de cualquier prestación podría, desde un enfoque cualitativo, realizar visitas domiciliarias, para evaluar y dar cuenta de las necesidades habitacionales o no de la familia, necesidades específicas de los sujetos y, a su vez podría realizar diversas entrevistas con los sujetos para así obtener información relevante para dar cuenta del grado de necesidad o no de cada sujeto. Llegado el momento podría hacer un relevamiento de estos nuevos datos a quien corresponda, para evaluar montos (por ejemplo). En caso de personas con enfermedades alimentarias (celiaquía, diabetes, etc.), enfermedades respiratorias u otra, debería esto contemplarse puesto que todas estas enfermedades aun no siendo consideradas discapacidades, precisan de un ingreso mayor para poder cubrirlas, como se mencionaba anteriormente. En el caso de las Becas Progresar, el profesional podría dar cuenta de la situación del solicitante y certificar mediante informe de visita domiciliaria o entrevista que el sujeto no convive con sus padres y se sustenta el mismo por lo que la beca le sería de importante ayuda.

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