Artículos de crecimiento personal
Enviado por figuera16 • 25 de Abril de 2018 • Práctica o problema • 2.802 Palabras (12 Páginas) • 140 Visitas
Artículos de crecimiento personal
1.-¿SALIR O NO SALIR?
Versículo: “El que al viento observa, no sembrará, y el que mira a las nubes, no segará.” Eclesiastés 11: 4
“por la mañana siembra tu semilla, y a la tarde no dejes reposar tu mano...” Eclesiastés 11:6
Propósito: la vida es como una semilla necesitamos crecer porque es el propósito de Dios. Decidir salir es una decisión, la vida en Cristo consiste en tomar decisiones que nos ayudaran a seguir caminando, unas serán fáciles, otras difíciles, solo con la ayuda del Señor darán excelentes resultados.
Desarrollo:
- Elabora un germinador puede ser uno grande para todo el gal o individuales con material reutilizable. Con una tarjeta que tenga escrito el versículo. (reserva uno para ti, para el próximo gal y ver su crecimiento).
- Entrégales semillas a tus invitados para que las siembren.
- Explícales la historia.
Si la semilla solo permanece siendo eso, semilla, nunca va a crecer. Hay momentos en los que debemos dejar de ser semilla y transformarnos en árbol. Hay que tener la sabiduría y la confianza en Dios para poder comprender que en determinados momentos de la vida (aunque sea muy cómodo para nosotros tal como es cómodo para la semilla seguir siendo semilla) tenemos que enfrentar cambiar de etapa, asumir otros roles, tomar nuevos compromisos, asumir riesgos.
Les cuento lo que le paso a dos semillas que estaban sembradas juntas en un jardín:
La primera dijo:
-¡Quiero crecer! Quiero que mis raíces lleguen muy abajo en el suelo y que mis retoños rompan la corteza de la tierra que tengo arriba…
-Quiero desplegar mis tiernos brotes como banderas para anunciar la llegada de la primavera…
-Quiero sentir el calor del sol en mi cara y la bendición del rocío matinal en mis pétalos!”
-Y entonces creció.
La segunda semilla dijo: “Tengo miedo.
-Si dejo que mis raíces vayan hacia abajo, no sé qué encontraré en la oscuridad.
-Si me abro camino a través del suelo duro por sobre mi puedo dañar mis delicados retoños…
-¿Y si dejo que mis brotes se abran y una serpiente trata
de comerlos?
-Además, si abriera mis pimpollos, tal vez un niño pequeño me arranque del suelo.
No, me conviene esperar hasta que sea seguro”.
Y entonces esperó. Un ave que andaba dando vueltas por
el lugar en busca de comida, encontró a la semilla que esperaba y enseguida se la tragó.
De esta historia podemos aprender:
- Tomamos la decisión de crecer y salir adelante
- Tomamos la decisión de quedarnos en el mismo sitio y perder la bendición de Dios en nuestras vidas.
Cuando aceptamos al Señor podemos tomar las decisiones de crecer, salir al mundo o quedarnos y retroceder. Nuestra vida cristiana es un camino de decisiones donde no podemos dejar que el miedo y la incertidumbre nos roben el propósito de Dios en nosotros.
¿Qué clase de semilla eres? ¿Confías en que al salir nada pasara?
El Señor nos asegura que todo va a estar bien él lo dijo: que en el mundo tendríamos aflicciones pero que confiemos que el venció al mundo. ¡Qué maravillosa palabra! Confía es tiempo de salir y seguir adelante, nunca te arrepientas de tu decisión de amar y confiar en el Rey de Reyes y Señor de Señores.
Seamos esa semilla que decidió crecer sin miedo confiando que lo que el Señor tiene para nosotros es bueno.
Permíteles que siembren sus semillas, si los hiciste individuales que se los lleven a sus casas
2.-CRECIENDO
Versículo:
“Los que siembran con lágrimas, cosecharán con gritos de alegría, aunque lloren mientras llevan el saco de semilla, volverán cantando con alegría, con manojos de trigo entre los brazos” Salmo 126:6
Propósito: la vida es un proceso y aunque soñamos muchas cosas que a lo mejor no se hagan una realidad y los procesos duelan podemos confiar en que aunque tardare Dios tiene el control. La semilla necesita alimentarse en ese tiempo ese alimento es la palabra de Dios.
Desarrollo:
- Pregúntales a tus invitados que paso con el germinador muéstrales el tuyo e intercambien experiencias
- De acuerdo a lo que te digan ve relacionándola con la siguiente historia
La semilla es aparentemente insignificante, muy pequeña en comparación con el árbol que nace de ella.
La vida está encerrada y latente en el interior de una cápsula. Necesita una tierra fértil para poder crecer. El crecimiento es lento, de modo que pone a prueba la paciencia del agricultor. Por medio del fruto, la semilla se reproduce y se multiplica. Esa semilla nos revela hermosos secretos.
Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en un gran ejemplo.
Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.
En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.
Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece más de 30 metros.
La semilla es un ejemplo constante de nuestra vida estamos encerrados en una cápsula y guardamos algo maravilloso adentro. Así como la semilla necesita agua, cuidado así nosotros igual. Gracias a nuestro Dios que nos permite crecer con la ayuda de la palabra de Dios que es el abono y el agua para nuestro crecimiento.
De esta semilla podemos aprender tres lecciones:
- La primera lección que no debo olvidar hoy de la semilla de la palabra es la lección de la fe. La Palabra de Dios puede darle vida al alma, transforma el carácter y llenarla de fortaleza.
- Luego encuentro la lección del trabajo. Se tiene que recolectar, guardar y derramar bendiciones sobre la tierra preparada. De esa manera se tiene que cosechar las escrituras y entender las palabras para pasarlas luego al corazón, como la única tierra en la que puede crecer esa semilla.
- La tercera lección es de la paciencia, porque la semilla necesita tiempo para echar sus raíces y crecer y las palabras de Cristo necesitan permanecer en nosotros para que echen raíz y crezcan.
- Y por último está la lección de la fructificación. La verdad, la vida y el poder de Dios, cuyos pensamientos contiene la palabra de Dios, crecerán y madurarán en nuestro interior. Y una semilla da frutos pero no solo uno sino muchos.
La palabra de Dios nos permitirá crecer, y obtener los elementos necesarios para la vida en Cristo. Seamos un Árbol fuerte, el leer y estudiar a palabra nos dará el aliento para seguir adelante en medio de los afanes de este mundo.
Señor, Gracias por la semilla de tu palabra porque nos permite preparar el corazón como tierra fértil para que ella produzca el fruto que quieres y también sembrar en el corazón de los que estén cerca de mí, sabiendo que esa semilla al ser sembrada será regada por tu Espíritu y solo tú la harás crecer para vida eterna en ese corazón.
...