Apatía Escolar

I N T R O D U C C I Ó N

En el presente ensayo se hablará de un problema muy sobresaliente en las instituciones escolares, es la apatía del estudiante. Este fenómeno que se ha incrementado en estos últimos tiempos y que afecta a un sinnúmero de alumnos de todas las edades, como "una falta de interés" en la escuela, en las actividades, en el futuro, etc.

La apatía no es un fenómeno estático para ser estudiado en un gabinete; tiene un destino dinámico: nace, se desarrolla, lleva al desinterés, el desinterés engendra al aburrimiento y éste muestra muchas caras: la pasividad, la inercia, la tristeza. Algunos especialistas se han referido a una situación como de contagio: la apatía y el aburrimiento se trasmiten de un alumno a otro, de los alumnos a los profesores, de los profesores a los alumnos y la institución contagia a todos.

Es algo que desgraciadamente no solo se encuentra en los alumnos, la mayoría de las veces también viene de los padres, como sabemos muy bien, lo que se ve en casa se aprende, y es algo que se tiene que abatir desde el fondo.

J U S T I F I C A C I O N

Descripción del tema.

Se observó en el salón de clases la condición y el comportamiento de los alumnos de 3° C y la apatía hacia las clases por alguno de ellos, y después se investigó el concepto exacto de apatía y porque se llega a este problema.

Objetivo General ¿Por qué se hace?

Para determinar la situación de estos niños, pues si desde ahora no tienen un impulso, un apoyo por parte de sus padres e incluso de su docente en el futuro serán niños sin metas ni objetivos.

Objetivo Específico ¿Para qué se hace?

Esta información puede ser útil para que las instituciones puedan brindar apoyo a los niños que lo necesitan, y no solo las instituciones, si no, para que sus padres puedan ayudarlos de igual manera.

Este trabajo se realizó mediante observaciones e indagaciones a cerca de este gran problema que es la apatía en la escuela por parte de los pequeños.

P E R S P E C T I V A

Como sabemos la apatía escolar no es un tema nuevo, es un problema que surge desde hace mucho tiempo, pero, ¿Qué es la apatía? La apatía escolar importa desinterés referido al aprendizaje. El alumno está físicamente presente en la clase, pero su mente está “en blanco” o concentrado en sus propias preocupaciones, o dirigido a molestar el desarrollo de la clase, de la cual se siente ajeno e incómodo.

La apatía es un grave problema, pues el docente puede intentar estrategias diversas para ayudar a alumnos con escasos conocimientos previos, o dificultades para la comprensión lectora, pero motivar a un alumno que se resiste a aprender porque nada lo conmueve, es una tarea casi imposible, sobre todo si tampoco presta atención a la estrategia motivadora que plantea el docente.

Esto, es algo que por desgracia siempre ha ocurrido en las aulas escolares por parte de los alumnos, pero por lamentablemente se empieza a ver mucho más en estos tiempos, el porqué de ésta situación es que la Reforma Integral de Educación Básica decretó que ya no se puede reprobar a los estudiantes.

Mis observaciones se realizaron en la Escuela Primaria Patria, una escuela vespertina, los padres en su gran mayoría se dedican al trabajo, o incluso son madres solteras, que no tienen el tiempo suficiente para dedicarle a sus hijos, ellos se quedan solos en casa y no hay quien esté al pendiente de ellos. Muchos de los niños al no tener esta atención solo se dedican a jugar en el salón y no poner de su parte para aprender un poco más, pues no tienen el mínimo deseo de saber de que se trata la clase o, es algo que no les importa y por obvias razones es algo preocupante.

1. Apatía en el estudiante

Las nuevas generaciones de estudiantes cada vez más presentan cuadros de APATÍA en los estudios, hecho que es notable respecto a querer asistir a las escuelas, colegios, academias, o implicarse en conocimientos que no son necesariamente del currículum del grado, o propios de la edad. Los pequeños sienten mayor atracción por lo inmediato, y no por lo progresivo, es decir, esperan resultados inmediatos de lo que hacen y no creen en un proceso que los lleve a obtener un objetivo.

La apatía y el desinterés tienen muchas fuentes que los engendran. Para poder comprenderlos hay que tener en cuenta: la historia personal, el ambiente familiar, las motivaciones sociales, las influencias de los medios masivos de incomunicación (¿cuántas horas pasa un chico frente al chupete electrónico de la TV?); los modelos propuestos por la sociedad que padres y maestros refuerzan, la situación socioeconómica, etc.

Por supuesto que la apatía como afección ha sido muy estudiada competentemente por profesionales de todas las ciencias humanas y tratadas en ámbitos terapéuticos de prevención de salud mental. Lo que me lleva a desarrollar este entramado de reflexiones es la necesidad de brindar una respuesta que esperan estos docentes respecto a la posibilidad de hacer algo en la tarea cotidiana respecto a este fenómeno que además, parece exceder el ámbito escolar para instalarse en la misma sociedad.

Como lo mencioné en la introducción de este ensayo, sabemos que lo que se es en la escuela, es lo que se aprende en la casa, muchas veces los padres llegan a ser groseros o mencionan comentarios como “No le hagas caso al maestro” “El maestro no sabe” o cosas similares, al momento de estar frente al maestro y éste darle alguna indicación al niño, el alumno hará caso omiso a estas indicaciones, pues acatará todo lo escuchado en casa, y algo así pasa con la apatía.

2. Padres apáticos, padres ocupados, hijos aislados

El padre apático, es aquel que no vive por ni para su familia. Está harto de las responsabilidades y aunque cumple con ellas, lo hace de mala gana. Se le ve harto de la paternidad, o le interesan mucho que sus hijos estén desmotivados, ya que él mismo lo está. Si no se involucran lo suficiente como para dejar una huella en sus corazones, no satisfarán sus necesidades emocionales.

La falta de afecto hace que muchos infantes se sientan solos, aunque no lo estén. Si los adultos dejan que el ajetreo de la vida diaria y sus diferentes ocupaciones interfieran en su relación familiar, la situación repercutirá de forma negativa en el bienestar emocional de los chicos. Para que niños y niñas no se sientan abandonados, los padres tienen que ofrecerles tanto calidad como cantidad de tiempo, y propiciar espacios que les permitan compartir y disfrutar de la mutua compañía.

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