Análisis y Propuestas.Política Internacional.Globalización e Integración
Enviado por ROSIOPALACIOS • 1 de Abril de 2023 • Informe • 8.365 Palabras (34 Páginas) • 233 Visitas
Análisis y Propuestas Política Internacional
Globalización e Integración
[pic 1][pic 2]Regional: los desafíos para el progresismo latinoamericano y chileno
Jaime Ensignia*
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Globalización, efectos y consecuencias
Nuestro planeta atraviesa desde hace algunas décadas por un proceso globalizador profundo, de dimensiones nunca vistas en la historia de la humanidad. Este artículo se propone identifi car algunos de los factores que se observan en el mundo globalizado actual y de su relación con América Latina y el Caribe.
1. Luces y sombras de la globalización: otro mundo es posible
Nuestro planeta, atraviesa desde hace algunas décadas un proceso globalizador profundo, de dimensiones nunca vistas en la historia de la humanidad |
Las raíces de la globalización se encuentran en las respuestas que los Estados de los países avanzados y las empresas transnacionales1 , dieron a la crisis del capitalismo fordista – keynesiano a mediados de los años setenta del siglo XX. La crisis de la gestión de la economía en sus variantes keynesiana, nacional desarrollista o de planifi cación centralizada, generó condiciones que le otorgaron funcionalidad política al neoliberalismo para la apertura de las economías nacionales. Esta fue una condición necesaria para el despegue de lo que hoy llamamos globalización2.
Por cierto, la globalización ofrece un conjunto de oportunidades cuyo aprovechamiento oportuno y efi caz entraña enormes desafíos para las naciones. Este fenómeno representa una “promesa” de desarrollo material y de bienestar para toda la humanidad. Al mismo tiempo, da lugar a un contexto favorable para la difusión a escala global de los derechos humanos esenciales, incluidos los derechos civiles, económicos, políticos, sociales y culturales, como fundamento de la convivencia en cualquier sociedad3.
Sin embargo, mientras este proceso globalizador no consiga ser orientado en una dirección progresista, de mayor transparencia y con una decidida voluntad democrática respecto a acción política de las naciones, seguirá careciendo de gobernabilidad en lo internacional. Asimismo, mientras no sea canalizada a través de instituciones internacionales competentes, mantendrá una naturaleza caótica y ambigua en el imaginario de muchos ciudadanos a nivel global. En la actualidad, esta falta de orientación incide en que vastos sectores de la sociedad mundial siguen percibiendo este proceso globalizador como favorable para unas pocas naciones, y fundamentalmente para el sector del capital fi nanciero internacional.
En síntesis, los beneficios de la globalización y de la mundialización económica son claros y rotundos para los países del mundo desarrollado, pero para los países en desarrollo siguen siendo frágiles e incipientes.
Por ello, en América Latina y el Caribe, millones de personas tienden a percibirla no como una promesa de bienestar, sino como una fuerza desestabilizadora y destructiva que favorece a unos pocos que acumulan riqueza, poder y privilegios, en desmedro de la mayoría de los habitantes de la región.
Intentar dar un giro en este proceso globalizador de modo que esta mundialización de la economía redunde en beneficio de todos, será tarea de las fuerzas políticas, sociales, progresistas y democráticas de nuestra región, muchas de ellas en la actualidad con responsabilidades en diversos gobiernos del continente.
2. El movimiento antiglobalizador
En este escenario internacional, resultan muy válidas las reivindicaciones planteadas por la sociedad civil en cuanto a exigir “democratizar la globalización”. Esta cuestión ha sido puesta en el debate constantemente en diversos encuentros de organizaciones no gubernamentales, de partidos políticos progresistas y democráticos, de gremios profesionales y laborales.
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En el mundo del sindicalismo internacional, la Confederación Sindical Internacional (CSI) ha expresado permanentemente la necesidad de una globalización con rostro humano. A su vez, la Confederación Sindical de Trabajadores de las Américas (CSA), constituida en marzo del 2008 en la ciudad de Panamá, colocó como unos de los puntos centrales de su programa, la lucha por una globalización que permita a todos los sectores de la sociedad civil recibir los frutos del progreso humano y económico mundial.
La gama de sectores críticos al proceso globalizador es muy variada, cubriendo desde los más militantes globalifóbicos cuyo objetivo central es la globalización como tal, hasta aquellos que creen en otro tipo de globalización. Estos sectores consideran que es necesario democratizar la globalización y darle gobernanza, más allá de las políticas del Estado nacional. En este sentido, es interesante lo que argumenta Castells, al constatar que el llamado movimiento antiglobalización (o por la justicia global), en los términos que lo plantean sus actores es una fuente de proyectos alternativos. En este sentido, según el autor, ha cambiado el debate sobre el sistema, abriendo opciones posibles. Ya no se es anti, sino que se está por otra globalización4.
El movimiento antiglobalizador se ha manifestado reiteradamente en los encuentros del G-8, en las actividades llevadas a cabo por el Foro Social Mundial de Porto Alegre, en las sesiones de la OMC, como en Cancún y frente a otras situaciones. A su vez, en la región existen expresiones nacionales de este movimiento antiglobalizador o por otra globalización, como es el caso del Foro Social Chileno ATACC.
3. La irrupción del modelo neoliberal y el consenso de Washington
En el plano latinoamericano, Chile fue el primer país que se abocó, desde fi nes de la década de los setenta y a principios de los ochenta, a adoptar un modelo económico neoliberal (el cual es incluso señalado como ultra neoliberal). Los años ochenta de Ronald Reagan en EEUU y Margaret Thatcher en Inglaterra, le dan al modelo neoliberal razón de verdad universal. Los organismos internacionales de crédito como el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) se convierten en las instituciones internacionales que se encargarán de otorgarle viabilidad política, ideológica-cultural y económica a este modelo.
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