Autonomía, Indignados Y La Sopa Boba
Enviado por YOLANDA71 • 10 de Febrero de 2012 • 628 Palabras (3 Páginas) • 601 Visitas
Autonomías, Indignados y la Sopa Boba
Con enojo y enfado vehemente, compartiendo un número par o impar en el cupo de los cinco millones de parados, tengo una ilustración actual de los tres antedichos conceptos, basado en razones “A pari” (Argumento fundado en razones de semejanza e igualdad).
Para ello, consideremos primero las ventajas de las autonomías, que evidencian un torneado camino hacía la conservación de sus propias formas de organización política y de justicia a partir de su propio derecho. Siendo esto así, debemos suponer que avanzamos hacía un bienestar social digno y humano con sus ciudadanos, acorde con la pugna de los valores del actual Estado Social y Democrático de Derecho.
A partir de estos axiomas no debemos pasar por alto, que las ideas preconcebidas y una uniformidad del pensamiento, puede ser algo muy peligroso en el desarrollo de las autonomías, y por ende, extensivo a las personas. Por ello, al analizar la situación actual desde distintos prismas, observamos por un lado el afianzamiento de todos los conceptos expuestos, y por tanto, una mejor calidad de vida para sus ciudadanos, pero por otro, debemos destacar la pugna por proteger o conservar los privilegios de algunos, ¿cabe suponer, qué podremos hablar en un futuro de progreso?
En mi humilde opinión, y realizando un análisis desde varios sectores estamentales, la razón me dice “NO”, el progresivo endeudamiento de las autonomías con el gobierno central es cada vez mayor, hecho que genera más deudas y pérdidas, las autoridades públicas no ha tenido en cuenta muchos escollos, sin llegar a poner en muchos casos su particular acento para paliarlo, y desde luego, no avanzamos en pro de la igualdad, sino que al contrario, damos agigantados pasos hacía atrás.
Las autonomías pueden resultar un detrimento de los derechos fundamentales que propugna nuestra Carta Magna. Sí, sí señores, es triste y lamentable que siendo española y residiendo en una determinada comunidad, me sienta una extranjera en mi propio país, donde la igualdad a veces se convierten en grandes desigualdades.
Tal vez no sea fácil verle la punta a la actual situación, y nos consagramos como aves rapaces buscando un culpable (el Estado) ,sí, el mismo que nos da la “sopa boba” que nos tomamos todos los días: mostrarse amable con el ciudadano, el que nos vende sueños que son verdaderamente humo; estudien, fórjense como personas, opositen, inscríbanse a todos los cursos que salgan en los sindicatos, en el INEM, hagan ciclos de formación profesional, cuando más preparados estén, más posibilidades tendrán de trabajar… y nosotros ni cabeceamos, no luchamos, acatamos pacientemente, siendo cómplices de su fracasos.
Llegados a este punto solo me resta decir -¡¡Señores!! Hagan algo- no busquen culpables, cuando quizás los verdaderos culpables seamos nosotros mismos, nuestra
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