Análisis de la educación desde un punto de vista social, político e histórico.
Enviado por eze238 • 30 de Noviembre de 2017 • Ensayo • 2.297 Palabras (10 Páginas) • 655 Visitas
Análisis de la educación desde un punto de vista social, político e histórico.
Debemos tener en cuenta que cuando hablamos de educación no nos estamos refiriendo simplemente a la “escuela”. Un propósito de esta unidad es separar ambos conceptos y estudiar la especificidad de cada uno.
Por tal motivo, nos preguntaremos por el papel de la educación en los procesos de reproducción y transformación del orden social analizando la razón por la cual podemos decir que se trata de una historia de ficciones, realidades e ilusiones.
Esto nos llevará a estudiar la construcción del Estado Nación y la educación como proyecto político, el papel de la estatalidad en el desarrollo del Sistema Escolar y los desafíos de lo público (la escuela pública), a través del desarrollo de los diferentes modos políticos del estado. Este tema recorrerá toda la materia. En esta unidad nos introduciremos en su análisis.
Luego de este recorrido, podremos pensar el lugar de la educación en los procesos de socialización; diferencias, conflictos y armonías en torno a lo educativo y la construcción de la hegemonía, el discurso escolar y el conocimiento.
La unidad está conformada por dos textos y un audiovisual:
∙ Tenti Fanfani, E. (2010). Primera parte. El mundo de la educación. En Autor (Ed.) Sociología de la educación. (pp. 20-39). Buenos Aires: Ministerio de Educación de la Nación (Aportes para el desarrollo curricular).
∙ Tamarit, J. (1994). La función de la escuela: Conocimiento y poder. En Autor (Ed.). Educar al Soberano. Crítica al Iluminismo pedagógico de ayer y de hoy. Buenos Aires: Miño y Dávila Editores.
∙ Verónica Vera. (17 de Octubre de 2010). Ken Robinson: Changing Paradigms (Spanish). Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=Z78aaeJR8no (copiar y pegar el link en el navegador para acceder al audiovisual).
A partir de la lectura del texto de Tenti Fanfani.
◦ ¿Qué significa pensar a la educación como sistema de “Estado”?
Significa que el sistema de educación es una parte del Estado, es una parte muy importante ya que el estado hace uso del sistema escolar obligatorio como aparato represivo institucionalizado, para garantizarse el monopolio de su dominio sobre miembros de las nuevas configuraciones políticas nacionales/estatales.
◦ ¿Cuál es la relación entre la formación de los Estados-nación y la escuela?
La relación es Igualdad en cuanto a su formación, el sistema educativo moderno comienza a construirse junto con el Estado nación, la historia de la escuela es en gran parte la historia del Estado moderno; ambas historias van de la mano y no puede entenderse la una sin la otra.
◦ ¿A qué se refiere Tenti Fanfani con la idea de violencia simbólica?
Violencia simbólica se refiere a otra forma de violencia, no física, sino a la acción de imposición de significado sobre las subjetividades de los miembros del Estado, como por ejemplo el lenguaje o lengua oficial, que es un claro acto de imposición violenta (no es el resultado de una elección) a masas de individuos que hablaban otra lengua (las lenguas aborígenes, o las lenguas de los países de origen en el caso de los emigrantes de origen europeo). Otra forma de violencia simbólica es la enseñanza de la historia patria y todo el contenido del programa escolar que es establecida de manera obligatoria para todos y se procede mediante una decisión de orden político que se traduce en una ley (con todos los derivados normativos secundarios, decretos, reglamentos, circulares, etc.). Otra forma de violencia simbólica es la obligatoriedad de concurrencia a la escuela, no tener libertad de decidir si ir o no a la escuela, y no poder elegir el contenido del programa escolar por ejemplo.
◦ ¿Cuál es la matriz en la que se constituye el sistema educativo moderno?
La escuela obligatoria debía socializar a las nuevas generaciones para convertirlas en ciudadanos dotados de una identidad nacional (patriotismo) y para desarrollar en ellas ciertas competencias cognitivas básicas (leer y escribir, contar, etc.) que los habilitaban para insertarse en el trabajo moderno. La escuela primaria obligatoria para los asalariados que realizan las tareas productivas más simples y la escuela secundaria y la universidad para formar a las élites dirigentes y para el desempeño de las funciones productivas más complejas, más remuneradas y con mayor prestigio social. La escuela formalmente igualitaria para todos en verdad era una instancia para seleccionar y distribuir a los individuos en los distintos roles sociales diversificados y jerarquizados que la sociedad capitalista generaba.
◦ ¿Qué nos aporta la idea de “arbitrariedad del conocimiento escolar”?
Es un concepto límite que obliga a encontrar una explicación a preguntas tales como las siguientes ¿Por qué se enseñan determinados contenidos culturales en vez de otros? ¿Por qué antes se enseñaba A y luego se reemplazó por B? ¿Quiénes definen el currículo, con qué criterios y por qué? Esta idea ocupa un lugar central en la explicación del fenómeno educativo. Las reformas curriculares son ocasiones extraordinarias donde entra en juego la arbitrariedad del conocimiento escolar, se analizan los actores, los intereses y las relaciones de fuerza que se movilizan alrededor de esta cuestión. Se trata de procesos más o menos conflictivos donde se alcanzan equilibrios inestables que son alterados cuando cambian las relaciones de fuerza y los intereses en juego. Los debates pedagógicos y didácticos en sentido estricto (organización del saber escolar, secuencias, estrategias de enseñanza, evaluación, etc. también son relevantes, pero siempre están determinados por los procesos políticos citados.
◦ ¿Se pueden establecer relaciones entre las características y relaciones del sistema social y lo que sucede en las aulas del sistema escolar?
Al igual que todos los agentes sociales, para conocer el mundo que nos rodea (tanto nuestros alumnos, como nuestros vecinos, amigos, etc.) hacemos uso de un repertorio de categorías mentales, es decir, de casilleros vacíos, etiquetas o “tipos” que utilizamos para movernos en el mundo. De modo que todos, al conocer, distinguimos, clasificamos (al mismo tiempo que somos clasificados por los otros). Así entonces, el maestro tipifica a sus alumnos, pero, a su vez, es tipificado por ellos. El niño se ve en el maestro como en un espejo. La imagen que le devolvemos puede llegar a tener un tremendo poder constitutivo. Es sabido que estas tipificaciones funcionan como profecías autocumplidas. En otras palabras, por lo general, nuestra relación con los demás depende de cómo lo hemos tipificado. No nos comportamos de la misma manera con alguien al que creemos “egoísta”, que con aquél al que consideramos “generoso y desinteresado”. Y no tomamos en cuenta el hecho de que el etiquetamiento que aplicamos muy probablemente esté determinando la atención que le prestamos a un determinado alumno, o los estímulos, apoyos y ayudas que le ofrecimos durante el año escolar. Los fracasos o éxitos escolares en parte se debe a los “prejuicios” y sus efectos sobre nuestras actitudes, acciones y relaciones con los alumnos.
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